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Un partido: Patria Para Todos. Ayer, hoy y mañana, por el socialismo ético y productivo

Un partido: Patria Para Todos. Ayer, hoy y mañana, por el socialismo ético y productivo

En una coyuntura de riesgo institucional, electoral, y de rebaja de la popularidad del liderazgo de la Revolución Bolivariana, el poeta Tito Núñez Silva1, con el título “Entre poesía, gramática y revolución”, escribió el prólogo del libro 50 años…2 y tuvo a cargo la presentación y su bautizo. De las palabras y el texto de Núñez sobre el dirigente revolucionario resaltan temas útiles para el momento actual del continente, cuando la derecha está en una contraofensiva, y el estado de algunos de los factores en Venezuela. Unas circunstancias en las que la Revolución Bolivariana pudiera estar en “riesgo institucional”: en la próxima elección de la Asamblea Nacional –¿fortaleza o debilidad?: el presidente Chávez ya lanzó la campaña, con un año de anticipación– y no alcanzar las dos terceras partes. “Con nitidez, las entrevistas de Uzcátegui nos muestran las contradicciones y las fisuras de este momento político”.

El origen y el surco de la Revolución Bolivariana de Venezuela son institucionales, electorales. En este marco, las sociedades tienen un lenguaje particular. Por ejemplo, en su segundo período, Bush quedó en minoría en la Cámara; de igual manera, al final, Mitterrand estuvo obligado a un ‘cogobierno’ con la derecha tradicional, y en Colombia: Álvaro Uribe pierde con sus candidatos a la Alcaldía de Bogotá y en algunas gobernaciones. Todo indica que también en Venezuela, hace un año corto, en las elecciones para autoridades locales, los votantes le enviaron un mensaje: el presidente Chávez anunció una “Venezuela roja, rojita” con la mayoría de alcaldes pero… hubo pérdida de las gobernaciones de Zulia, Táchira, Carabobo, Miranda, Nueva Esparta (Margarita), la Alcaldía Metropolitana de Caracas y su municipio Sucre (Petare), el más poblado del continente. Sin dejar de lado que en las siguiente elección el referendo para la reelección perdió en el estado Mérida, aunque la Gobernación se ganó. Y la Gobernación de Bolívar se obtuvo ante dos candidatos de la derecha.

La historia de la Revolución no comenzó en el inmediato ayer…

El libro acerca de la vida de Uzcátegui pone de presente “un tiempo en el cual las fuerzas armadas del capital demolieron esperanzas y sueños populares que abonaron el brote de la rebeldía y la heroicidad”. Desde su entorno como literato, Núñez recreó para los presentes en el aniversario-homenaje que la militancia en el PRV durante los años 60 y 70 “nos salvó de la desolación autodestructiva, la crueldad puntofijista y la tristeza de posguerra, alimentada por el existencialismo y otras expresiones filosóficas eurocentristas que consumían nuestra desesperanza entre bares y polémicas inútiles. Los poetas nos echamos al hombro la retaguardia y la logística de la última guerrilla, la misma que el entonces capitán del ejército Hugo Chávez perseguía –según él mismo “repite en el incansable programa de la TV dominical (¡Aló Presidente!).” Perseguía, cuando Chávez era también “José María”, su seudónimo en la relación secreta con el comandante guerrillero Douglas Bravo y sus compañeros Alí Rodríguez y Rafael Uzcátegui.

“Pasa con este libro lo que con aquel escrito por nuestro amigo y maestro Héctor Mujica cuando hablara de Daniel Santos. […] El personaje, “el inquieto anacobero” recreado por Salvador Garmendia, sigue en la calle en búsqueda de Linda, aunque parezca mentira, como hasta ahora sigue Uzcátegui con su “mochila azul” subiendo cuestas o arengando obreros. Uzcátegui expresa en una entrevista: “El discurso del 15 de diciembre de 2006 (cuando Chávez ordenó crear el PSUV) debe estudiarse porque es el discurso de la euforia, y la euforia se parece a las borracheras, donde tú exteriorizas lo que piensas”.

Partido ‘único’ de izquierda. “Las entrevistas de Uzcátegui nos muestran las contradicciones y las fisuras de este momento político con nitidez escalofriante. Sus conceptos sobre el partido que a veces Rosas y él llaman ‘unificado’ y en otras “único”, demostrada además la paternidad de Alí Rodríguez desde el año 2000, llegan a niveles de un antagonismo tal que sólo el respeto o el miedo a los lenguajes del poder han retardado en su explosión definitiva”, y Núñez concluye que “es la hora de un gran frente que retome las viejas y eternas banderas de la libertad y la justicia. Algunos veteranos combatientes ya vienen trabajando en ese sentido […] Uno de los mayores problemas que confronta el movimiento popular en la actualidad y que ha confrontado siempre es la falta de correspondencia entre los sueños, los proyectos y el uso del poder conquistado progresivamente. Siempre ha sido más hermosa la búsqueda de la revolución que el ejercicio de ella”.

Masas y cuadros. Con recuerdo de sus militancias juveniles, el poeta dijo: “El PRV no supo ni ha sabido resolver el dilema y la interrelación entre un partido de cuadros y un movimiento de masas. Ni entender que todo partido será de cuadros en cuanto se nutre de la voluntad y la elección del individuo ante un menú preelaborado por tendencias filosóficas e intereses grupales, y un movimiento de masas siempre será el mar donde desembocan las frustraciones y los sueños populares”.

Las raíces nacionales y de cultura universal y múltiple de la teoría. “Un día Uzcátegui apareció bajo el amparo del poeta Álvaro Montero, quien era uno de los más importantes poetas del siglo XX larense y nacional. Con Uzcátegui, moreno, de baja estatura, realizamos algunas conversaciones sobre los movimientos transformadores continentales”. A la vez, Núñez “mantenía una relación clandestina” con su maestro Manuel Moreno Jimeno, un educador y poeta peruano “de silenciosa y trascendental acción difusiva de las vanguardias estéticas y revolucionarias en nuestro país. Amigo de José María Arguedas y estudioso de las tesis de Mariátegui, quien por su consecuente militancia en la indianidad y el antiimperialismo fue destituido como profesor”. Recordó que “intercambiábamos experiencias, miedos y locuras”:

En medio de la clandestinidad, Uzcátegui “nos caía a leninazos limpios y nosotros a vallejazos y bretonazos. Destripamos a Marcuse y celebramos a los anarquistas. Recitábamos a Franz Fanon de los Condenados de la tierra… Sartre, Camus, Arguedas, Scorza, Freud, eran trasnochos continuos. Bayardo Vera, en Mérida, le proyectaba hasta dormirlo todas las películas de Chaplin; escuchaba textos inéditos de su amigo Salvador Garmendia, de Carlos Contramaestre, de Palomares, Pepe Barroeta, mientras Álvaro, el Chino Valera Mora y el Catire Hernández entonaban rancheras de la revolución mexicana, o en Barquisimeto recibíamos el alba oyendo bossa nova y los boleros de Milagro, Oda e Ilsen Castillo, tratando de escondernos de la madrugadora doña Chita Octavio, quien nos ponía a regar sus flores para comprobar si éramos poetas de verdad, con extrañeza ante ese “poeta negro”, condición que ella nunca vio en su juventud.

El lenguaje del poder. Sugirió el poeta que “Revolución es transformación del poder. Su destrucción sistemática. Su disolución incansable. La verticalidad falócrata, el individualismo autoritario de quienes ejercen el mando por intereses grupales o aberraciones personales […] en nombre de un liderazgo […] clientelar […] debe ser sustituida por la horizontalidad amorosa, o no hay revolución. Se rompen los esquemas o no hay revolución. Surgen nuevos lenguajes o no hay revolución. […] Los protagonismos del puntofijismo no pueden ser sustituidos por la llamada V República si no desaparecen los lenguajes primarios –¡y primitivos!–, manejados por aquella vieja ocupación del mando. Díganme, camaradas: ¿en qué han cambiado los lenguajes del poder en estos 10 años? ¿Ha mermado la explotación de manera estructural? ¿Somos más soberanos?

Moral, economía y renta petrolera. “En un país en construcción cuya historia ha sido muchas veces adulterada y la impunidad no sólo ha mantenido felices a ladrones y asesinos sino que además les ha permitido autoerigirse estatuas, como en los versos de Cardenal contra Somoza. Hasta ha logrado, algunas veces sin que medie tarifa alguna, que no pocos intelectuales y supuestos dirigentes revolucionarios, aparten la ética, razón esencial de toda acción política, para destacar logros […] en el orden material explicables con una renta petrolera que ha amparado durante un siglo largo la ociosidad burocrática y la cíclica irrupción de una clase política que por oleadas asalta el erario […] que resultan dolorosas, para los jugadores de terminales que cambiaron la autarquía del conuco por el azar minero, que periódicamente se disfraza de azar electoral, en nombre de una democracia que nunca será tal mientras no exista auténtica justicia”.

La lucha y el continente. A Uzcátegui le “queda camino por andar. Sobre todo en esta hora, cuando se abre la oportunidad de impulsar un gran frente popular latinoamericano que haga de la soberanía, el antiimperialismo y el diseño de nuevos modelos societarios, un escenario para el triunfo de la pluralidad y la armonía planetarias, que es el plan de acción fundamental del espíritu libertario”.

1    Hoy, Director Ejecutivo del Centro de Investigaciones “Dr. Pedro Duno Paso Real, septiembre 2009.
2     Edición con base en estos dos textos. El libro tiene como autor al periodista Alexis Rosas quien también escribió para la misma ocasión el libro: PPT Un partido indoblegable que hace revelaciones en su capítulo III sobre los sucesos del golpe de estado el 11 de abril de 2003 y el papel de esta organización en la movilización triunfante que restituyo al Presidente dos días después, como también, por primera vez, de otra intentona frustrada de la derecha el 10 de octubre del mismo año. De igual manera, este libro reseña “los encuentros y desencuentros (Capítulo II) y las nuevas diferencias con el presidente Chávez (Capítulo VII).


Los años del combate


El Chino Valera, un poeta hasta las últimas consecuencias. “Una noche, en casa de Juan Arcadio Rodríguez y la negra Camacho, mientras Milagro Camejo tocaba la guitarra y cantaba boleros de Armando Manzanero, el amigo, que con rapidez se había integrado al grupo, me entregó una hoja de papel, ajada, como suelen ser las notas de los poetas, casi siempre escritas en la barra de un café o en un terminal de pasajeros. Por lo menos en aquellos días cuando todavía corría fresca la sangre derramada por Raúl Leoni, confundida con la correspondiente a Rafael Caldera, sangre de la patria quiero decir. […] En esos días, digo, porque ahora las notas de algunos poetas vienen en sobres lacrados, papel oficial y lenguaje imperativo, o, los menos formales, las envían mediante celulares y correos electrónicos.
“La nota, breve, era, precisamente, del Chino Valera y me pedía brindar toda la solidaridad posible al hiperquinético y audaz portador: Rafael Antonio Uzcátegui. Nombre verdadero que conocí años después cuando vimos su fotografía con el rostro desfigurado en el diario del desaparecido novelista Miguel Otero Silva, luego de ser torturado por los cuerpos represivos, como consecuencia de su captura en una urbanización caraqueña a raíz de un enfrentamiento armado en el cual participara para preservar la vida de los camaradas Douglas Bravo y Sergio Briceño.
“De ese papelito de finales de la década de los años 60 brotaron, gracias al poeta Chino Valera, grupos culturales, congresos como el de Cabimas 70 o el ‘Aquiles Nazoa’, que deslindó rutas en el PRV, a pesar de su aparente fracaso. Pero también germinaron células que llevaban comida y armas a la guerrilla; escuelas de formación obrera y campesina (ERFOC), y una tenaz organización político-militar […].
“Y el papelito del Chino también fortaleció, en un segundo envión, al frente guerrillero ‘José Leonardo Chirinos’, fundado por Douglas Bravo, pero en la etapa a la cual nos referimos dirigido por Elégido Sibada, nuestro querido Comandante Magoya; y el frente ‘José Antonio Páez’ –nosotros no destruimos sus estatuas–, con el flaco Prada, el camarita Daniel Buitrago y Agustín Mejías a la cabeza, mientras asumía presencia política el Buró del área occidental, jefaturado por Alí Rodríguez, quien sí ha sabido dar uso a esa herencia organizativa en cuya construcción trabajamos con Uzcátegui; y quedan en la memoria las vidas heroicas de Hilario Navarro (Choropo), asesinado en el barrio Santa Isabel, de Barquisimeto, por individuos hoy militantes del sector oficial como antes lo fueron de los cuerpos represivos copeyanos, y de su primo Honorio Navarro (Colina), digno representante de la clase obrera, asesinado en Los Teques frente a su madre […].
“En esa nota del poeta que ‘amanecía de bala’ estaba la comprensión de las palabras que en algún lugar de su obra dicen: ‘La revolución no vendrá por nosotros, pero tampoco sin nosotros… Ese rostro golpeado era el de Freddy, el de Bob, el de Fonseca… ¡Luchar Hasta Vencer!”.

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