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¿Y el derecho a la ciudad del Territorio Sur?

¿Y el derecho a la ciudad del Territorio Sur?

En este artículo presentamos algunos elementos que aportan al debate sobre las dificultades del derecho a la ciudad para determinados territorios ubicados en el sur de la ciudad de Bogotá.

En el marco de la propuesta reciente de POT elaborado por la actual administración distrital se han renovado discusiones sobre el derecho a la ciudad en Bogotá y las dificultades impuestas a ciertos territorios para ejercerlo. La organización espacial de la ciudad, enteramente mercantilizada, facilitada (y a veces estimulada) por el Estado y las administraciones, le han dificultado el acceso espacial a la oferta de servicios, equipamientos e instituciones a sectores desfavorecidos arrojándolos a las periferias cada vez más contaminadas y sobrepobladas.

Como es de conocimiento público, Bogotá tiene una profunda desigualdad socioeconómica materializada en el espacio: la inversión inequitativa de capital en el espacio producto de la desigualdad en la distribución de ganancia ocasiona segregación socio-espacial. En otras palabras, la segregación socio-espacial está relacionada profundamente con el modelo de acumulación capitalista y con la desigualdad socioeconómica que de éste se desprende y supone.

En El Capital en el Siglo XXI (1), Piketty diferenció entre riqueza e ingreso: mientras las clases más bajas producen ingresos por la venta de la fuerza de trabajo, las más privilegiadas gozan de otras fuentes adicionales para generar riqueza: ingresos por rentabilidad de activos, ya sea por intereses en bancos, bonos y rentas como accionista de empresa, dueño de inmuebles, etcétera. Si bien existen agudas desigualdades por ingreso, para Piketty es la riqueza la determinante de la desigualdad en una sociedad, la cual, como sabemos, se materializa en el espacio.

Para el caso de la capital colombiana, algunos territorios dentro de su zona urbana aportan la mano de obra y los recursos naturales que son utilizados por los sectores ricos de la misma ciudad para continuar en la carrera acumulativa, sin hacerle justicia a la riqueza extraída de los otros territorios. Para nadie es un secreto que localidades como Bosa, Ciudad Bolívar, Usme, San Cristóbal, Rafael Uribe y Kennedy, aportan el grueso de la fuerza de trabajo de la ciudad, la cual es aprovechada por otros territorios ubicados sobre la estructura socioeconómica de la ciudad y sus alrededores, donde, además, se concentran los equipamientos, la oferta de servicios y la presencia de las instituciones.

A su vez, estas localidades son depositarias de las mayores cargas de contaminación ambiental de la urbe, problemática de la que por lo observado, es ejemplo, específicamente el sur y sur-occidente de Bogotá, no solo por la ubicación del Relleno Doña Juana en la localidad de Ciudad Bolívar, o los proyectos mineros –como el de Cerro Seco–, sino porque las principales fuentes de emisiones contaminantes se localizan en sus áreas sur y sur-occidente, como lo resalta el estudio que adelantan investigadores de la Universidad de La Salle, enfocado en la calidad del aire y del agua de las cuencas de los ríos de todo el Distrito.

Problemática con respecto a las calidades del aire, medidas en PM 2.5, o materia particulada de diámetro igual o inferior a 2,5 micras, que evidencia la existencia en las localidades de Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar de una concentración de partículas por encima de lo recomendado en los estándares internacionales. Esta realidad también ha sido evidenciada por un estudio publicado por Greenpeace Colombia en septiembre de 2020 y que deja en claro que “la polución atmosférica le ha costado a la ciudad más de 4 billones de pesos, y la cual fue responsable de la pérdida de 3.900 vidas en lo que va del año”.

Una realidad que, al enlazarla con la densidad poblacional por UPZ, nuevamente muestra que zonas como Patio Bonito en Kennedy y las UPZ circundantes están dentro de las más densas de Bogotá, llegando a índices de densidad poblacional similares al que registran las ciudades más sobrepobladas del continente asiático.

Por otro lado, con respecto a la calidad del agua, de las cuatro principales cuencas de la ciudad, en el mismo estudio se realizó un muestreo, en cuatro tramos a lo largo de los ríos. En los resultados se encuentra que las cuencas del Río Fucha y Tunjuelito en el tramo 4, a la altura de las localidades Bosa, Kennedy y Ciudad Bolívar, tienen un nivel de contaminación como en ningún otro tramo de ninguna otra de las cuencas de los ríos de la capital del país. Todo esto, sumado a que su zona sur no cuenta con una planta de tratamiento de aguas residuales. Mientras que la PTAR Salitre, que descontamina el agua residual desde la calle 26 hacia el norte, está a punto de ser entregada a la CAR y al Acueducto de Bogotá, a pesar de que descontaminaría tan solo el 30 por ciento del agua residual de la ciudad. Por su parte, la PTAR Canoas, que aún se encuentra en etapa de diseño, sin aplicarle le la celeridad requerida, descontaminaría el 70 por ciento excedente de las aguas correspondientes a las provenientes del sur de la ciudad, incluyendo las del municipio de Soacha.

Como fue anotado, los niveles de contaminación medio ambiental se concentran en el sur y suroccidente capitalino, recibiendo residuos de diverso tipo, materiales y otros que provienen de variadas fuentes, y, aun así, parece existir una prelación del Distrito y sus instituciones por los problemas ambientales del centro y norte bogotano. Prevalencia que desconoce, además, y por ejemplo, déficits de árboles y espacio verde en UPZ como Bosa Occidental, Corabastos o Kennedy Central en las que, según los datos del Ministerio de las TIC, la cantidad de metros cuadrados de área verde son: 1,69 m2, 3,22 m2, y 3,45 m2 respectivamente, a pesar de que la OMS recomienda entre 9 y 11 metros cuadrados por habitante, es decir, en algunas UPZ hay un déficit de más del 400 por ciento.

Finalmente, pero no menos importante, preocupa que los grandes proyectos urbanísticos –como el de Reverdecer del Sur–, tiendan a densificar estos territorios, agravando su problemática y socavando la calidad medio ambiental de unos territorios que a su vez cuentan con altos índices de población con necesidades no satisfechas.

En ese marco, ¿cómo hablar de derecho a la ciudad si existe una clara relación extractivista y neocolonial hacia el sur, de donde extraen la fuerza de trabajo y los recursos? ¿Cómo hablar del derecho a la ciudad cuando gran parte de su población es depositaria de las peores condiciones ambientales, de vivienda, de acceso a equipamientos, servicios e instituciones del Estado, a expensas de otros territorios privilegiados?

Un instrumento de ordenamiento territorial, como el POT, debería, por tanto, hablar de injusticias ambientales, injusticias económicas y socio-territoriales, para no continuar con la tendencia de perpetuar el ordenamiento territorial que estipula el mercado de acuerdo con sus intereses. Continuar por esta esta vía es la garantía para profundizar la segregación socio-espacial, con lo cual el derecho a la ciudad continuará siendo privilegio de muy pocos, y no un derecho.

 

Bibliografía:
Departamento Administrativo de La Defensoría Del Espacio Público (2016). Primer Reporte técnico de indicadores de espacio público. Observatorio de Espacio Público. Disponible en: primerreporteindicadores.pdf (dadep.gov.co) Consultado el 27 de septiembre de 2021.
Greenpeace Colombia. 2020. La contaminación del aire en Bogotá provocó 3900 muertes en lo que va del año. Página oficial Greenpeace Colombia. Disponible en: www.greenpeace.org/colombia/noticia/uncategorized/la-contaminacion-del-aire-en-bogota-provoco-3900-muertes-en-lo-que-va-del-ano/ Consultado el 29 de octubre de 202.
Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis. (2019) Informe APH. Árboles por habitante. Oficina de Arborización Urbana. Disponible en www.orarbo.gov.co/
Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de Colombia. (2018) Espacio público verde por habitante por UPZ. Datos abiertos Colombia. Disponible en: https://www.datos.gov.co/widgets/276j-m5rd. Consultado el 27 de septiembre del 2021.
Piketty Thomas. [2013]2014. El Capital en el siglo XXI. Editorial S.L. Fondo de Cultura Económica de España. Madrid.

 

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Información adicional

Autor/a: Edgar Andrés Cuesta
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