Durante cuatro días, entre el 31 de agosto y el 3 de septiembre del año en curso se celebró el campeonato mundial de paraciclismo en Pietermaritzburg, Sudáfrica, la participación colombiana fue memorable, ¿por qué los medios callan ante todo aquello que no les representa dividendos económicos inmediatos?
La participación de Colombia en los Juegos Paralímpicos 2016 fue memorable, así lo confirman las 17 medallas logradas: dos de oro, cinco de plata y diez de bronce. En esto vemos la tenacidad de hombres y mujeres capaces de afrontar las desigualdades que esta sociedad les impone. El escaso cubrimiento mediático de estos logros muestra, una vez más, la discriminación a que están sometidas las personas diversas funcionalmente. Muchas y muchos deportistas en este país luchan por la participación en escenarios deportivos, tienen excelente rendimiento y aún así son ignorados por la opinión pública.
Esta invisibilización es constante y resalta con fuerza cada tanto. Del 31 de agosto al 3 de septiembre de este año se celebró el campeonato mundial de paraciclismo en Pietermaritzburg, Sudáfrica, en donde la deportista Daniela Carolina Munévar alcanzó la medalla de oro en su categoría, representando a Colombia, logro del cual poco o nada se comentó en el país.
Junto a Daniela Carolina existen otras mujeres deportistas, funcionalmente diversas, que luchan en este país por lograr sus sueños deportivos. Una de ellas es Yady Fernández, que veía su carrera en el fútbol, fue llamada a la selección de fútbol femenino colombiana, pero antes de llegar sufrió un accidente por el cual debieron amputarle una de sus piernas; su sueño cambió, pero no perdió su convicción ni vocación: ahora es una medallista paraciclista.
Así y todo, participando de uno de los deportes más importantes en Colombia, y con el cual tiene gran reconocimiento internacional, estas dos mujeres se enfrentan a la invisibilización de una sociedad que discrimina, ignora y menosprecia su trabajo (ver recuadro “Dos mujeres imparables”).
Breve historia del ciclismo en Colombia
El ciclismo se constituyó en nuestro país, por la fuerzaa de los hechos, en un deporte nacional. Aunque es el fútbol, por su alta especulación económica, el deporte del que más se habla, se escribe y se vende, el ciclismo está en el imaginario colectivo como un deporte de alto nivel. Figuras como Nairo Quintana y Rigoberto Urán, son los representantes actuales, pero siempre recordando a Lucho Herrera y Fabio Parra, Martín Emilio “Cochise” Rodríguez y al mismo Zipa Indomable Efraín Forero Triviño, el ganador de la primera Vuelta a Colombia en 1951.
Menos recordadas, gracias al patriarcado mediático e histórico, están mujeres como Adriana Muriel Yepes ganadora de múltiples campeonatos nacionales y panamericanos, también Análida Cartagena, Maritza Corredor, Nelly Alba, Lucila Rodríguez y María Luisa Calle, esta última recordada por ganar medalla olímpica en el 2004; en una categoría menos convencional tenemos a Mariana Pajón, doble medallista de oro olímpica y varias veces campeona mundial de ciclismo BMX.
Mediante la bicicleta, estas y estos deportistas han logrado grandes méritos deportivos, contribuyendo de esta manera a la constitución del ciclismo en parte importante de la consolidación de la nación moderna colombiana. Deporte con cerca de 70 años de historia criolla, ya que la primera vuelta a Colombia en el llamado “caballito de acero” tomó forma en 1951, en medio de la violencia bipartidista y a las puertas del golpe militar de Rojas Pinilla. El ciclismo y el fútbol fueron los dos deportes más importantes de esa época, en la que los dirigentes nacionales buscaban generar un ambiente de integración nacional para la construcción de nación.
El deporte generaba héroes nacionales que con sacrificio lograban sus metas. El ciclismo, específicamente, buscó y logró conectar diferentes regiones del país, entre el campo y la ciudad por donde pasaban los ciclistas, y con el seguimiento radial se transmitieron estas carreras de sacrificio, llenando los relatos de patriotismo. Este discurso patriota con la Vuelta a Colombia fue una apuesta de la clase burguesa bogotana1 que veía en la bicicleta la combinación perfecta entre naturaleza humana y desarrollo tecnológico, y veía en el Tour de Francia una imagen civilizadora2. Así, la construcción de un ideal nacional en Colombia se basó en ideas coloniales de copia europea.
Aún así, el ciclismo aporta de forma material a la conexión entre lo rural y urbano, todavía incompleta en Colombia. Los ciclistas fueron topógrafos que mostraban dónde debían hacerse las carreteras en este país; de esta maenra el ciclismo ha marcado la historia contemporánea nacional; aunque sus logros se limitan a momentos de competición y se olvida el trabajo que deben hacer los deportistas para participar y destacar en ellas.
El paraciclismo
El deporte adaptado, como se llama a las modalidades organizadas para que personas diversas funcionalmente lo practiquen, tiene sus orígenes a finales de la Segunda Guerra Mundial. Esto se da por el interés médico de utilizar el deporte como medio de rehabilitación para los veteranos de guerra que habían sufrido algún tipo de afectación física durante la guerra.
Ya desde finales del siglo XIX existían clubes deportivos para personas sordas3. Sin embargo, sólo hasta 1960 toman forma los primeros Juegos Paralímpicos oficiales y es hasta 1988 que el ciclismo aparece entre los deportes aceptados y prácticados en estos juegos. El paraciclismo, o ciclismo adaptado, es cualquier forma de adaptación de la bicicleta o el triciclo para que personas con capacidades distintas puedan usarla con mayor comodidad y autonomía. Este deporte es incluido en los Paralímpicos en la modalidad de carretera en 1988 y en 1996 se integra la competencia en pista.
Colombia tuvo su primera participación en los juegos Paralímpicos Toronto 1976. El primer diploma paralímpico de ciclismo en esta contienda se da en los Paralímpicos de Atenas 2004, donde Robinsón Martínez gana el 6 puesto en la categoría LC3. Vale la pena resaltar que este logro habría sido imposible sin la constancia deportiva y las reivindicaciones de todas las personas diversas funcionalmente, que han luchado por el reconocimiento social y en contra de la discriminación de la sociedad e instituciones.
Por un deporte sin discriminación
El deporte puede ser visto y vivido como un espacio de trabajo colectivo, tanto en los deportes de conjunto como en los individuales, al tratarse de equipos de entrenadoras, médicas, y familiares que se juntan para conseguir los logros. El deporte es una profesión para muchas personas y permite realizar trabajo con el cuerpo y la mente. Sin embargo, el deporte es usado como un modo de cohesión nacionalista centrado, generalmente, en unas personalidades dedicadas al fútbol masculino, e invisibiliza sistemáticamente a otras. También es usado para distraer de realidades sociales violentas o represivas, como en la masacre de Tumaco, al verse en las noticias principalmente la preocupación por la clasificación al Mundial 2018. Aún así, el problema no es el deporte en sí, pues éste puede ser colectivo, popular, emancipador y entretenido; el asunto es mediático y político.
Por eso, por sus logros, es necesario reconocer y visibilizar la participación de deportistas paralímpicos como la tenista Maria Angélica Bernal, el nadador Nelson Crispín, el ciclista Néstro Ayala, la ciclista Yady Fernández y, por supuesto, la actual campeona mundial Daniela Carolina Munévar. Vale la pena unirse en los barrios a jugar fútbol, hacer grupos para montar en bicicleta, o practicar cualquier otro deporte, todo esto con la conciencia de hacer de ello, y del ejercicio físico en general, momentos de cohesión social, más que nacional, momentos de compartir y construir relaciones humanas.
Dos mujeres imparables
Colombia se construye sobre imaginarios nacionales que ignoran las realidades de mujeres luchadoras que conquistan sus sueños por encima de las dificultades que la sociedad les pone en su camino. Desde niñas, cada una desde su espacio y viencias, vieron en los deportes su futuro y, afrontando y superando accidentes que lexionaron sus cuerpos, continuaron su sueño sin dejarse detener por la discriminación.
Daniela Carolina Munévar, ahora con sus 22 años, nació en Cucaita, Boyacá; desde su infancia practicó el ciclismo como deporte y usó la cicla como medio de transporte. En el 2014, montando bicicleta camino a Duitama, sufrió un accidente donde perdió la pierna izquierda. Superando las adversidades Carolina asume esto como un nuevo reto y decide volver a la cicla, logrando ser la primera mujer colombiana en participar en los juegos Paralímpicos de Río de Janeiro 2016, en paraciclismo, y logrando como reconocimiento un diploma olímpico al quedar de quinta en la competencia.
Pero no se conformó con ello, con esfuerzo y tenacidad logró ser la actual campeona mundial de paraciclismo. Este título lo obtuvo en Pietermaritzburg, Sudáfrica, en la competencia contrareloj de la categoría C2 en septiembre del año en curso.
Yady Fernández, deportista de alto rendimiento, formó parte de la preselección juvenil de fútbol femenino en Colombia, jugó en Achamán, equipo de mayores de las Islas Canarias. Su carrera iba en acenso. Por su talento fue seleccionada para hacer parte del equipo nacional de fútbol femenino. Pero a los 22 años, estando en Ecuador, sufrió un accidente producto del cual perdió su pierna izquierda.
Hoy, Yady tiene 25 años; al ver obstruida su carrera deportiva en el fútbol profesional femenino, encontró en el ciclismo la forma de mantener su sueño deportivo. Aún no tiene medallas que mostrar, pero es una deportista que tiene una rutina de 40 kilómetros diarios, y que mantiene su sueño de participar en los paralímpicos en la categoría C2.
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