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Memoria Canalla

Memoria Canalla

En un país en el que la memoria ha sido perseguida para eliminarla se adelanta una estrategia dirigida a mostrarle al mundo una imagen de pasión edulcolorada que nada tiene que ver con las miserias de la mafia imperante, y la industria del entretenimiento y la confusión local funcionan con pavorosa eficacia cotidiana. La realización de Memoria Canalla en Bogotá, entre julio y octubre de 2009, significó un formidable acontecimiento cultural (ver: www.memoriacanalla.tk).

Memoria Canalla recogió la expresión de los muros y las paredes en un momento en que la comunicación en las calles se ha multiplicado frente al cierre hermético de los medios masivos ante cualquier expresión disidente de orden imperante. Jóvenes de todas las edades se volcaron sobre las exposiciones, los videos, los murales y las conferencias de Memoria Canalla, evidenciando la ardiente necesidad de una memoria que ayude a reconstruir identidades, y de una comunicación vital que escape de la modulación del deseo y las ideas ejercida por los grupos que controlan la televisión, la radio y la gran prensa.

Bastardilla (www.bastardilla.org) y Stink Fish conforman el Grupo Hogar que concibió y realizó el itinerario de Memoria Canalla. La belleza de Bastardilla y la magia de sus manos que ahora revelan el dolor y el abandono, o ahora enseñan un mundo anhelado, armonizan con la hermosura deslumbrante del universo ético que guía su extraordinaria labor artística. Le preguntamos por Memoria Canalla y, enfundada en su overol negro de infatigable hacedora, que ya le ha suscitado un creciente prestigio nacional e internacional, nos dijo: “Fue una exposición que recogió parte de la historia grafiti en Bogotá; grafiti sentimental, estético, grafiti político, y político con propuesta estética. Con base en ese material se posibilitó también hacerse una idea del panorama político y cultural de Colombia, porque a través de las propuestas que se ven en la calle es posible igualmente captar las influencias culturales y los tópicos que incitan la expresión en las paredes. Acompañando la exposición elaboramos un video sobre el grafiti, y convocamos un extraordinario conjunto de artistas y editores internacionales que conocieron con sus propios ojos lo que acontece en nuestras calles: Onesto de Brasil, Blu de Italia (www.blublu.org), Tristan Manco de Inglaterra, Marcos Sueño y Fumaca de Perú, Vexta de Australia, Naza de Argentina, Juan Canales de Valencia (España) y Martha Cooper, excepcional fotógrafa de Estados Unidos”.

Mientras disfrutaba una hamburguesa de quinua, que forma parte de un modo de alimentarse que respeta la dignidad de la vida de las otras especies, Bastardilla nos permitió conocer su génesis: “Nací de ser una callejera, andando a cualquier hora en compañía o sola en los espacios que conocemos como públicos; movida por el deseo de mudar algunos pensamientos en imágenes, tomé el impulso de modificar y personalizar esos recorridos de espacios dinámicos, expuestos y diversos. Me llena más la necesidad de compartir e intercambiar simbólicamente ese lenguaje de manera libre, sin sentirlo, al contrario, imagen muerta, enterrado en cuadernos o espacios de poc@s”1.

Después de encender un tabaco y tomar una hoja que ayuda a la palabra dulce, Bastardilla continuó narrándonos la forma como el Grupo Hogar logró construir una atmósfera que, además de enriquecer las ideas, las técnicas y las iniciativas en torno a la comunicación no editada por los controladores de la opinión –más allá de las tachas y las borraduras ordenadas cada día a los jóvenes militarizados por el poder que no resiste la expresión de la verdad en las calles–, sirvió para crear nuevas redes de comunicación y cooperación entre quienes experimentan insalvable repugnancia frente a los atropellos y las mentiras en que el poder sustenta su permanencia.

“El grafiti es otro modo de tradición visual y escrita; una comunicación que admite muchas maneras de ver. Es una posibilidad de expresión que nos permite no caer y permanecer en el abatimiento que resulta de contemplar el horror expandido y la impunidad que aún cobija a los responsables de tanta injusticia y tanta barbarie contra la Tierra, los pueblos ancestrales, los mayores, los niños… Podemos sentir lo que está ocurriendo y no ser reflejo de la miseria y la violencia. Conmovernos y no quedar prisioneros de un estado de ánimo incapaz de reaccionar.

“Memoria Canalla se hizo gracias a que resultamos seleccionados en una convocatoria pública del Instituto de Patrimonio Cultural de Bogotá. Contamos con el apoyo del Museo de Bogotá, la Facultad de Diseño de la Universidad de los Andes, la Academia Superior de Artes de Bogotá, la Defensoría del Pueblo, el Restaurante Urbano, Cafecito el Hostal y el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Como los recursos no alcanzaron a cubrir los gastos que género el emprendimiento, nos endeudamos para sacar adelante el proceso. Pero este trayecto nos enseñó que las cosas, más que con dinero, se hacen con las ganas y con un tejido solidario”.

En el relato de los pormenores de Memoria Canalla es posible apreciar los resplandores de un movimiento ético y creador que está aflorando en el mundo. Un movimiento que encarna valores posmaterialistas y que prefiere la gratificación que genera el perfeccionamiento de las aptitudes y el cumplimiento de las vocaciones, a la consecución despiadada de un dinero nunca suficiente para comprar la oferta incesante de mercancías cuya codicia es estampada por los medios de manipulación. Un movimiento que utiliza con fluidez las posibilidades que arrojan las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, reivindica las potencias expresivas del arte y la fuerza incontenible del tejido de cooperación no jerárquico que se mantiene alejado de vanidades y soberbias. Un movimiento que se resiste a la militarización y es consciente –e incorpora en su práctica cotidiana– sobre la revolución de fondo que estremece al mundo en torno al cese de la violencia y la discriminación expresa o encubierta sobre las mujeres, y la finalización del poder patriarcal destructivo y suicida. Un movimiento que reconoce el valor de la sencillez en el talento que no se deja obnubilar por las luces del prestigio. Un movimiento que recupera el valor del estudio sin caer en las trampas de una academia tan prepotente como alejada del clamor de las comunidades y de la Tierra. Un movimiento sensible a los saberes de los pueblos nativos, el respeto a las plantas de conocimiento, el cuidado de las semillas, y además a una espiritualidad que contempla a la Tierra como madre viva que precisa curación.

1     Ver Agitación Feminista. Versión
2    Espacio de comunicación independiente. Mujeres Habitando-NOS. agitació[email protected]

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