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Un mundial reloco, el de Rusia 2018

Un mundial reloco, el de Rusia 2018

Terminó el Mundial de Fútbol Rusia 2018, con el equipo francés como campeón al derrotar a Croacia 4 a 2. Como nunca antes, tuvimos un Mundial reloco, para locos. Un gran Mundial. Las pollas no dieron pie con bola, entre otras cosas porque los equipos que debían quedarse se fueron y algunos que se suponía no llegarían a cuartos de final, llegaron. En esta nota algo de lo ocurrido, aunque después haremos un balance más amplio.

 

El juego ha sido intenso, también el espectáculo. Según la FIFA, en los estadios estuvieron tres millones de espectadores, y siete millones en los “fan fest”; por TV lo vieron tres mil millones, y para la final esperaban una audiencia de mil millones de espectadores. El mercado se frota las manos con los dividendos por recibir. Las fases del Mundial fueron pasando: fase de grupos, octavos, cuartos de final, semifinales y final. Se jugaron 64 partidos, en los cuales se marcaron 169 goles, un promedio de 2,6 goles por partido, que no es malo.

 

Lo más atípico de este Mundial: la mayoría de los goles se marcaron con pelota parada, ya sean penales, tiros libres o tiros de esquina, más de setenta goles por este camino, por ejemplo 28 penales.

 

Diecinueve goles después del minuto 90, en tiempo descuento, varios más que los anotados en tal tiempo en Francia o en Brasil. Esto es muy importante a la hora de mirar los eliminados y los que se quedaron, pues debido al trabajo defensivo los tiros de pelota parada son claves, de allí la importancia que están logrando los cabeceadores. Argentina cobró en total 26 tiros de pelota parada y no aprovechó ninguno.

 

Se realizaron un total de 49,647 pases, o sea, 775,5 pases por partido. Se sacaron 219 tarjetas amarillas y cuatro tarjetas rojas, un promedio de 3,5 tarjetas amarillas por partido y el 0,07 por ciento de rojas por partido. Un árbitro se mide si es bueno o no por las tarjeteadas en un partido, como el estadounidense que le faltó tarjetear a la tribuna colombiana.

 

La selección que más pases completos realizó fue la de Inglaterra, con 3.336; la mejor defensa la de Rusia, con 259 jugadas defensivas. El mejor arquero del Mundial fue Thibaut Courtois de Bélgica, mejor jugador joven Kylian Mbappe de Francia, mejor jugador del Mundial: Luca Modric de Croacia. Goleador (botín de oro): Harry Kane de Inglaterra, con seis goles.

 

Reloco todo esto, porque en esta competencia durísima de más nivel futbolístico que Brasil 2014, fueron eliminadas favoritas como Alemania, Brasil, España, Uruguay y Argentina, o posibles finalistas como Colombia. Y fueron sorpresa Rusia, Bélgica, Suecia, o ¿alguien daba un peso por ellas? Y la gran sorpresa, la selección de Croacia. Al final, una “mini copa-europea”, y esto ya es todo un tema, problema y disgusto. Los seleccionados de Sur América salieron y lo mismo México.

 

También reloco porque la emoción ha estado al máximo debido, entre otras cosas, a que los equipos decidieron jugar con más intensidad los últimos minutos de los partidos y, entonces, vienen los goles y el alargue, y de pronto los penales.

 

¿Qué ocurrió?

 

Los debates, críticas positivas y negativas, no se han hecho esperar: técnicos, directivos y jugadores, y claro, la prensa deportiva, dan una y mil explicaciones, pero de todo lo dicho vale destacar las siguientes: 1. La disciplina y el orden táctico le ganaron a la creación, al “jugo bonito”, a la “gambeta”. 2. Primó la estructura (que también es orden), la velocidad, fuerza y potencia. 3. Primó el juego de bloques defensivos, de aquí lo clave de la pelota parada.

 

También hay analistas europeos que dicen que sería bueno mirar el biotipo, la genética y la condición física de los jugadores latinos, en relación con los europeos. Como la potencia y velocidad de un Lukaku, o que no es de extrañar que el colombiano Jerry Mina haya hecho tres goles de cabeza pues se están buscando jugadores en defensa de talla de 1.90 y más, que también cabeceen en el área rival. Es decir, el fútbol también está evolucionando.

 

¿Y nosotros?

 

Colombia llegó a los cuartos de final en Brasil 2014, y en esta ocasión solo avanzó hasta octavos, que para muchos es un fracaso en los objetivos.

 

Pese a ello, hay que anotar que se contó con una buena selección que estuvo a punto de llegar a cuartos, pero como el “camino al infierno está empedrado de buenas intenciones”, simplemente nos sacaron los ingleses, con árbitro malo y todo. Solo queda prepararse para Qatar 2022, que debe pasar por los cuatro partidos Fifa amistosos de fin de este año, en preparación para la Copa América de junio de 2019.

 

Y aquí es donde viene el problema, pues la mayoría de la prensa deportiva, que a su vez tiene intereses económicos por jugadores de la liga colombiana, llegarán (aunque ya empezaron) a “barrer el piso” con el técnico Peckerman y los jugadores que no les gustan. Para que así no vuelva a suceder deberíamos acordarnos de 1998, cuando Inglaterra nos eliminó en la fase de grupos y la prensa y los directivos de la Federación de Fútbol barrieron con todo, y nos costó ¡12 años! volver a un Mundial.

Por ahora, ojalá se hayan gozado los partidos del Mundial, y que aquellos que hicieron pollas los dioses los hayan acompañado.

Información adicional

Autor/a: PEDRO MIGUEL TAPIA
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