sus frutos pertenecen a todos”.
Jhon Ball*
El próximo 18 de julio, bajo el lema “Acción por la vida y lucha contra la impunidad”, se lleva a cabo una nueva acción contra el olvido en Trujillo. La acción permanente de los familiares de las víctimas de crímenes de lesa humanidad allí cometidos amerita un breve recorrido por conceptos básicos como memoria, impunidad, resistencia, además de una cronología de toda su resistencia contra un Estado empecinado en patrocinar y proteger la violencia sin límites.
Trujillo, julio 18 de 2009. Este día, en este lugar, en esta tierra, se inaugurará colectivamente la Galería de la Memoria. El trabajo geográfico de resistencia se vislumbra largo; la memoria asciende hacia la vida que hace falta. La proyección colectiva en Trujillo es un camino que se significa en su plenitud mediante la resistencia. Históricamente, el trabajo colectivo, tanto urbano como rural, toma preponderancia. La memoria de las víctimas en el sector rural se prolongará el 18 de julio hacia las veredas del bajo Cáceres, Puente Blanco y La Sonora. Así, se continúa con un pensamiento crítico.
El colectivo de los familiares de las víctimas de Trujillo ha estado, por más 15 años, comprometido con el derecho a saber la verdad sobre lo sucedido con sus parientes, amigos y familiares. El lema de esta nueva jornada es “¡Contra la impunidad, Trujillo clama justicia!”. En la actualidad se prosigue aprehendiendo la significación histórica de la responsabilidad en los diversos acontecimientos de guerra que llevaron a la instalación del terror y el genocidio en el municipio de Trujillo. Los ciudadanos se trazan con paso erguido, a pesar de que su propia existencia, su vida social, ha estado torcida por intereses ajenos.
La insistencia en resistir, a pesar del tiempo transcurrido, hace posibles espacios de acción, sin extravíos de la historia. Sin duda, en esa violencia que se ha instalado no sólo en el municipio de Trujillo sino también en San José de Apartadó, San José del Guaviare (Masacre de Mapiripán), Ituango (Masacre de El Aro, 1997) por citar apenas unos pocos ejemplos, confluye una violencia geográfica de muerte. Es el terror instalado como medio y fin estatal entre el acontecimiento genocida y la propia memoria ancestral de los pobladores.
Estos acontecimientos, apreciables en sus diversas formas en el tiempo, se generaron a través de una acción bélica –en tanto que violencia depredadora–, en pro de un fin, y como medios específicos de violencia por parte del Estado. Sobre la masacre en Trujillo se estableció responsabilidad del Estado en 1995, pero la mera disposición no constituyó claridad histórica, compromiso ético y de responsabilidad jurídica en relación a los crímenes perpetrados con alevosía y degradación por parte de los responsables.
En este contexto, la memoria es una acción histórica, un derecho que los ciudadanos poseen para encontrar la verdad. Para los de Trujillo, esta posibilidad ha implicado una memoria de resistencia. De un lado, el despliegue de acciones a través de Afavit, para que se conozca y se responsabilice a miembros de las fuerzas militares del Estado, como la responsabilidad de particulares al servicio del Estado para intimidar, torturar y asesinar. Y, de otro lado, persistir en la revelación y la condena de quienes realizaron actos genocidas mediante una violencia militar, la que sigue amparada por una violencia jurídica del Estado. Por ejemplo, a través del Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” se apeló la decisión del juez 2º Penal del Circuito de Tulúa, Néstor Ramos Ortiz, de ordenar –el pasado mes de abril– la libertad de los coautores implicados en la masacre de Trujillo, mayor Alirio Urueña y teniente de policía José Fernando Berrío Velásquez. La Sala Penal del Distrito Judicial de Buga ordenó su inmediata recaptura.
Mediante esta violencia jurídica se distorsiona la verdad y se encubre la impunidad. En este sentido, con estas decisiones se aclara de nuevo que el origen del Derecho está instalado en la violencia, ejercida sobre la vida y la muerte presente en el orden, en el centro del ordenamiento jurídico del Estado (W. Benjamín, 1921). Allí reposa la impunidad, en un Estado putrefacto, perverso en sus ejecuciones y sus acciones.
Bajo esta perspectiva, es imperativo prolongar la resistencia mediante actos que lleven a una “nueva situación”. Reconocerse, justamente, en ese “nuevo derecho de resistencia” que implica una crítica total ante la instalación de la violencia militar perpetrada de manera sistemática, entre 1990 y 2002, en Trujillo. Violencia utilizada como medio y fin para el Estado, el mismo que evidencia hoy día la extensión de una “geografía militar” que se instala en la historia, y permanece en el orden de una violencia militar y jurídica. Es la ampliación de una “violencia polivalente”, desatada por fuertes intereses regionales y nacionales. En esta violencia genérica de orden estatal continúa hoy, en la zona rural del municipio, la presencia de grupos paramilitares que intimidan, amenazan y generan desaparecidos.
Ante la impunidad, el colectivo de familias de Trujillo continúa su trazo histórico hacia la defensa de sus derechos, con el fin de que se revele, se responsabilice y se condene a los varios responsables de los crímenes allí perpetrados. En este sentido, la memoria se perfila con su propio presente. Es una memoria que ha de reinscribir un reconocimiento ético, hacia una fuerza social por hacer valer los derechos de las familias de las víctimas y una afirmación histórica que permita una destinación social diferente desde lo político, lo jurídico y lo económico, para que no se perpetúe el silencio de la impunidad, y donde exista responsabilidad y condena para los promotores y ejecutores de los genocidios. Es, en definitiva, ¡exigir una revaloración del Estado actual!
Nota: Reconocimiento a las familias de las víctimas de Trujillo. A la organización Afavit por su trabajo y la dedicación para este y otros artículos realizados.
* Sacerdote inglés, continuador de la herejía de Wycliffe. Capitaneó la insurrección de los campesinos contra Ricardo III y predicó contra los poderosos. Murió ahorcado. Tomado del libro: “El Principio Esperanza 2” de Ernest Bloch.
Una mirada retrospectiva: desafío de resistencia

Municipio de Trujillo (Valle). En su entorno se adelanta desde 1995 un trabajo colectivo de acción por la vida. Iniciativa, resistencia, definida desde una reflexión colectiva de sus pobladores, en pos de esclarecer la verdad sobre las torturas, las desapariciones y los asesinatos sufridos por cientos de trujillanos, motor de lo cual es Asfavit.
En este contexto, y durante los últimos 15 años, se han adelantado las siguientes acciones realizadas colectivamente por parte de familiares de las víctimas:
1995. Con el lema “Una gota de esperanza en un mar de impunidad”, se lleva a cabo la primera acción por la vida. Se hace público el informe de la Comisión Interamericana sobre los hechos de Trujillo, en el cual se reconoce la responsabilidad del Estado por acción y omisión en los diversos crímenes ocurridos en el municipio.
Junio de 2002. “Trujillo, desafío de resistencia por la vida y contra la impunidad”. Esta segunda acción se concreta con una importante presencia y solidaridad internacional (Holanda, Francia, Inglaterra, España, Estados Unidos, Ecuador, Panamá y Bélgica). Se inaugura el Muro Internacional “A la sombra del amor”, del artista Hoshyar Saade.
El colectivo de víctimas genera acciones geográficas de carácter regional al trasladar 30 de los restos mortales de las personas asesinadas y torturadas. Corría el mes de diciembre. En este contexto, el esfuerzo por cohesionar el trabajo colectivo de las víctimas y precisar la responsabilidad de los crímenes de Estado cometidos en aquel municipio del Valle del Cauca, permite avanzar en la reflexión sobre la memoria y proyectar el compromiso de los familiares de las víctimas en pos de la verdad.
Mayo 10 de 2003. Traslado de los restos del padre Tiberio al mausoleo del Parque del Monumento. El lema, “Trujillo. Desafío de resistencia por la vida y contra la impunidad”, acción que generó movilización nacional e internacional hacia Trujillo.
Mayo 22 de 2004. Bajo el lema “Memoria de lucha contra la impunidad en Trujillo”. El trabajo regional se concreta bajo otros componentes de orden nacional. Se realiza el I Foro Socio-político sobre Justicia. En este sentido, se realizaron diversas reflexiones de carácter social y político, sobre la continuidad del trabajo del colectivo sobre la impunidad del Estado colombiano.
Mayo 29 de 2005. Se realiza el II Foro Socio-político sobre el sentido de la memoria. El lema: “Trujillo en medio de la sombra, una luz de esperanza, por la vida, la justicia, la verdad”. Se hace memoria del aniversario número 15 de la Masacre (1990-2005), el aniversario número 10 de Afavit y el Informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Junio de 2006. “Contra la impunidad, Trujillo clama justicia”. Se inicia el III Foro Socio-político. Sentido del Parque Monumento.
Junio 17 de 2007. “¡Trujillo, Desafío de resistencia, por la verdad, la justicia y la dignidad, lucha contra la impunidad!”. Se realiza el IV Foro Socio-político sobre sentido de resistencia, con participación de Asfavit: 12 años; Asfades: 25 años; San José de Apartado: 10 años. Se inaugura el Oratorio del Padre Tiberio Fernández y se realiza la reconstrucción del Muro Internacional con placas de organizaciones de víctimas.
Julio 18 de 2009. Acción por la vida y lucha contra la impunidad.
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