La pretensión pública, y el deseo de los negociantes de la salud, para privatizar el Instituto de los Seguros Sociales (ISS) es inocultable. Así lo evidencia la historia reciente del país.
Las leyes 50 de 1991 y 100 de 1993 fueron los espacios mediante los cuales se inició la presión por su desmonte definitivo. El argumento: por tratarse de un monopolio estatal, es decir, por obstruir el libre mercado.
De esta manera, las limitadas coberturas de la población en seguridad social existentes para 1986, un 16% de la población económicamente activa (PEA), se pretendieron resolver a través de la demagogia del “libre mercado”. El ISS cubría hasta la promulgación de la ley 100 el 70% de los trabajadores del sector público y privado.
Ahí comenzaron las dificultades financieras que hoy se invocan para su liquidación.1 El rediseño del ISS como una institución orientada hacia el mercado de capitales y servicios, se observa a través del patrón esencialmente comercial con que se dividió la identidad de sus regímenes: contributivo y subsidiado, configurados a través del modelo de competencia, principal factor de selección adversa entre el ISS y los intermediarios del aseguramiento convertidos ahora en EPSs.2 El negocio de la seguridad social, ahora en manos del sector privado, alcanzó los mayores niveles de crecimiento en salud, pensiones y riesgos profesionales.
Muchos otros factores han contribuido al desangre del Instituto. Por ejemplo, el mecanismo de compensaciones establecido con el Fosyga, por el cual la parte de la compensación que no es glosada, tiene que someterse a largos plazos para ser girada al ISS. Se añade la cantidad de tutelas que atiende pues el Fosyga no le paga los dineros que el Instituto le manda a recobrar por este concepto. Como tampoco lo hace en relación con los costos adicionales de atención de la población de 40 a 59 años y de los mayores de 60. Finalmente, el relacionado con la evasión, elusión y mora en el pago de los aportes empresariales
Preguntas al Gobierno sobre la liquidación del ISS
a. ¿Piensa el Gobierno pedir facultades al Congreso, ó expedir un simple Decreto?
b. ¿Cómo puede probar el Gobierno, que los problemas económicos del ISS se solucionan con la liquidación? Documentar los estudios.
c. ¿Cómo piensa manejar hacia delante el tema pensional del ISS, como administrador del régimen de prima media?
d. ¿Cómo cree hacer viable
e. ¿Cómo piensa manejar el tema de riesgos profesionales y que camino cogerán las reservas de más de 3.2 billones de pesos?
f. ¿Al decretar la liquidación, despedirá los 2.200 trabajadores oficiales, acabando
g. ¿Cómo piensa compensarle al ISS, el haberle sustraído de su patrimonio, las clínicas y centros de atención (CAAs)?
Propuestas de los trabajadores
Culpar, como hace el Gobierno. a los trabajadores y a la convención colectiva (revisada en el 2001) es un argumento que nadie le cree. El Gobierno Nacional ha desatado una feroz campaña (pretendiendo justificar la liquidación para tapar sus responsabilidades) contra los trabajadores y su convención colectiva.3
Si el Gobierno, tuviera voluntad política, de arreglar los problemas, no se limitaría simplemente a plantear la liquidación, pretendiendo hacer creer, que un enfermo se alivia, cambiándole el nombre; sino que, le apuntaría a los siguientes aspectos:
a. Dejar clara la deuda pensional y en salud que
b. Cruzar cuentas entre el Ministerio de Hacienda y el ISS, para evitar que el Gobierno Nacional siga cobrándole al ISS los empréstitos. La paradoja es: el Gobierno ejecuta al ISS por un billón y medio de pesos ($1.509.264.), mientras se hace, el de la vista gorda con la deuda de 58.8 billones de pesos, que tiene con el Instituto.
c. Solucionar el lío de la concentración de pacientes de alto costo. Hacer que el sistema, o el Estado, le reconozca al ISS los $300.000 millones de pesos anuales que vale atenderlos.
d. Reconocer al ISS, el valor justo (UPC) por atender la mayor parte de la población con edades entre 40 y 59 años.
e. Reconocer al ISS, el valor justo (UPC), ya que la entidad concentra la mayor parte de la población con más de 60 años.
f. Establecer un plazo de 3 años (transición), para que el ISS no presente la compensación, y pueda utilizar los recursos que aportan sus afiliados. En este lapso, puede depurar y tecnificar el manejo de la información, bajo el monitoreo de
g. Definir un mecanismo expedito para que al ISS, se le reconozcan los recursos invertidos en atender los pacientes que ganan tutelas, y los recobros en general ante el (Fosyga).
h. Comprometerse a controlar la evasión, elusión y mora en los aportes patronales, sustituyendo la autoliquidación de aportes (deudas presuntas) por la facturación y estableciendo sanciones a los evasores, que ponen en riesgo la atención en salud de los afiliados y ocasionan con el no pago de las cotizaciones, la negación de las pensiones a los trabajadores.
i. Definir
j. Resolver el tema de los 19.500 jubilados, es decir, extrabajadores del Seguro, que se pensionaron y que están a cargo de
k. Definir la suerte de las Empresas Sociales del Estado (ESEs), que dependen del ISS, y que el Gobierno ya ha empezado a liquidar.
l. Los trabajadores han manifestado acceder a un proceso de negociación mediante el cual el Gobierno se comprometa a resolver los grandes males del ISS. Por parte del sector productivo, el sindicato y las centrales obreras consideran que la convención colectiva no es el causal de la crisis institucional, pero que ésta puede ser revisada en el contexto marco de la voluntad institucional que permita resolver, entre otras cosas, la retribución de la deuda institucional que los gobiernos han acumulado con el ISS.
1 Obsérvese que ya desde el año 1973, el Gobierno Nacional había renunciado, mediante Decreto 1935, a su obligación de aportar, mediante el tripartismo, a la financiación de
2 A pesar de las advertencias en el debate de
3 Las mismas estadísticas oficiales y cifras presentadas en el último Consejo Directivo del ISS, con corte a 30 de junio de 2006, certifican que solamente hay 2.200 trabajadores de planta de los 25.000 que existían y que los salarios y prestaciones convencionales, no superan los cien mil millones de pesos de un presupuesto de salud de billón trescientos mil pesos, y de un presupuesto global del ISS, que supera los 8.5 billones de pesos.
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