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El oxígeno de la economía colombiana

El oxígeno de la economía colombiana

Al tiempo que en el 2016 el PIB sufre contracción, y la inflación y el desempleo crecen, las remesas enviadas desde el exterior por miles de trabajadores que salieron en busca de mejor futuro, registran un inocultable alivio: más de 12 billones de pesos fue la suma recibida durante el 2015, en dólares 4.635 millones. En lo corrido del año en curso lo recibido suma 2.346 millones de dólares, doce por ciento más que en el primer semestre del año anterior. En búsqueda del sustento, continúan abriendo trocha por el mundo miles de connacionales.

 

Colombia registra como uno de los países con mayor emigración en Latinoamérica. Datos de la Ocde1 confirman que 100 mil migrantes nacionales abandonan cada año el país para radicarse de forma permanente en territorio de la Ocde o de América Latina; alrededor de 2 millones de ellos ya eran migrantes permanentes en países de la región2, estudio que solo toma en cuenta los últimos años y no registra la inmensa colonia asentada en Venezuela; en términos de migraciones regionales Colombia solo es superada por México y El Salvador.

 

Olas de migrantes impulsadas, principalmente, por la economía. A partir de la segunda mitad de la década de los noventa fue evidente la aceleración en los flujos migratorios de connacionales hacia el exterior, realidad atribuida de manera principal a la crisis económica de fin de siglo (Cárdenas y Mejía, 2006)3.

 

Paradoja. Estas migraciones no solo constituyen una alternativa de vida y progreso para las familias de los migrantes que aguardan en Colombia, sino que también terminaron por convertirse en uno de los factores dinamizadores de las economías regionales del país golpeadas por la crisis más fuerte de los últimos años (Ver Recuadro 1). Los miles de millones de dólares enviados por estos trabajadores que no encontraron trabajo en el país, o cuyos ingresos eran insuficientes para velar por su familia, son el paliativo que alivia la rudeza de las condiciones impuestas por el desempleo, los malos salarios, la recesión y el estancamiento.

 

Repuntan las remesas

 

Luego de una tendencia a la baja entre los años 2009 y 2014, las remesas repuntaron en 2015. Según la revista Dinero4: “El impacto para la economía colombiana es positivo. Por cuenta de la devaluación, los dólares que recibe una familia en el Eje Cafetero o en el Valle valen hoy 65% más que a principios de 2014 y 41% más que hace un año. Según el Banco de la República, a septiembre las remesas habían irrigado durante 2015 a toda la economía nacional más de $3 billones por trimestre ($9 billones a septiembre); esto significa que este rubro ya representaba más de un punto del PIB colombiano”.

 

La tendencia durante el 2016 es al aumento. Según El Espectador: “Cifras del Banco de la República revelan que en los primeros siete meses del 2015 los colombianos en el exterior aumentaron en 16% sus envíos de remesas al país, llegando a US$2.694,7 millones, frente a igual período de 2014, gracias a la subida del dólar”5. Los impactos están focalizados en regiones. En el caso del Valle del Cauca, las remesas pueden ser una muy buena explicación de por qué esta región, incluso en épocas de crisis, crece por encima de la economía nacional.

 

Hoy las remesas que llegan al país desde los Estados Unidos, o desde países europeos o latinoamericanos, pueden representar hasta un 1.5 por ciento del PIB. Al ritmo que empeoran las condiciones económicas en el país, y sus efectos comienzan a sentirse en la propia mesa de los colombianos, los “giros” se constituyen en un valioso activo para numerosos núcleos familiares, constituyéndose en recursos providenciales con capacidad para afectar los estilos de vida y consumo de millones de connacionales, oportunidades y servicios que no podrían adquirir con sus menguados y corrientes ingresos.

 

Luego de ser un destacado artífice de las condiciones que forzaron a millones de connacionales a desperdigarse por todo el mundo en busca del sustento, el Gobierno, junto a sus socios del sector financiero, quiere sacar un creciente partido de los recursos que envían los alojados allende la frontera. Según El Tiempo6: “El centro de estudios Anif advierte que a los colombianos residentes en el exterior que envían recursos a sus familiares y amigos en el país, les resultan cada vez más costosos esos giros. También considera que el exceso de regulación que el Gobierno les ha impuesto a las entidades financieras para canalizar estos recursos hacia el país está dejando a muchas por fuera, pues esto les encarece demasiado este tipo de operaciones, al tiempo que hace que esos dineros comiencen a buscar alternativas informales, con los agravantes que esto implica”. Lo único que les interesa es ganar con el esfuerzo ajeno.

El comportamiento de las cifras

 

Como ilustra la gráfica 1, a partir del año 2015 se reporta incremento en las remesas que llegan a Colombia. La afluencia de estas durante los primeros seis meses del año 2016 supera los montos recibidos en los mismos meses de los años anteriores. Este fenómeno, aunado a la devaluación de peso, y las constantes crisis económicas, puede contribuir a exacerbar las tendencias migratorias que caracterizan al país.

 

En la medida en que la crisis se prolongue, y la disparidad del peso con el dólar y el euro permanezca tan pronunciada, puede tomar forma –bajo contextos socioeconómicos similares– un fenómeno de diferenciación de consumo de bienes y servicios, estilos de vida y acceso a oportunidades entre las familias que reciben estos giros y aquellas que no los reciben. Si esto sucede, es de esperar un mayor flujo de colombianos hacía el exterior, tanto de mano de obra no calificada como de aquella que sí cursó universidad.

 

En términos espaciales las remesas ameritan desagregación, pues su distribución no es homogénea en todo el territorio nacional. La gráfica 2 ilustra la situación de los diez departamentos que más reciben ingresos por este concepto. El Valle del Cauca es el caso emblemático en términos de remesas recibidas. Solo durante el 2015 captó 1.263.6 millones de dólares.

 

La gráfica 3 muestra el monto y el país de origen de las remesas recibidas. Para todos los años de la gráfica, el país de donde más provienen remesas son los Estados Unidos. En 2015, de allí provenían poco menos de la mitad de todos los giros que llegaron al país, registrando, de igual manera, como el país donde el flujo de divisas hacía Colombia comportó el mayor incremento respecto al año anterior. España es el segundo país de origen de remesas, pero con tendencia a reducir su participación.

 

En la gráfica destaca la presencia de países de la región como Panamá (tercero en el ranking), Chile (cuarto), Ecuador (Sexto), México y Perú. La desaparición de Venezuela de todas las estadísticas, así como la tendencia al decaimiento de España, certifican que el flujo de remesas está directamente relacionado con las condiciones económicas que experimentan los países en los que se asientan los migrantes.

 

La mano de obra, este viejo “producto” de exportación colombiano, ahora registra como uno de los principales rubros exportados por el país, con lo cual se confirma que tanto en su interior como fuera de él, los marginados y los trabajadores en general son quienes sostienen y quienes garantizan el avance del país.

 

1 Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde). Migración internacional en las Américas. Sicremi 2015.
2 Comisión Económica para América Latina (Cepal). Nuevas tendencias y dinámicas migratorias en América Latina y El Caribe. Santiago de Chile, 2016.
3 Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Perfil Migratorio de Colombia. Bogotá, Junio del 2010.
4 Las remesas impactan positivamente la economía del país. http://www.dinero.com/edicion-impresa/pais/articulo/remesas-de-colombia-alcanzan-los-us4700-millones/218797. 2 de abril del 2016.

5 Remesas al país aumentan 16%. http://www.elespectador.com/noticias/economia/remesas-al-pais-aumentan-16-articulo-580553. 20 de agosto del 2015.

6 US$ 2.100 millones: récord de remesas desde EE. UU. http://www.eltiempo.com/economia/sectores/remesas-a-colombia/16547387. 28 de marzo de 2016

 

Recuadro 1
Soplan vientos de crisis económica

Atrás quedó la época de las vacas gordas, los efectos de las vacas flacas tendremos que degustarlos la mayoría de los colombianos. Durante la bonanza del precio de las materias primas, el Gobierno se dedicó a transmitir un falso optimismo que no condujo al aprovechamiento colectivo de los recursos, por el contrario fueron dirigidos para beneficio de unos pocos, y otro tanto derrochados. Evidencia de esto se encuentra en las importaciones que en los últimos diez años aumentaron de 1 a 12 millones de toneladas.

Realidad cambiante. En el 2016 al menos 23 billones de pesos menos reposan en las arcas del Estado por cuenta del bajo precio de los hidrocarburos, a esto debe sumarse el hecho que en este mismo año los ingresos por petróleo serán equivalentes a $0 pesos1. Un “tijeretazo”2 de 6 billones de pesos se anunció a principios del año para el Presupuesto General de La Nación: Empleo (-19 por ciento), Comunicaciones (-13.11 por ciento), ambiente y desarrollo (-12.4 por ciento), información estadística (-9.9 por ciento), vivienda (-4.7 por ciento) y educación (-0.44 por ciento).

Al tiempo que difundía estos recortes, el Gobierno dejaba en claro que entre sus gastos intocables, a los que no les rebajaría la asignación, están: las transferencias a los departamentos (por obligación constitucional), los intereses de la deuda externa y, según El Tiempo: “se excluyen los gastos generales asociados a operaciones militares y de Policía, pues, según explicó el Ministro de Hacienda, “se trata de gastos en combustible, dotación y alimentación de la Fuerza Pública”. Intocable los montos destinados a la seguridad del Estado.

Crece el desempleo. Según el economista Libardo Sarmiento Anzola3: “[…] En enero de 2016 la tasa de desempleo nacional escaló 11.9 por ciento, y en las 13 ciudades y áreas metropolitanas su guarismo alcanzó 14.1 por ciento, según los datos oficiales reportados por el Dane”. A sus impactos debe sumarse el incremento de la inflación que en julio del presente año fue del 8.97%, y los ajustes que pretenden controlar esta variable a través del incremento de la tasa de usura hasta el 32.01%4.

En palabras de Sarmiento Anzola: “Durante la última década Colombia era la envidia del vecindario. Su economía crecía a un ritmo promedio anual superior al 4 por ciento (período 2004-2014), el desempleo se reducía a un dígito y la incidencia de la pobreza por ingresos caía de 55,2 por ciento en 2001 a 27,8 en 2015 (gráfico 3) […] la realidad demostró que en una economía fundamentada en la especulación financiera e inmobiliaria, el rentismo y el extractivismo de los recursos naturales y energéticos, el desarrollo es insostenible”.

1 Colombia va a recibir cero pesos por ingresos de petróleo este año: Minhacienda. http://caracol.com.co/radio/2016/06/11/economia/1465608546_225297.html. 11 de junio del 2016.
2 Empleo público, el más sacrificado en recorte presupuestal en el 2016. http://www.eltiempo.com/economia/sectores/recorte-presupuestal-del-gobierno-en-el-2016/16518628. 23 de febrero de 2016.

3 El desempleo golpea una vez más. https://www.desdeabajo.info/ediciones/item/28442-el-desempleo-golpea-una-vez-mas.html. 28 de marzo del 2016.

4 http://www.dinero.com/economia/articulo/tasa-de-usura-en-tercer-trimestre-de-2016-sube-120-puntos-basicos/225160

 

Recuadro 2

2Fuente: Economíapolítica del Presupuesto General de La Nación 2016.https://www.desdeabajo.info/ediciones/item/27704-economia-politica-del-presupuesto-general-de-la-nacion-2016.html

 

Recuadro 3
“Si ellos no mandaban ese dinero nos cortaban los servicios…”

 

La señora Doris Alicia Ceballos, habló desde Medellín con el periódico desdeabajo y relató una experiencia migratoria bastante representativa.

desdeabajo –da–. ¿Cómo fue el inicio del proceso migratorio en su familia?

Doris Alicia Ceballos –D.C.– Eso empezó hace 25 años, cuando mi hermano menor se fue por “el hueco”, como solían por aquella época irse las personas. Llegó donde un tío que le colaboró y buscó empleo. Él era soltero en ese entonces, mandaba el dinero para colaborarle a mi mamá y para ayudarme a mí con mis dos hijos. Luego, con el tiempo, más o menos por allí a los diez años, él le ayudó a otro hermano para que se fuera, pero mi hermano sí viajó con papeles, ósea, con visa de turista. Estando ya en Estados Unidos (EU) trabajó y también mandaba dinero para mi mamá, dinero para colaborarme a mí con mis hijos […] yo estaba estudiando en la universidad, en fin.

 

Cada mes mandaban el dinero para pagar los servicios de mi mamá, para comprarle el mercado y para colaborarme a mí. Eso ha sido sagrado como desde hace 25 años. Luego mandaron por mí, yo me fui también legal, estuve un tiempo allá, trabajé, dejé mis hijos acá y les mandaba también mensualmente la remesa para que mercaran, pagarán servicios y todo eso.

 

da. Pero usted se devolvió, ¿Qué pasó?

D.C. Con el tiempo decido volverme. Para mí fue muy duro estar por allá, para los hijos durísimo, entonces tomamos la decisión de que era mejor quedarnos aquí tomando agua de panela si nos tocaba, pero estar juntos. Es de las experiencias más duras que he tenido en mi vida, te digo que lloré todos los días estando sin ellos, además de que uno se tiene que matar mucho. Trabajaba honestamente para poder vivir en los EU y enviar dinero, para lo cual hay que matarse mucho; en los últimos días de aquella época dormía cuatro horas pues tenía tres empleos, y así ahorrar dinero y poderme venir.

 

Hace dos años, el primero de mis hermanos que se fue –que hubiera cumplido 25 años de estadía si todavía estuviera allá–, también decidió regresar, él de todas maneras se hizo ciudadano norteamericano, tiene papeles en regla, pero prefirió venirse para acá, él dice que prefiere terminar sus años en Colombia, y cada determinado tiempo viaja, porque tiene una hija allá. El otro hermano también tiene dentro de sus pensamientos regresar lo más pronto que pueda.

 

da. ¿Qué tan importante eran los recursos que mandaban sus familiares?

DC. Si ellos no mandaban ese dinero nos cortaban los servicios, así se sencillo. Era la forma como nos sosteníamos, hasta que terminé la universidad y me puse a trabajar, así empecé a ejercer mi profesión y ya se alivió un poquito la carga porque ya podía mercar, ya podía pagar servicios. Aunque ya contábamos con este ingreso, ellos siguieron mandándole a mi mamá su dinero, pero ya me soltaron las riendas un poquito porque ya tenía.

 

da. ¿Las remesas continúan llegando?

DC. Mi hermano envía, sí, pero no tanta cantidad porque la economía de los EU ha desmejorado mucho. Una veces hay empleo, otras veces no; la situación es tal que en algunas ocasiones somos nosotros quienes le enviamos a él.

 

Gráfica 1. Montos de las remesas en millones de dólares recibidas mes a mes en Colombia desde el 2014 hasta el segundo trimestre del 2016

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Información adicional

Autor/a: ALLAN ENRIQUE BOLÍVAR LOBATO
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