Latinoamérica llama,
como la esclava que clama
reclama, exclama o proclama,
la lava ardiente, caliente
estaría pidiendo por su libertad.
Preparen al volcán […].
Actitud María Marta
Del 12 al 15 de noviembre de 2009 se llevó a cabo en Cali el Festival Ciudad Hip Hop, coordinado por la Fundación Hip Hop Peña. En los cuatro días del Festival se desarrolló un seminario para debatir sobre éste género cultural y analizarlo como movimiento social y herramienta de cambio –característica propia de este festival. Asistieron raperos, breakers, dj y grafiteros locales y nacionales: Laberinto (Medellín), Zona Marginal (Cali), El Judío (Cali), Sociedad FB7 (Medellín), Fode (Bogotá), Atómicos Crew (Medellín); e invitados internacionales como desde Cuba Randy Acosta y por Argentina la agrupación Actitud María Marta, cuya vocalista Malena D’Alessio nos permitió conocer sus puntos de vista sobre esta corriente cultural con diferentes expresiones artísticas y su dinámica en América Latina.

Jhon y Rubén. Cuéntanos sobre los orígenes de la agrupación de Hip Hop Actitud María Marta y su presencia en el continente
Malena. El grupo surge en los 90, en mí aparece un impulso feroz de indignación, pues en mi país hubo un indulto que liberó a los genocidas de la última dictadura militar. Por mi historia personal y porque además me parece algo grave, yo notaba un clima muy apático en Argentina, sin responder a la altura de las circunstancias ni tan contundente contra el indulto, lo que representaba dejar en libertad a los asesinos, torturadores, secuestradores del genocidio del 70. Sentí la necesidad de que me escucharan y esto se conjugó con que yo estaba loca por el rap. Cambió mi vida porque fue una inyección de energía en un clima muy melancólico. Me parece que la gente derrotista se refugia con estos sentimientos, y el rap me dejaba una energía muy revolucionaria pero no sólo por las ideas que implicaba sino por la música en sí. Era una cosa enérgica que me ayudó a salir y decir lo que tenía ganas de decir, en momentos en que los grupos musicales decían poco. Sobre ese tema había una omisión total y yo tenía bronca y qué mejor forma de canalizarla que con el rap. Después, bueno, hubo un trabajo del grupo, de asumir un compromiso con las cosas que creemos desde arriba del escenario, y desde abajo con nuestra participación y la presencia física en eventos donde creemos que debemos estar. Al principio era muy local el reclamo, apoyo a Madres de Plaza de Mayo, a Trabajadores Desocupados, a tal o cual fábrica o a un muchacho asesinado por la policía o distintos tipos de reclamos, y cuando empezamos a salir por Latinoamérica a conocer otras realidades, los reclamos y las letras y los temas se extendieron al resto de países.

Jhon y Rubén. ¿Cuál es tu visión sobre la movida del hip hop en América Latina?
Malena. Bueno, una cosa importante que pasa, y me parece que Brasil es un ejemplo paradigmático, es cómo interactúa el Estado con el movimiento hip hop. Creo que el Estado empezó a hacerlo por la fuerza que cobra el movimiento. En Brasil es muy claro: hay un gobierno que tiene una política distinta de la que quizá tiene el de Colombia. Cuenta con un presupuesto para el hip hop y el trabajo social en cada ciudad, en cada municipio, en las favelas y allí es muy importante, porque además hay un nivel de analfabetismo, de ignorancia impuesta, producto de la pobreza, es difícil lograr que el muchacho se acerque al conocimiento de otro modo que no sea así, que apasiona y los conecta directamente con la escritura, con cierto grado de conciencia, porque el hip hop lo promueve. Es raro encontrar un rap que cante, bueno, está el gansta; pero a mí tampoco me parece mal; me parece útil cualquier cosa que sirva hasta de catarsis.
Pero esto tiene una evolución natural y luego se debe pasar a otra cosa; quedarse repitiendo el testimonio no alcanza para la transformación…, entonces es interesante lo que pasa en Brasil y poco a poco en el resto de Latinoamérica se genera una organización del hip hop. Para mí es cómo cobra identidad propia en cada lugar, con una estética propia y contenidos auténticos y lo más importante, que creo que todavía no está pasando pero ojalá estemos en ese camino, que en el rap y el arte en general empiecen a formar parte del nuevo aluvión de cambios y proyectos. Lo más común es que el arte quede al margen, pero creo que este es un momento muy crucial, con proyectos impensables 10 ó 15 años atrás, y me parece que hay una conspiración 24 horas del día, 365 días por intentar desestabilizar esto. Hay que asumir este momento histórico que nos toca y comprometerse, y me parece una cosa teñida de alegría y no de dramatismo. A mí me pone muy feliz poder formar parte de esto.
Jhon y Rubén. ¿Entonces, el hip hop es una herramienta de transformación?
Malena. Para mí, es la herramienta y debe ser parte de otro movimiento, más amplio que el hip hop; y lo artístico es lo artístico –como decía el profe –, un lenguaje que debe funcionar. Si no hacemos buena música no convencemos ni seducimos. Una vez con esa posibilidad mediante la música, y entablada una comunicación, se puede direccionar adonde veo que ustedes la llevan porque el rap como género musical tiene características que otros géneros no tienen: el espacio que se le da al discurso, propicio para adelantar una militancia, en especial en barrios, porque es donde el hip hop pega; en cualquier lugar de Latinoamérica adonde uno vaya se oye su música tradicional y hip hop, algo que apasiona a los jóvenes como ninguna otra cosa. Si uno quisiera ponerse en un barrio a organizar, no sé, talleres, algo que de repente no tenga que ver con las inquietudes y las pasiones de los jóvenes, ¡fracasa! En cambio, esto no fracasa; funciona porque es lo que incentiva a los muchachos. Digamos, es algo que entra por el cuerpo, como toda la música.

Jhon y Rubén. ¿Cuál fue tu impresión sobre el Festival Ciudad Hip Hop?
Malena. La verdad, yo venía sin mucha noción de qué tipo de festival era,… no más allá de que era de hip hop, ni de las particularidades del Festival, y me sorprendió bien ver que estaba organizado por gente del movimiento, no es tan común que el movimiento mismo produzca un festival de tal magnitud, y esto muestra madurez del movimiento. Me llama la atención el nivel discursivo, de conciencia política que se ve acá entre quienes lideran este tipo de eventos. Además, creo que comparten liderazgo respecto al hip hop y el barrio, haciendo trabajo social y político. Colombia me impactó muy fuerte, muy fuerte. Es la primera vez que estoy en un país con una dictadura contemporánea, porque yo vengo de una historia de dictadura; de hecho, mi vida está marcada por la desaparición de mi papá en la dictadura argentina, ni sabía ni dimensionaba cuán grave es la situación colombiana en cuanto al genocidio del Estado. Entonces, ver que por debajo están pasando cosas, con resistencia de gran nivel, me llama mucho la atención y eso, comparando con otros lugares de Latinoamérica, sin subestimar a nadie. Noto un nivel discursivo por encima de otros lugares que visité. Para mí es rebueno eso.
Jhon y Rubén. En el seminario Hip Hop que hace parte del Festival se planteó un debate sobre la resistencia contracultural y el papel del artista latinoamericano frente a su compromiso social y político, ¿cuál es tu opinión sobre el particular?
Malena. Para mí fue una gran sorpresa y además me parece fundamental que estos eventos vayan acompañados con una charla, un debate; es difícil poner a un artista a debatir en este mundo; pareciera que los artistas tienen que ser seres enajenados de la realidad e incluso tontos, porque muchas veces se nos muestran como tales, y los artistas tampoco se encargan de desmentirlo. Por ejemplo, negando la relación arte-política, del arte con lo que pasa socialmente, qué bueno decir que es un acto de cobardía también, porque muchas veces he hablado con músicos. Uno los conoce y no son tan tontos, pero creo que el compromiso implica riesgos y la gente tiene miedo de perder algo, de arriesgar, pero también creo que eso es una falsedad que se generó en los medios que quieren mostrar eso, que cuando un artista ‘se mete’ queda anulado y eso no es así, porque si la gente demanda escuchar otra cosa, digamos que los medios de algún modo se verán forzados a dar cuenta de eso. No creo que porque un artista tenga compromiso socio-político quede fuera del circuito, eso es mentira, hay gente criada mediaticamente, con lavado cerebral, pero hay que entrar en el juego.
Jhon y Rubén. Para cerrar, Actitud María Marta actuó en corto tiempo en dos grandes espacios de hip hop en nuestro país: el Festival Hip Hop al Parque en Bogotá, y Festival Ciudad Hip Hop en Cali ¿cómo percibes la escena nacional del hip hop colombiano?
Malena. Pese a que en Bogotá estuvimos más veces, hicimos más conciertos y estuvimos en ese megafestival que es Rap al Parque, creo que me conecté y pude profundizar y estrechar más lazos con los raperos y el movimiento caleño. En Rap al Parque no sentí, sacando el evento de lo de los falsos positivos, que me pareció muy positivo, valga la redundancia, me pareció muy bueno que en un espacio así y en un lugar como Colombia, que no es fácil, se mostrara eso y que sea televisado y masivo. Pese a eso, al pequeño espacio de libertad, digamos, de profundización, me parece que se quedó un poco en el evento, el concierto. Pero este evento en Cali me parece concebido de otro modo y se notaba que era otro espíritu, con otra dirección.
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