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El ALBA se hace desde la cooperación y la solidaridad. PETROCARIBE

El ALBA se hace desde la cooperación y la solidaridad. PETROCARIBE

Motivados por la República Bolivariana de Venezuela, 14 países del Caribe, firmaron el Acuerdo que les permitirá enfrentar el monopolio y la especulación que sobre la energía mantienen las multinacionales.

La aspiración no es pequeña. Partiendo de la característica de las actuales relaciones internacionales, donde el más fuerte oprime al más débil, y donde las multinacionales imponen los precios y las circunstancias de mercadeo de cada producto, los 14 países firmantes, desde la comprensión de que el imperialismo es el enemigo principal del desarrollo justo en el mundo, deciden coordinar sus esfuezos en materia energética, basándose para ello en principios de respeto a su soberanía, a la autodeterminación de cada nación y la solidaridad.

El propósito es mucho más ambicioso. PetroCaribe se propone contribuir a la transformación de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias. Por ello, está concebido como un proceso integral que promueve la eliminación de las desigualdades sociales y fomenta la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino.

Contribuye, al mismo tiempo, a la seguridad energética, al desarrollo socio-económico y a la integración de los países del Caribe, mediante el empleo soberano de los recursos energéticos, todo esto basado en los principios de integración denominada Alternativa Bolivariana para América (ALBA);

Para hacerlo posible, PetroCaribe proyecta unas relaciones sustentadas en un trato especial y diferenciado para los países de menor desarrollo relativo de América Latina y el Caribe, así como en la complementariedad y la cooperación entre las naciones de la Región.

Los precios del petróleo

Los firmantes comprenden las dificultades que se derivan de la actual coyuntura energética mundial, caracterizada por el enorme despilfarro de las sociedades consumistas, la disminución de las capacidades disponibles de producción y la especulación, que se traducen en el incremento de los precios de los hidrocarburos, lo que afecta negativamente y de manera creciente el desempeño económico, así como la situación social de sus países.

Esa situación, lleva a que en la mayoría de los casos sus exportaciones se vean aún más afectadas por la caída de los precios de sus productos, principalmente agrícolas, como es el caso del azúcar, el banano y otros.

La realidad les plantea la necesidad de contar con formas de suministro energético seguras y, en tales condiciones, que los precios no se conviertan en obstáculo para su desarrollo.

En tal sentido, PetroCaribe se encargará de coordinar y gestionar lo relativo a las relaciones energéticas en los países signatarios del Acuerdo.

La nueva organización, nace con capacidad de asegurar la coordinación y articulación de las políticas de energía, incluyendo petróleo y sus derivados, gas, electricidad, uso eficiente de la misma, cooperación tecnológica, capacitación, desarrollo de infraestructura energética, así como el aprovechamiento de fuentes alternas, tales como la energía eólica, solar y otras.

Para que así sea, se dota a PetroCaribe de una plataforma institucional que incluye un Consejo Ministerial integrado por los ministros de energía o sus equivalentes y entre cuyas funciones está la de coordinar las políticas, estrategias y planes correspondientes de los países firmantes. Se le provee, al mismo tiempo, del fondo Alba-Caribe, destinado al financiamiento de programas sociales y económicos, con aportes provenientes de instrumentos financieros y no financieros; contribuciones que se puedan acordar de la porción financiada de la factura petrolera y los ahorros producidos por el comercio directo. Con el propósito de activar el Fondo ALBA- CARIBE, la República Bolivariana de Venezuela aporta un capital inicial de cincuenta millones de dólares.

Al leer el Acuerdo y siendo parte de un país que también es caribeño, sólo queda un interrogante: ¿Y por qué Colombia no lo firmó?

Mecanismos de financiamiento y compensaciones

1. la República Bolivariana de Venezuela extenderá facilidades a los países del Caribe de menor desarrollo relativo, sobre la base de las cuotas que se establezcan bilateralmente.

2. Financiamiento a largo plazo

Precio del barril
Porcentaje a financiar
>=15 dólares por barril 5
>=20 dólares por barril 10
>=22 dólares por barril 15
>=24 dólares por barril 20
>=30 dólares por barril 25
>=40 dólares por barril 30
>=50 dólares por barril 40
>=100 dólares por barril 50

El período de gracia previsto en el ACEC para este financiamiento se extiende de uno a dos años.

3. Financiamiento a corto plazo
El pago a corto plazo se extiende de 30 a 90 días.

4. Pago Diferido
Se mantendrán las mismas bases del Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas, 17 años, incluyendo los dos años de gracia señalados, en tanto el precio se mantenga por debajo de 40 dólares el barril.
Cuando el precio exceda los 40 dólares, el período de pago se extenderá a 25 años, incluyendo los dos años de gracia referidos, reduciendo el interés al 1%. Para el pago diferido, Venezuela podrá aceptar que parte del mismo se realice con bienes y servicios, por los que ofrecería precios preferenciales.
Los productos que Venezuela podría adquirir a precios preferenciales serían algunos como el azúcar, el banano u otros bienes o servicios que se determinen, afectados por políticas comerciales de los países ricos.

Eficiencia energética
Un aspecto esencial del objetivo de PETROCARIBE será incorporar, junto a los acuerdos de suministro, programas de ahorro de energía.
En ese sentido, PetroCaribe puede gestionar créditos e intercambiar tecnologías para que los países beneficiados puedan desarrollar programas y sistemas altamente eficientes en términos de consumo energético y otros medios que les permitan reducir su consumo de petróleo y ampliar la prestación del servicio.

Colombia,

¿el lunar de América?

Mientras nuestros vecinos ensayan nuevos caminos para garantizar su bienestar y la soberanía de sus pueblos, en nuestro país se persiste en el sometimiento. El caso petrolero es un claro ejemplo. Aunque nuestros gobernantes nunca han tenido noción de soberanía, es patético lo que ahora sucede. Para garantizar todos los beneficios a las multinacionales, reforman la normatividad necesaria, dejando el camino libre para su insaciable apetito.

Es así como en 1999 reforman el artículo 58 de la constitución (función social y ecológica de la propiedad), eliminando la posibilidad de expropiación por motivos de utilidad pública o de interés social. Modifican luego la legislación ambiental, reduciendo a la mitad del tiempo (120 días) el necesario para expedir una licencia ambiental. Pero como si no fuera poco, se incrementa el porcentaje de participación de las multinacionales del 50% al 70%. Dejan atrás los ya de por si perjudiciales Contratos de Asociación e implementan el Contrato Regalías / Impuestos.

El “nuevo contrato” llega al extremo: no dispone la reversión a ECOPETROL S.A. de los yacimientos después de 28 años de explotación (como sucedía con las anteriores modalidades de contrato), se Amplía el tiempo de exploración a diez años, el de evaluación a cinco y el de la explotación a 24, con el derecho de prórroga que le permite ir hasta el agotamiento del yacimiento. Le brindan al contratista, de igual manera, total autonomía y responsabilidad y el derecho a hacerse con el 100% de la producción. Las regalías son escalonadas a partir del 4.8% más impuestos. Los contratos firmados en gas natural y crudos pesados quedan exentos del pago mensual del 30% de los ingresos en excesos reales del contratista.

Para esto y por esto –entre otros aspectos- se reforma ECO-PETROL, se le divide administrativamente (se crea la Agencia Nacional de Hidrocarburos) y se le demanda competir en igualdad de condiciones con las multinacionales.

Así se prepara el camino para su muerte. Lenta y dolorosa, pero que llegará más temprano que tarde, dejando al país sin los 5 billones que produjo en el 2004 para la inversión social, e impidiendo que un tema estratégico como el de la energía cuente con un centro que lo reflexione y proponga medidas adecuadas para el corto y el largo plazo. ¿No podremos aprender de los recientes sucesos de todo el continente?

(Tomado de: Colombia: petróleo y política. Posibles alianzas estratégicas. Luis H. Hernández. Próxima publicación de la colección Colombia presente y fututo, ediciones desde abajo y Le Monde diplomatique)

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