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Las promesas incumplidas del Alcalde Mayor. EAAB, hacia el estrangulamiento económico de los usuarios



 Privatización y corrupción, el caso EAAB


 


Durante la primera alcaldía de Antanas Mockus (septiembre de 1997) la EAAB, suscribió un contrato de concesión, por 20 años, con el Consorcio Corporación Financiera del Valle S.A. y Compagnie Generale des Eaux de París. En él se le entregó la Planta de Tratamiento de Tibitoc para su explotación por cuenta y riesgo del concesionario, que asumió la responsabilidad de administración y adecuación de la misma, así como llevar a cabo el tratamiento de agua y la rehabilitación de la tubería Tibitoc-Casablanca.


 


El siguiente cuadro muestra el costo unitario por metro cúbico de agua tratada por el concesionario en la Planta Tibitoc y el costo de agua tratada en la planta Wiesner por los trabajadores de la EAAB:


 


 


Sobrecostos de tratamiento de agua en la concesión Tibitoc con relación a la planta Wiesner


 


Año     2000    2001    2002    2003    2004    Costo m3 agua


tratada planta


Wisner ($)       $ 25.01            30.55   34.28   32.66   33.16   Costo m3 agua


tratada planta


Tibitoc ($)        $ 158.20          214.75 215.67 235.09 224.81 Sobrecosto


Tibitoc ( % )    632.55%         702.95%         619.13%         719.82%         677.96%


Fuente: Contraloría de Bogotá.


 


Como se observa en este cuadro, es enorme la diferencia entre el costo unitario de agua tratada en la Planta Tibitoc, con relación al costo del agua tratada en la planta Wiesner. Sobre costo que tienen que asumir  los usuarios en  las facturas, como lo denunció el concejal Fernando Rojas en desde abajo No. 118 (Nov. 15 de 2006).


 


Sus palabras confirman lo dicho: “Desde el año 1998 hasta el 31 de agosto del 2006 la EAAB le pago al concesionario $281.737 millones por suministro de agua, dentro de los cuales se incluye el pago de $249 millones de metros cúbicos de agua no contabilizada –no consumidos por la empresa–, lo que resulta exageradamente ventajoso para los privados, pues además les subsidia la energía en un 84%, lo que significó un pago a cargo de la empresa de $49.234 millones en el mismo periodo de tiempo. Es decir, que en 20 años que es el tiempo estipulado del contrato de Concesión, la EAAB le pagará la suma de $893.376 millones, mientras que el concesionario solo habrá invertido la suma de $182.403 millones”.


 


Esta manera de saquear las finanzas del Distrito y de la EAAB, es lo que se conoce como corrupción publica y privada, la misma que genera una superacumulación para el capital nacional y transnacional a costa de los ingresos precarios de los bogotanos. Ante estas circunstancias, este contrato de Concesión, por exigencia de la ciudadanía bogotana, debe ser reversado por la EAAB, previo acuerdo entre las partes.


 



Privatización de la actividad operativa, comercial y tecnológica


 


A partir del año 1998, en la administración de Antanas Mockus,  la EAAB comenzó el proceso de privatización de su actividad operativa, comercial y tecnológica, transfiriendo a contratistas privados las actividades relacionadas con la suspensión, lectura, corte, reconexión, impresión, facturación, cambio de medidores, construcción de acometidas, atención a los usuarios, reducción del índice de agua no contabilizada, etcétera. Contrario a lo defendido por los sectores privatizadores, los resultados han sido totalmente adversos para la Empresa y para la ciudadanía, lo que obligó a revertir lo contratado. 


 


Sin embargo los defensores de los intereses privados no dieron el brazo a torcer. Con el mismo esquema privatizador, la empresa puso en marcha en 2002 otro proceso de privatización, procediendo a suscribir un contrato por $11.173 millones con la firma Unión Temporal Grupo Integral de Facturación Optimo, GRIFO, por un término de 18 meses, cuyo objeto era ejecutar las funciones ya citadas, que cubría a un total de 1.280.000 usuarios.


 


Según evaluación adelantada por la Contraloría de Bogotá, este contratista incumplió con el objeto firmado, por lo cual la empresa decidió cancelarlo, pese a lo cual persisten en la fórmula fallida. Al finalizar el 2002, la EAAB procedió a reiniciar un nuevo proceso de privatización en este caso con los gestores privados Aguas Capital S.A. ESP, Aguazul Bogotá S.A. ESP, EPM Bogotá Aguas S.A. ESP, para asumir las actividades ya relacionadas. Para ello dividieron la ciudad en cinco zonas, asignándolas entre los gestores.


 


Sin duda alguna, privatización a cualquier precio. No importó violar la Convención Colectiva de Trabajo firmada con su sindicato, que establece que tales actividades serían contratadas con trabajadores de la EAAB marginados por cuestiones de reestructuración empresarial.


 


Con base en esta decisión, el 2 de enero del 2003 entraron a operar los 3 contratistas privados, así: al primer Gestor se le entregó la zona 1 (localidades de Suba, Usaquen y el municipio de Gachancipá). Al segundo Gestor se le entregó las zonas 2 y 5 de la ciudad, que comprenden: Zona 2 (localidades de: Engativá, Chapinero y Teusaquillo); Zona 5 (localidades de: Bosa, Kennedy y el municipio de Soacha). Al tercer Gestor se le entregó las zonas 3 y 4 así: Zona 3 (localidades de Fontibón, Mártires, Punte Aranda, Candelaria, Antonio Nariño), y la zona 4 (localidades de San Cristóbal, Usme, Tunjuelito, Rafael Uribe y Ciudad Bolívar).


 


La realidad es terca. Según evaluación adelantada a los tres concesionarios por parte de la Contraloría de Bogotá, la EAAB les ha cancelado entre los años 2003 – 2006 la suma de $277.000 millones de pesos, pero los resultados de la actividad operativa y comercial han sido todo un fracaso para la ciudad, para la empresa y para los usuarios.


 


Como se desprende de la investigación adelantada por el ente de control fiscal, se encontraron, entre otras, las siguientes irregularidades ya denunciadas ante el Gerente General de la empresa:


 


1.         No obstante los reiterados incumplimientos de los contratistas en sus obligaciones contractuales, la EAAB no ha adelantado acción alguna para imponerles sanciones efectivas ni ha acudido a la aplicación de las cláusulas compromisorias.


2.         Los gestores han incumplido con la reducción de los índices de agua no contabilizada, por lo cual la empresa ha dejado de recibir cerca de $84.987 millones


3.         El número de quejas y reclamos de parte de los usuarios ha crecido cerca del 23%, a pesar de que los gestores se comprometieron a reducir sustancialmente este indicador.


4.         La EAAB ha sido sancionada por la SISPD con multas que ascienden a $847 millones y ha tenido que abonar a los usuarios la suma de $117 millones por aplicación del silencio administrativo a reclamos de los usuarios del servicio. Así mismo, los contratistas privados no han llevado a cabo la actualización del catastro de usuarios, por lo cual en el año 2005 los gestores dejaron de facturar 255.526 metros cúbicos de agua, lo que representó una perdida para la EAAB de $480 millones de pesos, a lo que se le debe sumar el valor de consumo de alcantarillado que asciende a $296 millones, con el posible detrimento patrimonial para la empresa. En la investigación resalta que hay inconsistencia en el número de medidores instalados, los procesos de facturación, y la información recopilada.


5.         Bogotá perdió cerca de 700 millones de metros cúbicos de agua en cinco semestres, que es la diferencia entre el agua que entra a la ciudad y la que efectivamente gastan los usuarios (determinada por los medidores), lo que representó otra perdida, estimada en un billón doscientos cincuenta y cinco mil millones de pesos).


 


Pero, dice el dicho, que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. No obstante esta interminable cadena de actos de corrupción pública, de incumplimientos y abusos cometidos por los gestores, así como las denuncias e investigaciones presentadas por la Personería y la Contraloría de Bogotá (que representan una colosal pérdida para la ciudad y sus habitantes), la EAAB procedió a entregar en concesión el 36% restante de la operación comercial y operativa, en este caso, a los mismos gestores privados cuestionados por sus resultados, contrato que entrará a regir a partir del 1º de enero del 2008. Este contrato comprende los sectores de Chapinero, Teusaquillo y Fontibón, privatizando de esta manera el 100% de la actividad de la empresa, a pesar de que el Concejo de Bogotá, la Mesa Distrital de Usuarios de Servicios Públicos y las comunidades, le exigieron al Alcalde Mayor de la ciudad y a la EAAB, no renovar estos contratos de Gestión y asumir directamente la ejecución de tales actividades con los trabajadores de la empresa.


 


Palabras y exigencias hasta ahora vanas, pues pesan más las políticas neoliberales heredadazas y las aplicadas por la actual administración de la ciudad, que los indicadores y las necesidades de los bogotanos.


 


Bogotá, junio del 2007


 

Investigador. Integrante de la Mesa Distrital de Usuarios de los Servicios Públicos.

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