El miércoles 8 de agosto se cumplió una jornada histórica en la Argentina, ya que dos millones de mujeres salieron a las calles para colmar los alrededores del Congreso de la nación para escuchar un debate esperado por más de 40 años y que por fin lograba ser debatido por los 72 senadores. Sin embargo, la jornada estuvo marcada por el No mayoritario, rechazando así la posibilidad de que las mujeres pudieran decidir libremente sobre sus cuerpos y su sexualidad.
La plaza del Congreso, la Avenida Callao, la Calle Rivadavia, la histórica Corrientes, la 9 de julio, todas abarrotadas de mujeres portando pañuelos verdes. Por todo lado se divisaba alegría, fuerza, diversidad, unidad en la lucha, en la libertad y la desobediencia. Un mar de generaciones se mezclaron para acompañar una jornada que marcará un antes y un después del feminismo en Argentina, a pesar de la negativa del Senado, pero lo hecho, hecho está, en tanto que la partida más importante no se jugó dentro del Senado sino en las calles, en donde ni la Iglesia por intermedio del papa Francisco y la represión policial, pudo invisibilizar al movimiento de mujeres que venía fortalecido de la reciente jornada del 13 de junio.
72 senadores se congregaron a debatir la media sanción aprobada por la Cámara de Diputados el día 13 de junio, sin embargo, los votos no cambiaron durante la jornada que se extendió por más 16 horas, dejando una votación de 38 votos en contra, 31 a favor y 3 abstenciones, lo que marcaría el destino de la ley sobre la interrupción voluntaria del embarazo.
30 minutos fue el tiempo estimado que tuvo cada senador para exponer los pros y los contra respecto a la ley. De todo se escuchó en ese recinto, desde los argumentos más lúcidos, hasta las más terribles apologías al patriarcado, el machismo y la religión. Ejemplo de esto fue la exposición del senador Rodolfo Urtubey del Partido Justicialista quien afirmó: “hay casos en los que la violación no tiene violencia sobre la mujer”1.
Por su parte la escritora Verónica Gago, en ensayo publicado por la revista Anfibia acertaba al decir que “Lo que el senador Urtubey (a quien hay que exigir desafuero ya) explicitó sin tapujos: que el hogar, en el sentido patriarcal, es el lugar donde la violación está permitida. Porque el hogar se constituye como “privado” cuando legitima el acceso violento y privilegiado por parte de los varones al cuerpo de las mujeres y a los cuerpos feminizados (lo cual incluye niñxs). Lo privado acá es lo que garantiza el secreto y la legitimidad (lo que el senador llama “no violencia”) de la violencia”2.
Otras intervenciones a favor de la ley, como la del director de cine y hoy senador de la nación Pino Solanas, demostraron a través de sus argumentos todo el entramado que existe respecto al disciplinamiento de los cuerpos y el goce, poniendo en evidencia el desprecio que sufren las mujeres al decidir sobre sus cuerpos y su sexualidad en una cultura patriarcal.
La senadora Cristina Fernández de Kirchner, quien en su periodo presidencial se negó a dar el debate sobre el aborto legal –porque estaba en contra de esta ley–, en esta ocasión no tuvo reparos al presentar su exposición a favor y anotó lo siguiente: “Algunos dicen que fue mi hija la que me hizo cambiar de opinión. No. La verdad, señores legisladores y legisladoras, me abrió la cabeza a abordar la cuestión feminista desde un lugar diferente”
En otro aparte de su discurso, concluyó: “Si quieren saber quiénes me hicieron cambiar de opinión fueron las miles y miles de chicas que se volcaron a las calles. Verlas abordar la cuestión femenina, criticar, pero también describir la realidad de una sociedad patriarcal, nos debe colocar a todos en un lugar distinto”3.
La mano oscura de la Iglesia apretó los hilos
La Iglesia argentina nunca mostró una posición a favor del debate sobre la interrupción del aborto en Argentina, mucho más cuando su cabeza está representada por el papa Francisco, quien después de saber sobre la media sanción aprobada el 13 de junio por la Cámara de Diputados, empezó a mover los hilos de las maquinarias políticas dentro del Senado para ganar la mayoría de legisladores para votar en rechazo a la media sanción y el proyecto de ley que había llegado de la Cámara de Diputados.
Ante este escenario, diputados y legisladores que estaban a favor de la ley y la campaña por el aborto seguro legal y gratuito, aceptaron introducir algunas modificaciones para que el proyecto ganará más votos a favor dentro del Senado y así poderle ganar a la Iglesia en su carrera por conseguir adeptos. Esas modificaciones fueron: bajar las semanas de interrupción del embarazo de 14 a 12; la introducción de un artículo para permitir la objeción de conciencia; el tratamiento de una asesoría profesional entre el pedido de la práctica del aborto y su realización; la modificación respecto de cómo funcionaría la ley en embarazos de adolescentes de entre 13 y 16 años.
Sin embargo, y a pesar de estos esfuerzos, esa mayoría no pudo conseguirse, ratificando así la votación negativa del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo y poniendo como ganadora a la Iglesia, quien ratificó una vez más su poderío dentro de las bancadas del senado y afuera de este recinto, ya que varias senadoras y senadores sufrieron diversos ataques, desde llamadas telefónicas clandestinas, amenazas en redes sociales y hasta algunos episodios de violencia en contra de sus familias. Por otro lado, esas mismas escenas de violencia se replicaron al conjunto de mujeres que se actuaban en favor del aborto, desde insultos –en su mayoría por hombres en contra del aborto–, hasta hechos de violencia y agresión por parte de la fanaticada de católicos y religiosos que enfilaron a sus feligreses a no permitir que se siga replicando los mensajes del feminismo, ni sus símbolos en ningunas de las calles argentinas.
Simbólicamente la avanzada por parte de la Iglesia y su discurso de defender a las dos vidas, empezó a ocupar lugares en las calles con pañuelos azules que también servían como una apología al nacionalismo, los medios de comunicación agrietaron el debate y terminaron haciéndose descaradamente más cercanos a los discursos pro vida, poniendo a circular en sus canales, emisoras y redes sociales mensajes aleccionadores hacia las mujeres que portaban el pañuelo verde y seguían a favor del aborto legal.
Este capítulo, ya es frecuente en Latinoamérica, ejemplo de esto es lo ocurrido en Colombia cuando sectores de la ultraderecha conservadora organizaron una serie de movilizaciones en contra de la supuesta ideología de género que estaba al interior de los acuerdos de paz de La Habana y que en la votación del plebiscito se expresaron con el NO, dejando a un lado la necesidad de formar a futuras generaciones en relación a la educación sexual.
Estos discursos se imponen, sobre todo en clases más populares, pues la mayoría de personas que portaban el pañuelo azul y que defendían el discurso de la Iglesia eran los mismos que hoy están sufriendo la fuerte crisis económica, el ajuste establecido por el FMI, la subida del dólar; los mismos que hoy protagonizan las escenas de discriminación, xenofobia y explotación por parte de la clase que se supone defiende la vida de un feto pero que después no se hace cargo en defender las vida de los que ellos mismos someten.
La lucha se multiplica
En el otro lado se vio un discurso muy otro, el cual se expresó en las calles de Argentina. Todos los espacios estaban colmados de verde, color que simbolizaba y defendía la decisión de los cuerpos de las mujeres para no ser tratadas como mercancías o como simples vientres dispuestos a la maternidad. Pañuelos que no solo defienden el feminismo sino la condición de clase de las que se han visto sometidas por el sistema capitalista –donde son doblemente explotadas por su condición de género– y en donde dominan los discursos patriarcales que tratan de limitar la libertad de la mujer al designio del patriarcado; esas mujeres fueron 2 millones en la calle.
No es casual que la escena global se haya dado cuenta del enorme acontecimiento al que asistimos durante este último periodo en la argentina, en la lucha de las mujeres por los derechos sexuales y reproductivos, acontecimiento recogido en portadas como las del New York Times y The Guardian, y reportajes como los de la revista Time4, dan cuenta de la magnitud de la movilización y del llamado masivo de las mujeres a ser escuchadas.
A pesar de no haber sido aprobada la legalización del aborto por el Senado, lo que demostraron las mujeres en las calles durante toda la noche de vigilia es que la lucha continúa en 2019, y que éste tan solo fue uno de los escalones que puso a soñar a las mujeres y que hizo posible la unidad en las calles en la disputa de los derechos sexuales y reproductivos.
El 2019 será un año de carácter electoral en donde es posible que veamos el tema del aborto como uno de los ejes de las distintas campañas de las/os candidatos presidenciales para tratar de ganar adeptos, ya que la organización feminista que acompañó en los debates y en las plazas hace que esta población se convierta en un grupo atractivo de interpelar por el número de personas, sobre todo de mujeres, que atrae y aglutina.
Aunque no se logró el propósito central que llevó a millones de mujeres a las calles, la votación negativa no puede leerse como una derrota absoluta para el movimiento feminista, sin duda es un gran triunfo porque luego de 40 años de haber sido construida esta ley, es la primera vez que se logra que el poder político la discuta, pero además es la primera que masivamente logró interpelar a la sociedad en su conjunto: medios de comunicación, Iglesia, escenarios académicos, artísticos, partidos políticos, movimientos sociales, etcétera.
Vienen nuevos escenarios para retomar fuerza y orientar propósitos. En octubre 12-15, en la provincia de Chubur, se realizará el XXXIII encuentro nacional de mujeres, un escenario que aglutina anualmente 170.000 mujeres y donde será el escenario para construir la ruta de movilización y acción a trabajar en los meses y años venideros respecto al aborto seguro, legal y gratuito, y otros 72 temas en relación a los cuerpos y la vida de las mujeres y las disidencias sexuales.
1 Ver intervención en: https://www.youtube.com/watch?v=-TqgzqzhakM
2 Ver en Revista Anfibia: http://www.revistaanfibia.com/ensayo/nos-tienen-miedo/
3 Ver intervención en: https://www.youtube.com/watch?v=Vo_POL_nXvc
4 Ver en: http://time.com/5358823/argentina-abortion-vote-latin-america/
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