De infancia y juventud, derechos y realidades. Como sujetos plenos, niños y jóvenes habitantes del tercer país más desigual del mundo, se preguntan por el presente y proyectan su futuro. Ninguna temática los atemoriza, ninguna realidad los paraliza.
El ejercicio del poder en la sociedad a la que asistimos se ha caracterizado por las formas impositivas, nada concertadas, que quizá desde la infancia nos son heredadas. Se nos ha dicho que si tenemos un pequeño poder debemos usarlo siempre de manera inquisitiva y prejuiciosa. Desde los gerentes hasta los celadores, todo aquel que tenga “poder” lo usa de manera egoísta; son muy pocas las personas que lo usan al servicio de quien no lo tiene. Para el caso de la infancia, cuando sólo somos depositarios de derechos en teoría, aprendemos a asumir roles sociales en la escuela, la familia, el trabajo, los amigos. Pero, ¿qué capacidad de decisión tenemos cuando somos niños?
La democracia, por lo menos en nuestra versión, “nace coja” y sucede así porque desde pequeños necesitamos el respaldo económico para poder tomar decisiones. Desde cuando nacemos y hasta pasados los 13 años, las únicas decisiones que podemos tomar están relacionadas cuanto más con el sabor de la paleta que queremos. Luego –a partir de los 18– se nos exige la consecución de un trabajo, cada cuatro años compartir una votación, una elección, y para un 3 por ciento se hace accesible el ingreso a la universidad, escenario donde se presume que se abrirán otras ventanas para el ejercicio de la participación. Se nos dijo que era uno de nuestros derechos, pero, al igual que la mayoría de los derechos, es cada vez menos viable, supeditándose en gran medida a la capacidad económica que tengamos.
¿Qué hacemos?
Son aquellas unas motivaciones para cuestionarnos respecto a cómo, incluso desde lo que se supone contrahegemónico, resultamos replicando el discurso colonizador, mucho más cuando se trata de la infancia, porque nadie sabe “qué hacer con los niños”, “están descarriados”, “ya no respetan a nadie”, “se nos salieron de los manos”. Los únicos problemas que tienen se relacionan con el bluyin y la falta de atención en la escuela. Vale la pena cuestionarnos: ¿Qué rol asumimos y enseñamos a asumir a nuestros hijos, hermanos, primos, nietos, como maestros y ciudadanos?
¿Cómo es posible que durante la época más fértil sólo podamos asumir el rol de pasivos receptores? Esta pregunta se la han hecho muchos. Seguramente no somos los primeros que tienen en cuenta estos asuntos, pero si vale la pena hacer un recuento de lo que hemos encontrado. Los niños y los adolescentes tienen una postura crítica, definida, y hasta de clase respecto a los espacios donde se toman las decisiones que los afectan, en la escuela, en el hogar, en sus organizaciones, en el trabajo y en otros roles sociales.
Dentro del universo que nos define dentro del “trabajo de crecer”, son muchos, variados e importantes los hallazgos que hemos hecho junto a los chicos: el primero es el reconocimiento de que existe una total y absoluta invisibilización de los niños y los adolescentes como actores políticos y sociales, determinantes en la construcción de una verdadera democracia, pues, si bien no tienen derecho ni a elegir ni ser elegidos, se ven afectados por las decisiones que se toman en las cumbres del poder, el transporte público, el servicio militar, la educación, la vida y el ejercicio de poder político.
Preocupados por esta realidad e interesados por aportar a su transformación, nos hemos aliado ocho organizaciones en el país: Fundación Pequeño Trabajador, Creciendo Unidos, I.E.D. La Amistad, Red Poder Unión Bochica, Hoasis, Fundación Amigos del Niño, Samanai y Comunidad Scalabrini, todas con gran experiencia para aportar en un desarrollo aquí y ahora de la sociedad.
Lo primero es que, ante la problemática de la participación de la infancia, nos hemos propuesto articularnos y ponernos en sintonía, preocupados por el tema del protagonismo de la infancia para empezar a construir acciones y un discurso conjunto, para efectivamente construir una participación con incidencia.
Acciones concretas que hemos realizado…
Después de un año de espacios concertados, un foro en Cartagena sobre el tema, un encuentro en Cúcuta y otro más en Bogotá, un encuentro nacional en Cachipay, foros con la academia, podemos señalar que hasta ahora hemos conseguido reconocernos, saber cómo estamos y en qué estamos. El fruto más importante de estas actividades se evidenció en la altísima capacidad de los chicos de barriada para proponer y discutir. Ninguno supera los 17 años, pero temas como la militarización de la vida, la falta de oportunidades y la precariedad educativa han sido centro de un diálogo reflexivo, analítico y propositito. Pero allí no termina la parte propositiva y organizativa, como pilares fundamentales del trabajo con los chicos, para las chicas. Es así como recientemente, en la ciudad de Bogotá, en los presupuestos participativos de la localidad de Kennedy, se lograron recursos para una publicación cuyo eje será su participación como niños, niñas y adolescentes.
Todos los sábados nos encontramos en la sede de algunas de las organizaciones que son parte del proyecto para formarnos unos a otros, construir y debatir en torno a cómo sentimos y pensamos nuestro ser en el mundo de la exclusión, en el tercer país más desigual del mundo, y cómo experimentamos el ejercicio de nuestros derechos si percibimos que efectivamente nos advertimos como sujetos de derechos. Entre los hallazgos logrados, nos encontramos con que, en términos de participación, la Sentencia SC-1188 de 2005 reconoce a las personas entre los 12 y los 14 años el derecho de asociación sindical sin que se les vulnere el derecho a la educación, la recreación y el bienestar.
¿Hacia dónde vamos?
El 20 de noviembre se dará comienzo en Bogotá al Encuentro Internacional de los NNA de América Latina. Participando con incidencia para la transformación de nuestros contextos. Con la participación de ocho países latinoamericanos, esperamos completar un reconocimiento de la situación de las diversas expresiones de organización de las infancias y las adolescencias.
Para más información visita: www.eltrabajodecrecer.org o en https://www.facebook.com/eltrabajodecrecer.
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