Martes 20 de febrero
Anoche, antes que pudiéramos comer, el ganadero fue a buscarme al barrio. Otra vez estoy en la estancia. Hoy apareció enferma de aftosa una de nuestras hermanas. Se nota que el ganadero la quería mucho porque, cuando supo lo que tenía, se largó a llorar. El otro ganadero, que siempre sale con la escopeta a dispararles a los animales pequeños, hoy los tenía adentro. Después que le contaron de la enfermedad, se puso la escopeta en la boca y disparó. Estos días estuvieron muy nublados y no se pudo tomar sol, y la esposa de uno de los hacendados –que siempre está muy tostada– apareció pálida. Creo que están ahorrando en peluquerías porque la madre de ella se arrancaba los pelos.
No sé si hoy fue un día caluroso, pero el otro propietario así lo sintió y, después de conversar un rato con su socio, se arrojó a la laguna con la ropa puesta. A pesar de todo, hoy nos dieron permiso para salir ¿Dónde queda la puta que los parió? ¿Es adonde dijo el ganadero que podíamos ir todas las vacas juntas? Parece que uno de los estancieros, dueño de todo, estaba muy cansado porque al final del día se acostó en la vía cuando pasaba el tren. Ahora tenemos dos estancieros.
Viernes 2 de marzo 2006
Mañana va a llover. Nos dimos cuenta de eso porque los patos volaban. Pasado mañana vendrán los niños indigentes del padre Alberto. Lo sabemos porque las aves carroñeras estuvieron sobrevolando en el lugar.
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