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El Estado Islámico: modelo para armar

El Estado Islámico: modelo para armar

El Estado Islámico es el fruto de una cadena de tensiones que empiezan desde el origen mismo del Islam, agravadas en tiempos reicentes con la ocupación de Estados Unidos a Irak y el conflicto de Siria, hechos a los que debe sumarse el Islam radical, la guerra contra el terror, la situación de los kurdos y hasta la misma creación de Irak.

Lo religioso
Mientras Jesús dijo “tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia”, en el caso del mundo musulmán no quedó claro quién sería el heredero del profeta Mohamed, muerto en el años de 632. Esto llevó a la creación de dos corrientes mayoritarias dentro del Islam: la rama suní y la chií. Esta pugna dentro del mundo musulmán explica en parte (y solo en parte) las tensiones entre diferentes actores en Oriente Medio, entre ellos los grupos suníes apoyados por países del Golfo Pérsico y los grupos chiíes apoyados por Irán (lógica que no aplica para Palestina donde el grupo suní Hamas es apoyado por Irán, de credo chií).
Muchos años después, en 1920, tras la caída del Imperio Otomano y el fin de la Primera Guerra Mundial, el Reino Unido le dio forma, como invento, a Irak. En 1916 los ingleses y franceses ya se habían dividido buena parte de lo que hoy llamamos Oriente Medio, dedicándose, con su lógica imperial, a inventarse Estados, entre ellos Siria, Líbano, Kuwait y Arabia Saudita.
Irak es el fruto de la fusión de tres distritos del antiguo Imperio Otomano: Mosul, de predominio kurdo; Bagdad: de predominio suní; y Basora de predominio chií. La fusión de esas tres comunidades –sin haber limado sus asperezas– generó una tensión presente aún hoy día. La violencia religiosa entre suníes y chiíes es uno de los componentes de la crisis y una cotidianidad especialmente en Bagdad.

Irak

En el período entre 1979 y 2003, estuvo en el poder el líder Sadam Hussein, árabe suní, contrario a los chiíes por razones religiosas y de los kurdos por razones culturales. La persecución a estos grupos fuee afianzada cuando kurdos y chiíes se levantaron contra el régimen durante la guerra Irán-Irak y en los años noventa, después de la ocupación de Kuwait por parte de Irak.

En 2003, Estados Unidos ocupó Irak con la ayuda de sus aliados, dejando en el poder desde 2004 a chiíes y kurdos quienes han desarrollado una política revanchista contra los suníes. En 2003, Estados Unidos desmanteló el ejército iraquí (de mayoría suní) y al partido Baaz que era el brazo político de Sadam Hussein. Los suníes llamaron al boicot de la Constitución votada en 2005 y fueron excluidos del poder durante más de una década.
La respuesta a la ocupación incluyó a socialistas, suníes, milicias del Baaz, milicias chiíes, nacionalistas y un sinnúmero de grupos armados que por años combatieron la presencia de Estados Unidos y sus aliados. Ese caldo de cultivo dio lugar a la aparición en territorio iraquí de grupos pro Al-Qaeda, entre ellos los núcleos de lo que posteriormente sería llamado ISI: El Estado Islámico de Irak.

Los kurdos

Al tiempo que nacía Irak (años 1920) hubo una leve esperanza para los kurdos de tener su propio Estado. Este pueblo, repartido entre Siria, Irak, Turquía e Irán, fracasó en sus aspiraciones pero mantuvo su identidad y su sueño de poseer un Estado. En 1984, los kurdos de Turquía se alzaron en armas a través del Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK). Aunque son de mayoría suní, sus banderas no son religiosas sino nacionalistas.
Los kurdos de Irak lucharon por su independencia contra Sadam Hussein y hoy día tienen el norte de Irak bajo su control porque, de jure, la Constitución de Irak abrió las puertas a su autonomía regional y, de facto, porque sus fuerzas armadas regionales (los Peshmerga) fueron los únicos quee detuvieron el avance del Estado Islámico ante la huída del ejército iraquí, creado nuevamente hace pocos años.
Los kurdos de Siria, asentados principalmente en la hoy disputada ciudad de Kobane (muy cerca de la frontera con Turquía) trataron de construir una propuesta para ellos en medio de la guerra Siria: tres cantones autónomos tanto del Ejército Libre Sirio (rebeldes laicos), de los grupos yihadistas suníes (entre ellos el Estado Islámico) y del gobierno de Siria.

El yihadismo

El yihad en árabe significa esfuerzo, pero también es, como se ha denominado, la guerra por la fe. En el siglo XIX lograron consolidarse dos propuestas: el wabahismo (nacido en 1744) para expulsar de la península arábiga los elementos no musulmanes; y el salafismo, que plantea el regreso al Islam de los ancestros (los salaf). Estas dos fuentes logran expresarse hoy en la lógica política de Arabia Saudita que busca exportar su credo wabahista, asi como en grupos que plantean el uso de la violencia política para la imposición de la islamización.
Estos últimos grupos tuvieron un momento de gloria con la expulsión de los soviéticos de Afganistán en 1989. Diez años antes los soviéticos habían llegado para apoyar a los comunistas afganos que no terminaban de entender que reducir todo a la lógica estrecha de la lucha de clases era un fracaso porque muchos elementos culturales se quedaban por fuera, entre ellos el Islam.

Apoyados por Estados Unidos, los yihadistas de ese entonces (también llamados muyahidín: los que hacen el yihad) crearon grupos internacionalistas con la llegada de musulmanes procedentes de diferentes países a luchar contra el incrédulo soviético. Después de la guerra, Afganistán cayó en una guerra civil de la que salieron triunfantes los talibán, grupo creado en 1994 y que en solo dos años logró el poder.

Al-Qaeda

En los años ochenta, uno de los combatientes de los grupos internacionalistas de Afganistán fue Osama Bin Laden. Cuando en 1990-1991 el gobierno de Arabia Saudita permitió el despliegue de tropas de Estados Unidos para expulsar a Irak de Kuwait, Bin Laden y otros radicales islamistas declararon traidor al gobierno saudí por permitir que infieles pisaran el territorio sagrado.
Los antiguos combatientes en el frente afgano y las ideas (y el dinero) de Osama Bin Laden confluyeron para crear una propuesta militar con campos de entrenamiento en diferentes países como Afganistán, Yemen y Sudán. Es así como toma forma la alianza entre el líder de los talibán (el Mullah Omar) y el del grupo que solo a finales de los años noventa empezaría a ser denominado como Al-Qeada (que significa la base, el fundamento). Esa alianza se rompe con la ocupación de Estados Unidos a Afganistán en 2001.
El ataque a las torres gemelas no dejó solamente como coletazo la invasión a Afganistán, sino que además dejó un ejemplo para los radicales islamistas que empezaron a usar el nombre de Al-Qaeda como el de una franquicia, dando origen a Al-Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y Al-Qaeda de la Península Arábiga. Tambíen hubo grupos que manifestaron su abierta adhesión a la doctrina de Al-Qaeda, como hizo Al-Shabbab de Somalia, configurando una red de grupos entre los que cabe el nigeriano Boko-Haram.
Siria
En marzo de 2011, en el marco de las revueltas árabes, los sirios tomaron la calle contra el gobierno de Bashar Al-Asad. Dichas protestas, ante la creciente y brutal represión del régimen, rápidamente dieron paso a la lucha armada. Buena parte de la oposición armada se integró bajo el nombre de Ejército Libre Sirio, un paraguas bajo el cual actuaban grupos muy diversos.
Entre las fisuras de control territorial y los vacíos de poder que dejaba la guerra, se fueron colando propuesta que no luchaban por banderas nacionalistas sino por banderas religiosas. De hecho, grupos del islamista y parte de Al-Qaeda Estado Islámico de Irak llegaron a Siria con el objetivo de abrir un frente que fue llamado Al-Nusra. Fue precisamente bajo la dirección de la rama iraquí de Al-Qeada que el grupo fue ganando terreno confrontando no solo al gobierno sirio sino, desde finales de 2011, a los sirios no islamistas que luchaban contra el régimen.

Al-Qaeda es, en ese momento, una propuesta política pero no un frente de guerra en el sentido formal, lo que sí es el Estado Islámico de Iraq el cual agranda su nombre al integrar radicales de ambos lados de la frontera para empezar a llamarse ISIS: Estado Islámico de Irak y Siria. Esas milicias tomaron control del occidente de Irak en diciembre de 2013. Pero las disputas por poder llevaron a que en febrero de 2014 Al-Qaeda lo expulsara de sus filas, lo que no impidió su consolidación en Siria, con sede en la ciudad de Raqqa. Hoy, Al-Nusra ha jurado fidelidad al Estado Islámico con lo cual Al-Qaeda retrocede como referente.
La ofensiva
En junio de 2014 las milicias del ISIS tomaron en el norte de Irak una ciudad kurda –Mosul–, con dos millones de habitantes. Los soldados del ejército iraquí huyeron dejando en manos de las milicias provisiones y armas. Sus continuos avances les permitieron tomar ciudades del norte de Irak, consolidarse en Siria, enfrentarse a Hizbollah en Líbano y atacar a los kurdo-sirios en Kobane. Solo los soldados kurdos han logrado detener su avance, pero con un alto costo en vidas humanas.
La confrontación armada gana nuevos ribetes. La violencia entre suníes y chiíes está exacerbada (los del Estado Islámico son suníes y consideran que los chiíes son falsos musulmanes); la causa kurda se ve en peligro ante la caída de Mosul y los ataques contra el frente kurdo en Siria; el yihadismo hace furor entre algunos sectores del mundo musulmán al punto que hoy el Estado Islámico cuenta con más de 8.000 combatientes extranjeros; Al-Qaeda quedó superada por el Estado Islámico que le disputa como referente internacional; y en la guerra de Siria perdió espacio la agenda nacionalista a expensas de la agenda religiosa.
Estados Unidos, Turquía, Irán y Siria comparten su preocupación ante el crecimiento y afianzamiento del Estado Islámico, pero lo hacen por razones diferentes. Hoy, esa propuesta yihadista tiene grupos de apoyo declarados en buena parte del mundo, desde Holanda hasta Indonesia. Pase lo que pase han demostrado que la torpeza de las potencias al delinear Oriente Medio, al invadir sus países y al alimentar la islamofobia solo dan una cosecha de odio que bien canalizada lleva a la guerra.

Información adicional

Autor/a: Víctor de Currea-Lugo
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