“La izquierda comienza a gobernar”…

Tres millones sesenta mil novecientos cuarenta hombres y mujeres –3’060.940– viven por debajo de la línea de pobreza y de ellos un millón ciento cuarenta mil novecientos cuatro -1’140.904 – sobreviven en estado de indigencia en la ciudad de Bogotá. Esta constatación es aún más preocupante cuando realizamos una mirada histórica al inmediato pasado y descubrimos que desde 1993, cuando la población en estado de indigencia era del 8%, se ha ido en progresión dramática llegando en el año 2002 al 17%. Igualmente recordamos que la población total ha ido crecimiento, las personas concretas en dicha condición se incrementan cada año por el aumento del porcentaje como por el crecimiento de la población en su conjunto.

Pasaron muchos años y con ellos muchas memorias cargadas de ausencias y esperanzas, con nombres concretos de mujeres y hombres que hoy no están, porque el tiempo fue mayor que sus condiciones de supervivencia, porque la arrogancia homicida de los poderosos los borró con una bala intencionalmente silenciosa, porque las condiciones limitadas en su calidad de vida los tuvo siempre en el límite intangible de la vida y la muerte o simplemente porque el olvido fue más poderoso que la imaginación. Muchos años para escuchar, en la Plaza Mayor, la Plaza de Bolívar, de voz del Alcalde Mayor de la ciudad de Bogotá Lucho Garzón, la sentencia arriba enunciada.

Muchas son las preguntas y diferencias que acompañan el ejercicio del actual gobierno distrital, pero hay una sola certeza, y es que, el éxito o fracaso de este gobierno, marca las posibilidades reales de una alternativa de izquierda, en la construcción de la tan añorada Colombia en equidad, justicia y dignidad.

Es nuestra tarea entonces asumir la crítica propositiva, en el acompañamiento diario de la vida popular, a las acciones y realizaciones del gobierno de Bogotá. No podemos ser memores al momento histórico, que no es otro que un clamor popular en la búsqueda de nuevas formas de ser y hacer política en Colombia. Pero igualmente tampoco podemos perder nuestra condición de vigilantes activos, en la calle, en el barrio, en el trabajo, en la escuela, en cualquier rincón de esta ciudad que nos pertenece y hoy nos hace visibles, para el cumplimiento de las propuestas, en el ejercicio compartido de “ser poder y ser gobierno”.

Conocer la dimensión del reto facilita la búsqueda y realización de las soluciones, por ello queremos hoy presentar una mirada objetiva a los números que describen la situación actual de Bogotá:

1.- Un 38% de la población de Bogotá no esta vinculada formalmente a la red de servicios en salud y por tanto no tienen sus derechos a la salud y a la vida garantizados.

2.- Si bien la cobertura física en Agua Potable, Alcantarillado, Energía y Teléfonos, muestra indicadores bastante altos cercanos al 98%, la capacidad de pago cada vez más limitada exige a las familias restringir su alimentación, vestuario, recreación, entre otros, para poder cumplir con una obligación exigida por la política macroeconómica impuesta por el gobierno a través de sus acuerdos con la banca multilateral y el capital multinacional.

3,- 577.480 familias no tienen vivienda, sumadas a los otros centenares de miles que viven en condiciones infrahumanas e indignas.

4.- La tasa de deserción escolar entre 1997 y 2001 pasó del 3.1% al 3.8% a nivel general, pero en la educación oficial pasó del 3.9% al 4.5% respectivamente. Es aún más preocupante en la educación secundaria donde pasó del 4.2% al 6.3%. La deserción se concentra principalmente en las cuatro localidades del centro y las tres del suroriente.

5.- La tasa de desocupación es del 16.9% y el empleo informal es del 60%.

6.- La inequidad social se manifiesta en los promedios comparados de ingreso per capita donde para Localidad de Chapinero es de $ 2.185.366 mientras para Usme es de $ 186.240 y el promedio de Bogotá es de $ 651.620.

7.- Contrasta con el punto anterior que el gasto per capita para la Localidad de Chapinero es de $ 2.500.106 y para Usme de 232.440, mientras el promedio para Bogotá es de $ 701.990.

8.- 165.826 familias consumen menos de tres comidas al día.

9.- Los estratos 2 y 3 equivalen al 76.5 % de la población de la ciudad y el 5.2 en los estratos 5 y 6.

Todos los indicadores arriba enunciados superan los promedios nacionales, colocando a Bogotá en condición de emergencia social prioritaria. En sus verdades y cifras no es una ciudad para maquillar. Con Luis Eduardo Garzón y las comunidades es mucho lo que hay por hacer.

Información adicional

Bogotá. A dar la talla
Autor/a:
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Edición 86

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