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La escasez mundial de agua

La escasez mundial de agua
En los últimos años, el cambio climático ha desplazado otros temas ambientales para convertirse en el problema mundial número uno. Pero la alarmante escasez de agua es un asunto igualmente importante e incluso una amenaza más inmediata.
 
Una década atrás se anunció que para 2025 un tercio de la población mundial sufriría esta escasez. Pero ya se alcanzó ese umbral. Dos mil millones de personas sufren este problema. Para 2025, ese cálculo pudiera ser el doble (más de cuatro mil millones, tomando en consideración el aumento de la población del planeta), salvo que haya cambios en las tendencias de hoy. En este siglo, las guerras serán por el agua, como en las últimas décadas han sido –y siguen siendo– por el control del petróleo.
 
“La población mundial se triplicó en el siglo XX, pero el consumo de agua aumentó siete veces”, señaló la experta Maude Barlow, del Council of Canadians, en su libro Convenio azul. “Para 2050, cuando hayamos sumado otros tres mil millones de personas a nuestra población, sólo para cubrir nuestras necesidades requeriremos un aumento del 80 por ciento en el suministro de agua. Nadie sabe de dónde la sacaremos”.
 
La demanda de agua potable va en rápido aumento, pero su suministro es limitado, disminuye y se afecta por el deterioro de las cuencas, consecuencia de la deforestación y la erosión. También se agota el agua subterránea y se excava cada vez más hondo para hallarla. La extracción del líquido subterráneo provoca caídas en los niveles freáticos en India, China, Rusia, Estados Unidos y Asia Occidental. 
 
La agricultura usa el 70 por ciento del agua, pues el sistema agroindustrial exige grandes volúmenes. Se necesitan tres metros cúbicos para producir un kilo de cereales y 15 para un kilo de carne vacuna, por la alimentación con granos en la ganadería intensiva. Además, gran parte del agua de superficie está contaminada. Y si se la utiliza, habrá problemas de salud. Cinco millones de seres mueren al año por enfermedades relacionadas con el agua.
 
El problema se agudiza por el cambio climático. El calentamiento global provoca deshielos de los glaciares. Por ejemplo, los del Himalaya alimentan varios ríos de India, China y el sudeste asiático. Según Yao Tandong, de la Academia de Ciencias de China, la reducción de los glaciares en las regiones de meseta provocará una catástrofe ecológica.
 
El problema de agua en Yemen está descrito en The Guardian del 27 de febrero pasado. Se prevé que Sana a, la capital, quedará sin agua en 2017, ya que de la cuenca del río se extrae cuatro veces más agua que la que cae cada año. De los principales 21 acuíferos, 19 ya no se llenan luego de una sequía y la creciente demanda. El Gobierno considera trasladar la capital, desalinizar el agua costera y bombear dos mil metros montaña arriba.
 
La escasez también se ha convertido en motivo de conflicto, en especial cuando una fuente, como un gran río, sirve a más de un país. El país o los países que tienen la toma en la parte alta pueden afectar el volumen que fluye hacia los países río abajo.
 
En África, unos 50 ríos se comparten por dos o más países. Según artículo de Population Reports, el acceso de las cuencas de los ríos Nilo, Zambezi, Níger y Volta es un potencial de conflictos. También describe que la cuenca del mar Aral, en Asia Central, está asediada por conflictos internacionales por el agua, entre Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán, que a su vez dependen del Amu Darya y el Syr Darya.
 
Oriente Medio sufre escasez, con aumento de situaciones conflictivas. 
 
En su reciente libro Water, Steven Solomon describe la creciente tensión por los recursos compartidos del Nilo, en especial entre Egipto y Etiopía. En la cuenca del Jordán, dice, “en uno de los lugares de tensión, israelíes, palestinos, jordanos y sirios compiten por el control y la división de los escasos recursos de una región que hace tiempo tenía suficiente agua potable para todos”.
 
Según Population Reports, en el oeste estadounidense los agricultores que quieren más agua para riego se enfrentan a las zonas urbanas, que piden más agua para uso doméstico y municipal. En India, Karnataka tenía una disputa con Andhra Pradesh a raíz de la altura de una represa sobre el río Krishna, que puede afectar el caudal disponible por ambos Estados. Otra cuestión es la lucha por la posesión y la distribución de los escasos recursos. Maude Barlow describe en su libro las políticas privatizadoras del agua, hasta hace poco bajo control directo del gobierno.
 
La privatización en Occidente se esparció a los países en desarrollo con préstamos y proyectos del Banco Mundial. Esto tiene efectos adversos para el acceso de la población al recurso, según el autor, que documenta la lucha en muchos países por hacer del agua un bien público, y para que el acceso sea un derecho humano. Todo guarda la misma gravedad que el cambio climático, porque el agua es el producto más importante para todo el mundo, y su escasez afecta la salud y la geopolítica. Dice Solomon: “Así como los conflictos petroleros fueron centrales en la historia del siglo XX, la lucha por agua potable seguramente será un nuevo punto crucial para el orden mundial y el destino de la civilización”. Por eso es necesario reconocer la situación crítica del agua, cuya solución debe ocupar el primer lugar de la agenda mundial y de los países.
 
* Fundador de Third World Network (TWN), es director ejecutivo de South Centre, organización de países en desarrollo con sede en Ginebra.
Traducción: Raquel Núñez Mutter.
 

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