Central Unitaria de Trabajadores CUT, secretario general de Sintrateléfonos y Consejero Territorial de Planeación, que es la instancia de planeación en Bogotá. Entonces, quiero responder a esos dos interrogantes: ¿Cómo queda Bogotá? Y, ¿qué hacer por Bogotá, sobre todo si uno fuera el alcalde?
La problemática de los servicios públicos es igual en todas y cada una de las empresas de Bogotá. Aquí se ha formulado una distinción entre acueducto, energía, teléfonos, recolección de basuras, pero la situación es exactamente igual para todos: privatización, entrega del patrimonio de la ciudad, hostigamiento a los trabajadores, desmejoramiento del servicio y aumento de tarifas.
Para el caso de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá. ETB, hay que precisar que la pretención de privatizarla se divide en 3 etapas: en la primera, año 98, mandato de Antanas Mockus, detectan irregularidades consistentes en modificación de contratos, en ‘otrosis’ y en delegaciones irregulares e incluso el no pago de impuestos, irregularidades probadas por el Procurador de ese entonces, el doctor Jaime Bernal Cuellar, que comprometen al presidente de ETB de la época Sergio Regueros, que precisamente se le notificara en enero del 2004 sanciones relacionadas con casos disciplinarios e igualmente una sanción al Secretario General de la empresa, Alfonso Gómez, actual presidente de Telecom, que en primera instancia se le sancionó con muerte política pero que por razones inexplicables resultó finalmente absuelto
En la segunda, mandato de Enrique Peñalosa, el argumento es darle recursos a Bogotá para la inversión social, lo que se demostró como totalmente falso. En el tercer intento de privatizar la empresa, segundo mandato de Mockus, lograron vender el 11% de la Empresa por emisión de acciones, basados en esto modifican su naturaleza jurídica:
pasaron de una empresa social y comercial del Estado a una empresa mixta. A partir de ello hacen trámites secretos para manejar el presupuesto, como por ejemplo sacar a la ETB del presupuesto de la ciudad por ser una empresa mixta. El alcalde Mockus, representante del Distrito Capital –socio mayoritario–, entrega el patrimonio público y el poder de control a manos de los socios minoritarios.
¿Cómo es esto? Mire, tan solo con el 11%, los socios minoritarios de ETB no podrían tener ni siquiera un miembro en la Junta Directiva. Pero el alcalde Mockus dijo en una declaración de socio mayoritario, que si lograban vender más del 11% entonces ellos tendrían dos miembros en la Junta Directiva, y para darles mayor dominio crearon un poder de veto establecido en lo que se denomina el fuero especial, que obliga a que toda votación sobre asuntos estratégicos, inversiones, definición del presidente de la ETB y otras, sean asumidas por seis miembros de la Junta Directiva y no por cinco. Mire, si fueran cinco la ciudad sería mayoritaría. Lo digo de otra forma: Lucho Garzón debe hablar durante estos días con los dos socios minoritarios, representantes no de los usuarios ni de los trabajadores, ni del sector solidario que de ninguna manera fue consultado (se violó la ley 226 del año 95 que desarrolla el artículo 60 sobre los supuestos procesos de democratización accionaria o privatización y el Estatuto de Privatización) entonces deberá hablar con los dos socios minoritarios para pedirles el favor, a uno de ellos, que ratifique al doctor Rafael Orduz como nuevo presidente de la ETB, de quien tengo la mejor opinión.
¿Cómo salir de esto? Si yo fuera alcalde, lo primero sería modificar la totalidad de la Junta Directiva, al menos de los cinco primeros. Segundo, revocaría la declaración unilateral e ilegal que hizo Antanas Mockus concediéndoles poderes extraordinarios a los dos socios minoritarios. Tercero, recompraría las acciones vendidas o exigiría la devolución al Distrito Capital porque creo que aquí se encuentra un proceso de tipificación muy similar al que pasó con Invercolsa. Cuarto, avaluaría el proceso de investigación disciplinaria que adelanta la Procuraduría y, quinto, me rodearía de Sintrateléfonos y los usuarios para la defensa del mayor patrimonio público que hay en la ciudad.
Entonces, obsérvese que en el caso de los servicios públicos, es necesario retomar un criterio social: bajar las tarifas y el alcalde electo se comprometió en su programa de gobierno a bajar las tarifas de acueducto y alcantarillado, no en cuatro años sino en su gestión inicial. Entiendo las presiones que debe tener el alcalde para no bajar inmediatamente las tarifas de acueducto y alcantarillado, pero creo que debe rodearse de los trabajadores del acueducto y los usuarios. También es posible bajar las tarifas de teléfonos, es la propuesta que hemos formulado en el pliego de peticiones presentado a la administración, que no pudo resolver la administración de Antanas Mockus y que sabemos puede ser resuelto con Lucho Garzón. Pero seguramente esto es cuento para otro artículo.
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