El actual Procurador fue elegido en el 2009, desde entonces y hasta la fecha es la cabeza visible de la Procuraduría General de la Nación, opinando de lo divino y lo humano, contraponiéndose abiertamente a la Fiscalía, oponiéndose a lo que signifique liberalismo y progreso, anatematizando contra la izquierda y todo lo que ella significa y pueda entrañar. Sus declaraciones y acciones se sitúan en la línea de un claro y fuerte esfuerzo por derechizar al país y eliminar, física o simbólicamente, todo lo que pueda ser liberal, progresista, de avanzada o de izquierda en Colombia.
En la superficie, el actual Procurador fue elegido con los votos favorables, entre otros, del entonces congresista Gustavo Petro. Pero en el fondo las cosas son algo más sutiles. Veamos.
Sin realizar una historia detallada, los dos últimos procuradores generales fueron, retrospectivamente, Edgardo José Maya V. (2001-2009), y Jaime Bernal Cuellar (1997-2001). Pero en la lista de los mismos sobresalen, con amplia evidencia, los nombres de destacados miembros del liberalismo. Y varios de ellos de lo que genéricamente se suele designar como “liberalismo radical” (esto es, miembros de la masonería). La Procuraduría fue, por tradición, un bastión político del liberalismo, que con Ordoñez lo ha perdido, no de manera casual o contingente.
En efecto, la elección del actual Procurador puede apreciarse como el trabajo sistemático de control de los más importantes puestos de poder en el país por parte de grupos y sectores de la derecha nacional, reacios a cualquier asomo de democracia, liberalismo y cambio social y político. En ese proceso puede construirse, sin dificultad, el mapa de la elección de Álvaro Uribe como presidente, la toma del Congreso por parte del paramilitarismo, la connivencia de la jerarquía del clero católico en posturas abiertamente conservadores, justamente en la línea de los gobiernos de Juan Pablo II y Benedicto XVI, en fin, la cooptación y eliminación de cualquier crítica. En este escenario, el asesinato de líderes campesinos y sindicales, así como la muerte de periodistas e intelectuales durante este período considerado no son acontecimientos fortuitos.
Un pensamiento y accionar con raíces. Noticias Uno denunció recientemente cómo desde su tesis de grado como abogado el procurador Ordoñez denigra de lo que pueda considerarse como liberalismo. Y con tanta más razón de lo que pueda considerarse oposición, izquierda, políticas sociales. Él es una ficha estratégicamente enclavada en uno de los pilares que los círculos conservadores no habían podido controlar en la historia reciente del país.
La moral del procurador Ordoñez corresponde a los medios más conservadores y retardatarios del catolicismo colombiano (pues también existen posturas más progresistas en esa Iglesia). Y claro, en consecuencia, sus acciones y decisiones van en toda la línea de la defensa del status quo, es decir, del poder y los privilegios. Desconociendo, ignorando mejor, a las amplias mayorías populares y sociales, sus necesidades, reclamaciones y luchas.
No en vano, una de las banderas que con más firmeza iza es la total oposición a las negociaciones en La Habana. En los eventuales congresistas que el uribismo pueda elegir tendrá Ordoñez, y lo que él representa, aliados seguros para intentar desmontar los acuerdos y pactos, los logros y avances alcanzados en la isla caribeña. Análogamente a como de manera sistemática han desmontado la casi totalidad de los artículos más progresistas contenidos por la Constitución de 1991. Una carta magna que recoge todos los odios y rechazos de las derechas en el país.
El Procurador les hace eco y sirve de canal, al mismo tiempo, a los círculos más reaccionarios dentro de las fuerzas armadas. Principalmente los oficiales retirados, que son los principales opositores a cualquier posibilidad de negociación y paz en Colombia.
En el mismo sentido, su abierta oposición al derecho al aborto, como a cualquier política de restitución de tierras. Literalmente, sin exageraciones, la Procuraduría es una de las fuentes de la deslegitimización del Estado por parte de sí mismo. De desobediencia y desacato a las sentencias de la Corte Constitucional tanto como del Consejo de Estado o de la Corte Suprema de Justicia.
No hay ninguna duda: con el procurador Ordoñez la derecha tomó la iniciativa. Por lo menos en un frente de ataque. El Derecho sirve como una herramienta fundamental para el desmonte de conquistas sociales y políticas. El Derecho: arma eximia en la defensa de las posturas más retardatarias en el país.
Derechas y confesionalidad, militarismo y reacción, defensa del status quo de los privilegios de los poderosos, rechazo a cualquier forma de oposición, por ejemplo. Estos y muchos otros aspectos sirven para entender el papel estratégico que el señor Ordoñez desempeña. Y no solamente lee un guión cuidadosamente redactado en otros espacios más oscuros. Él mismo contribuye a escribirlos de manera explícita.
Digámoslo de manera abierta. Desde el punto de vista institucional Colombia resume un país de derechas, y el procurador Ordóñez desempeña un papel protagónico para garantizar que tal realidad no se rompa. Así las cosas, la polarización se da entre el país institucional y el país social. Y en esta polarización la última palabra –la última– aún, contra todas las apariencias, no está dicha.
*Profesor Titular. Facultad de Ciencia Política y Gobierno Universidad del Rosario
Leave a Reply