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Comunión sin fronteras*

Concepto

 

Como consecuencia de la contradicción permanente entre el poder excluyente de las iglesias y las demandas existenciales, éticas, filosóficas y espirituales de las personas que sirven a las comunidades desde una perspectiva de fe, muchas y muchos agentes de pastoral de distintas congregaciones cristianas han sido (y son) puestas permanentemente al margen de procesos de construcción colectiva. Mediante el uso y abuso maniqueos de sus códigos particulares de derecho, las iglesias han montado y operado mecanismos de exclusión contra individuos y contra colectivos en su interior. Esos mecanismos se han aceitado de forma más radical y violenta en los 36 años de contrarreforma del Concilio Vaticano II llevada adelante desde la iglesia de Roma, por los pontífices Wojtyla y Ratzinger, entre 1978 y 2013.

 

Las víctimas más visibles de esa arremetida del poder formal eclesiástico han sido (y son) religiosas, religiosos, ministras y ministros, pastoras y pastores de comunidades cristianas de base que han entendido su vocación y su servicio desde la perspectiva de los empobrecidos y de su proyecto histórico, social y político liberador; o que han cuestionado y cuestionan, desde una perspectiva evangélica, los constructos teológicos e ideológicos de poder y de dominio de las iglesias y la práctica constantiniana1 que de éstos se han derivado; mujeres y hombres católico-romanos que cuestionan el celibato como ley e instrumento de sometimiento y negación antropológica, decidiéndose a confrontarlo con su decisión de vivir su identidad sexual en pareja; personas que han asumido y asumen su propia identidad sexual y erótico-afectiva diversa y actúan pastoralmente al servicio de los colectivos Lgbti2 y/o de otras experiencias de comunidad o de organización política solidaria. En esa larga lista caben obispos, sacerdotes, diáconos, religiosas y religiosos católicos, al igual que pastoras y pastores, ministras y ministros de congregaciones evangélicas, animadoras y animadores de experiencias de vida cristiana en la periferia social, política, económica, cultural y eclesial.

 

Novedad de comunión sin fronteras

 

En medio de esta realidad, Comunión sin fronteras se propone como un espacio plural y ecuménico, democrático, horizontal y abierto, para la articulación y el relacionamiento de esas personas que en algún momento sirvieron a sus iglesias o congregaciones desde una perspectiva de fe, y desde una vocación humana de solidaridad y acompañamiento.

 

Esta iniciativa se concibe, además, como un espacio de conversación y debate, de reflexión-acción, de espiritualidad en solidaridad, de intercambio de experiencias existenciales, de celebración, de apoyo económico solidario, de investigación y articulación con comunidades de pensamiento en lo local, regional, nacional e internacional, de publicación y divulgación de pensamiento reflexivo y crítico-creativo de vanguardia, de compromiso político desde las necesidades y planteamientos de la “periferia” social, religiosa, política, económica y cultural.

 

Se entiende como un espacio para dejar resonar afectiva y ritualmente la palabra de cada una de las personas que lo construyen. Es una experiencia de encuentro y comunión. Allí la palabra es, a veces fiesta y a veces soledades acompañadas, a veces crecimiento y otras veces rituales de nuevo nacimiento y de ganancia de nuevas razones para abordar la vida. Allí se asume que “un ser en vía de espiritualización no abandona, pues espíritu significa resistencia”3. Rituales de vida y liberación, en ambientes horizontales, libres y enteramente amables y al servicio de la vida son alma y soporte de su organización.

 

Se propone construir una red amplia, abierta y eficiente de economía solidaria que actúe a favor de todos sus asociados y de otras personas no asociadas provenientes de los colectivos descritos arriba que se encuentren en situación de fragilidad y/o amenaza de su bienestar humano integral. Para lograrlo, se conformará un fondo solidario administrado con eficaces criterios de “empresa social, solidaria, transparente, equitativa y limpia” que no busca lucro individual ni generación de ganancias individuales sino producción de bienestar colectivo bajo la forma de “cambiar la situación económica y social”4 de animadoras y animadores de comunidades periféricas en condiciones de no dignidad.

 

Se asume como un movimiento de pensamiento esperanzado capaz de cuestionar el statu quo inoperante para la mayoría y favorable sólo a una minoría; esa vergonzosa situación colombiana que aumenta las riquezas de una minoría hegemónica al tiempo que hace aumentar el número de pobres, es una llamada a la toma de postura política de nuestros colectivos. No cualquier construcción política es adecuada a nuestras convicciones y procesos sino aquellas que garanticen bienestar integral colectivo, justicia con equidad y acelerado desmonte de la concentración de riquezas en poquísimas manos. Las tomas de postura y opciones de apoyo político o de presentación de cuadros propios pueden reflexionarse como procederes nada ajenos a las prácticas de Comunión sin fronteras.

 

Justificaciones

 

  1. Reflexionar la cruz como instrumento de negación y muerte desde el cual se anuncia, proféticamente, que la nueva humanidad debe alertarse para impedir nuevas crucifixiones de personas, ecosistemas, del suelo, del subsuelo y del planeta como casa común, ha desatado también nuestros procesos de liberación: nos ha llevado a no soportar que las instituciones eclesiales, en tanto aparatos de poder, nos sigan crucificando en cruces de absurda negación hasta el final de nuestras vidas.
  2. Una vocación muy particular de servicio marca nuestras vidas. Esa vocación no desaparece cuando entra en juego la disciplina excluyente, fatalista y forzosa de una iglesia o congregación religiosa. Esa aspiración de servicio se ha quedado, en muchos casos, en una especie de barbecho, a la espera de escenarios alternos y de otros desarrollos posibles.
  3. Lo que en tiempos de nuestro servicio, desde la institucionalidad eclesial, nos sensibilizó y nos convocó –el compromiso con mejores condiciones de vida para los inmensos colectivos empobrecidos–, sigue siendo, y con mayor radicalidad, tarea pendiente. Cuando tuvimos la necesidad existencial de apartarnos de la institucionalidad eclesial, en nosotros no se borraron ipso facto esa vocación por la incidencia transformadora en la vida de las comunidades y esa convicción de ayudar a construir poder popular de la mano de los más empobrecidos, negados y excluidos.
  4. Nos sabemos sujetos de derechos y de deberes políticos, sujetos con tarea. Entendemos que el compromiso político no se puede realizar a solas. Tenemos el deber de vincularnos al movimiento libertario y a colectivos que, desde nuestras formaciones específicas, nos permitan acciones y compromisos significativos. Convocarnos y articularnos alrededor de pensamiento y tareas sociales y políticas de vanguardia es una forma de mantenernos vivos-vivas y comprometidos/as con nuestras existencias individuales y con la construcción de nueva humanidad.

 

Perfil de las y los miembros de Comunión sin fronteras

 

Las candidatas y candidatos a este colectivo son personas mayores de edad, humanistas con opción por la defensa de todas las formas de la vida, mujeres y hombres con coherencia crítica en lo eclesial, social y político, plurales y capaces de aceptación de todas las diferencias humanas, con ilustrada y definida opción por la equidad de género; mujeres y hombres con compromiso eclesial y/o extra-eclesial de y en periferia, en actitud de construcción y producción solidarias, personas marginadas de la oficialidad de las iglesias y/o congregaciones religiosas por obra y gracia de la contrarreforma y los fundamentalismos religiosos, por libre decisión personal o por coerción del derecho; mujeres y hombres que hayan sido vulneradas en sus derechos individuales por el hecho de haber ejercido de forma diversa y plural su compromiso social y pastoral; mujeres y hombres estigmatizados, perseguidos y vulnerados en su integridad física, síquica, espiritual y emocional por el hecho de haber asumido la vivencia de su sexualidad y de su afectividad.

 

Áreas de investigación y servicios

 

Comunión sin fronteras conformará al interior de su organización, colectivos especializados de investigación y acompañamiento que pondrán su énfasis en investigación y formación para la solidaridad, para la defensa legal y/o jurídica de quienes han sido vulnerados en sus derechos individuales por la institución religiosa o eclesial a la que se pertenece o se perteneció. En ese sentido, serán áreas de investigación y servicio, entre muchos otros posibles, “La dimensión política de la fe”, “Sexualidad como antropología y espiritualidad”, “El cuerpo como lugar de salvación”, “Por el derecho a creer sin perder los derechos”, “Crítica de los lenguajes pastorales en periferia”, “Pastoral y liberación de los colectivos humanos”, “Sexualidades de periferia y mitos de normalidad”, “Historias de vida en-periferia”.

 

Hay espacio para todas y todos

 

Siendo éste un espacio abierto, plural, “sin fronteras” ni excomuniones, las lectoras y los lectores del periódico desde abajo pueden tomarlo como propio, bien para articularse con el grupo ya existente en Medellín o bien para proponer otras agrupaciones en diferentes lugares del país. Lo importante es seguir caminando. Caminando y construyendo lazos, redes, pensamiento y prácticas libertarias y liberadoras articulaciones.

 

* A partir del artículo anterior, algunas personas han manifestado deseo de saber un poco más sobre Comunión sin fronteras. Eso me anima a presentar esta experiencia en el espacio “evangelio desde abajo”. [email protected]

 

1 Con Constantino y su Edicto de Milán se inició, en el año 313, una alianza de poderes entre el Imperio y la Iglesia de Roma. Ésta fue declarada por el emperador, religión oficial del imperio; entre ambos, poder político e iglesia, empezó a regir la ley del “do ut des”, consistente en que, como contraprestación por su oficialización imperial, la iglesia bendeciría incondicionalmente las políticas oficiales. Este modus operandi desató una pseudo-teología legitimadora del poder, normalmente con perversa y bien dirigida manipulación del Evangelio y del espíritu que movió a Jesús a proponer la categoría “reino de Dios”, esencialmente adversa al poder “mundano”.

2 “Colectivos Lgbti” son, en contextos de habla española, los relativos a Lesbianas, Gay, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales.

3 Cioran, el ocaso del pensamiento, ed. Tusquets, p. 55.

4 Yunus, Muhammad -Fundador de “El banco de los pobres” y premio Nobel de la Paz. “Empresas para todos”, Norma, Bogotá, p. 9

 

Información adicional

EVANGELIO DESDE ABAJO
Autor/a: Ancízar Cadavid Restrepo
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