La urdida telaraña de poder y muerte se extiende por todo el territorio nacional. Los miles de muertos que reposan en las fosas comunes, algunas ya exhumadas, otras por encontrarse, dan testimonio de su decisión de control y poder a cualquier precio. Los 39 congresistas hasta ahora indagados, los 15 detenidos, los 24 que siguen en investigación por parte de
La conclusión es sencilla e irrefutable. Si todos ellos impulsaron al candidato, hoy presidente de Colombia, Álvaro Uribe, y todos y cada uno de ellos fueron elegidos con votos viciados de paramilitarismo (asesinatos, desplazamiento, terror), los votos que eligieron al Presidente también son parapolíticos. Conclusión ya expresada y defendida por investigaciones de algunas Ong y de investigadores privados, pero que no es tarde expresar de en nuevo.
El suceso y sus resultados son de total gravedad. Hay que alertar la conciencia del mundo para que repare en esta situación y tome cartas en la crisis que vive Colombia. No puede ser que el país se derrumbe carcomido por la lepra de la violencia institucional, el narcotráfico, la corrupción, el chantaje, el miedo, la pérdida de soberanía, la concentración de la riqueza y la multiplicación de la pobreza (con millones de desplazados de por medio), y allende las fronteras nacionales todos los gobiernos actúen con indiferencia ante esta realidad.
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