Una vez más. Como en 1936, con la Ley 200; en 1944, con la Ley 100; en 1948-1953, con la ofensiva armada de los terratenientes; en 1961, con la Ley 135; en 1973, con el Pacto de Chicoral; en 1985-2010, época de despojo en medio de la inmensa ofensiva paramilitar, la tierra se sitúa en el centro del debate nacional.
En verdad, nunca ha dejado de estarlo. Desde la Colonia, cuando los invasores desalojaron de sus territorios a los pueblos originarios, pasando por la etapa de guerra de liberación contra España, cuando algunos generales amasaron inmensas extensiones de tierra al aprovechar la pobreza de oficiales que, a manera de pago por sus servicios, habían recibido títulos sobre terruños que no tenían con que trabajar ni mantener, y en años posteriores, cuando sobre un marco de servidumbre y de señorío las capas oligárquicas concentraron y controlaron las mejores tierras, siempre como factor de ostentación y de poder social y político.
Ahora, cuando 2012 se acerca a sus últimas calendas, la tierra es el primer aspecto por abocar y discutir dentro de la agenda acordada entre el Gobierno y la insurgencia de las farc, con un temario que incluya aspectos como “Política de desarrollo agrario integral. Acceso y uso de la tierra: a) Tierras improductivas. Formalización de la propiedad. Frontera agrícola. Protección de zonas de reserva; b) Programa de desarrollo con enfoque territorial; c) Infraestructura y adecuación de tierras; d) Desarrollo social; salud, educación, erradicación de la pobreza; e) Estímulo a la producción agropecuaria y la economía solidaria y cooperativa. Asistencia técnica. Subsidios. Créditos. Generación de ingresos. Mercadeo. Formalización laboral; y f) Sistema de seguridad alimentaria”. Agenda basta, a pesar de no incluir otros aspectos sustanciales como tierra y cultivos ilícitos; tierra y vivienda rural y urbana; tierra y minería; tierra y medio ambiente.
Para acercarnos a la problemática que por estos días se debate en La Habana, con propósitos ilustrativos enfocamos algunos aspectos que con toda seguridad serán factor de diversas miradas. ¿Se producirá un acuerdo que por fin permita el acceso de los pobres del campo a la tierra, como su propiedad y garantía de vida digna?
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