Como siempre, las elecciones dibujan el país que tenemos: unos mandan – otros hacen: unos piensan – otros obedecen; unos creen ser mesías – otros anhelan que les mejoren sus vidas; unos ponen la plata y las condiciones – otros siguen obedeciendo.
Pero estas elecciones tienen un significado especial: con ellas se abren las puertas para la solución política a la guerra, o se mantienen abiertas para que el conflicto ascienda en sus extremos.
Lo que se esperaría de la izquierda en los comicios de marzo, es que tuviera la capacidad y la voluntad para develar el papel del parlamento, estimulando en los electores su dignidad y su disposición a construir un país colectivo. Actuar con respeto ante la población, sin crearle expectativas ni presentarle promesas que no puede cumplir. Y como esfuerzo fundamental, ligar estas elecciones con las presidenciales de mayo próximo, abonando el terreno para la solución política de la guerra. A continuación, distintas visiones sobre esta coyuntura.
Harry Potter amenazado
¿Quién manda en Colombia? Cada que hay una coyuntura especial los gringos nos lo recuerdan. La que estamos viviendo no es la excepción. Y como siemrpe, los «dirigentes nacionales» responden ante el gringo sin vergüenza alguna. Como anhelan vivir en el Norte, la visa les pesa demasiado.
El embajador William Wood no ha roto la tradición, ordena de frente y al mismo tiempo envia mensajes subliminales. Los ‘criollos’ saben entender sus exigencias. La conversación entre el ‘cónsul’ y el senador Mario Uribe así lo permiten entrever. Nuestras fuentes más confiables tuvieron acceso a la grabación (los agentes de Estados Unidos siempre graban) de su más reciente conversación.
– W. W.: Senador, Buenos días, cómo está usted?
– Senador U: Bien, embajador.
– W.W.: Los jóvenes estudiantes, cómo están.
– Mis hijos? Bien embajador, allá estudiando en los Estados Unidos
-W.W .:El mayor es como bueno para el deporte y el menor como bueno para las actividades al aire libre
– Huy! Embajador como me tiene de chequeado, sabe más de mis hijos que yo
– W.W.: Pero si es normal, querido amigo, son visitantes a mi país y deben ser puestos bajo la mirada benévola de las autoridades, porque vienen de Medellín y uno nunca sabe.
– Embajador ¡ qué quiere usted decir?
– W.W.: Nada en especial mi querido amigo
– Pero bueno entremos en materia, Embajador.
– W.W.: He sabido que en Medellín Don Berna sigue teniendo mucho poder y a nosotros nos gustaría saber qué piensan ustedes de ésa situación.
– Embajador me sorprende… nosotros creímos que esa situación ya estaba aclarada
– W.W.: Quienes “somos nosotros” le pregunto.
– Harry Potter y todo el equipo de la escuela de magia
– W.W.: Si quiere que le sea sincero, vamos a iniciar acciones directamente contra Harry Potter.
– Embajador! Qué dice Usted!
– W.W.: Pues sí mi querido amigo. El Departamento de Estado, no puede tolerar tanta convivencia entre los narcoparamilitares y Harry Potter.
– Pero yo tenía entendido… en fin.. creo que… la camioneta…
– W.W.: Lo de la camioneta de Dieb o de Habib en Barranquilla es lo de menos
– Entonces?
– W.W.: Nosotros tuvimos a un mago entrenado por nosotros insistiendo en que renuncie al apoyo de todos esos sinvergüenzas y nada.
– El expresidente ¿Gaviria?
– W.W.: Sí señor. La revista Semana y César Gaviria trabajan para nosotros y Potter se ha hecho el pendejo, como dicen ustedes.
– Embajador, me asusta usted.
– W.W.: Y eso que no le he dicho lo que a Usted atañe.
– Qué será, señor Embajador?
– W.W.: Las dos brujas de Córdoba deben salir de su movimiento
– ¿Arias y Pineda?
– W.W.: Las mismas
– Pero embajador, sin ellas no habría habido proceso de paz
– W.W.: Y quién le ha dicho a Usted que ése fue un proceso de paz
– Pues así lo hemos defendido todos
– W.W.: Pues ahora la cosa va a cambiar. Estamos contra las pasadas de agache, como dicen ustedes
– Quiere decir ¿qué mi visa peligra?
– Sería una pena que no pudiera volver a visitar a sus dos hijos -hermosos parientes del presidente – y quienes han tenido problemas por que, en secreto, les gusta mucho el rejoneo, como al abuelo, pero ése deporte no se practica en mi país.
– Señor Embajador, respete nuestra soberanía, por lo menos en lo que respecta al rejoneo.
– Hay un cartel, hay un cartel. Mr. Joseph Contreras lo incluyó en su libro.
– ¿Un cartel de la droga?
– No, senador un cartel impreso a color de Ferias y Fiestas, como dicen acá y en ese cartel aparece el papá de Harry Potter, como rejoneador, en compañía de Fabio Ochoa, ¿me entiende?
– Sí, señor Embajador.
– Vaya por ahí a la cafetería Virrey, que es lo que yo soy, y hable con las brujas y no les permita que lloren: es una astucia de la escuela de mafia, perdón, de magia.
– ¿Entendido?
– Si señor embajador, entendido.
Álvaro Leyva
Colombia necesita un arca de Noe”
“El más agudo de los diplomáticos en la más extraña de las circunstancias” (Álvaro Gómez opinando sobre Álvaro Leyva al lograr que el M-19 lo liberara)
– Cree que atrae al 70% del partido conservador
La seguridad en las ideas que defiende se destaca en cada uno de sus gestos. Han pasado casi 20 años desde cuando se desempeñó a fondo para que el M-19 liberara a Álvaro Gómez; 15 años desde cuando confrontó al entonces presidente César Gaviria por ordenar el bombardeo a Casa Verde; 8 desde cuando propició el encuentro del expresidente Andrés Pastrana con Manuel Marulanda Vélez.
Más de veinte años vividos con intensidad, pensando un país que urge un acuerdo a fondo para derrotar el conflicto que lo desangra. Los últimos años los ha vivido en circunstancias difíciles, pero útiles para madurar las ideas que hoy le brindan la confianza para enfrentarse al presidente Uribe, al cual ve derrotable.
Su estrategia: un diseño de políticas que le den la vuelta a los problemas que viven los colombianos. Romper con los análisis tradicionales y las recetas de igual carácter.
De origen político conservador, no es candidato de ese partido, al cual considera acabado, ”…con actuaciones del siglo XIX”. Avalado por el Movimiento Nacional de Reconciliación, se apresta a liderar un movimiento de múltiples colores e ideas, que rompa el guerrerismo instalado en
– Doctor Leyva, usted ha dicho que en Colombia sí hay conflicto, ¿cómo lo caracteriza?
-Es un conflicto producto de un Estado irresponsable, permisivo, que ha permitido que las autodefensas nazcan y se multipliquen, pero que además ha facilitado la concentración de la propiedad y todas las problemáticas y consecuencias que de ello se derivan.
Reconocer el conflicto interno tiene ventajas. Al proceder así, se acepta la participación del Estado, su connivencia y responsabilidad en las circunstancias de guerra que vivimos. Es decir, se actúa como Estado responsable, mostrando la disposición para conocer, afrontar y transformar las causas del conflicto, lo cual permitirá atacar la problemática que se vive sin ingerencia externa. El Estado responsable afronta sus problemas sin tener que extraditar a todos los miembros de su sociedad; y no los tiene que extraditar porque crea la seguridad jurídica para hacer justicia interna.
Si actuamos de esta manera, podremos superar la responsabilidad del individuo, que es uno de los problemas que sobrellevamos en nuestro país, donde se cree que extraditando a todos se va a terminar con el problema del narcotráfico. No, así estamos agudizando mucho más el problema, lo que hay que hacer es invertir la carga, que el Estado asuma su responsabilidad, la cual en el caso del narcotráfico también recae en un Estado irresponsable, como los Estados Unidos, que permite que el consumo de la coca y la heroína tome los niveles conocidos dentro de su población.
– ¿Cuáles son las características básicas de la sociedad que sobrelleva ese conflicto?
Una sociedad donde todos somos irresponsables. ¿Quién no ha recibido plata del narcotráfico? ¿Cómo se disparó la construcción en el país? ¿De dónde provino el dinero para el aumento del consumo?
Pero además una sociedad donde cada vez hay más concentración del poder, y por esa vía se cierra la democracia.
Transformar esas circunstancias históricas, nos demanda llegar a una nueva constituyente. Y no es otra constituyente, no, es colocarle dientes a la constitución, es hacer que efectivamente lo que dice se cumpla. Recuérdese el papel que estas jugaron a principios del siglo XX, cómo complementaron o desarrollaron la constitución de 1886.
¿Usted habla de seis mese para desactivar el conflicto?
Sí, seis meses para que cesen fuegos y se creen las condiciones para activar las conversaciones. Estas deben terminar con unos acuerdos básicos que son los que alimentarán la constituyente.
¿Las farc están de acuerdo?
Hablar con las farc no es problema. A Rafael Pardo le armaron un escándalo por una supuesta carta; pero para arreglar el conflicto es forzoso comunicarse con el adversario. Yo lo he hecho muchas veces sin que se produzcan tormentas.
Esto es lo que puedo decir por ahora. Usted entenderá, tampoco puedo abrir todas las cartas de una vez. En la medida que la campaña presidencial avance, precisaré nuevos aspectos de mi análisis y de mis propuestas.
Uribe
¿“Caudillo” del siglo XXI?
¿Tiene Colombia un caudillo? Desde hace cuatro años, por todos los medios de comunicación confirman y repiten que sí. Lo mismo hacen las encuestas, que no reducen su popularidad del 65 o más por ciento. Según éstas, el caudillo es imbatible.
Con un discurso de orden y autoridad, prometiendo lo posible y lo imposible, el pequeño jefe llegó hace cuatro años a la casa de gobierno. Desde entonces no permite que se dude que es un magnífico comunicador. Es más, podríamos afirmar que gobierna para los medios de comunicación. Es decir, para que a punto de repeticiones, de aparecer hora a hora, no se dude que es quien ordena en Colombia.
Aceptando el juego impuesto por el mandamás, la televisión informa sin pausa, de su presencia en los más variados y distantes puntos del país. Como si estuviera en campaña electoral permanente, un día aparece vestido a la usanza campesina, otro día almuerza con los soldados y ordena a los generales qué hacer en las zonas de guerra (que sin embargo no deberían existir pues según él, “aquí no hay conflicto”), habla con diminutivos y lo más común, cada noche clausura algún congreso o evento de industriales, banqueros o comerciantes, sin evidenciar olvido de quienes son sus verdaderos soportes. Este personaje a creado la idea del caudillo.
Con rabo de paja
Desde 1991, sin vergüenza y siendo Senador, lideró la reforma a la salud, la misma que luego se tradujo en su privatización. Propició la creación de las cooperativas Convivir, las mismas que luego se evidenciaron como telón de los paramilitares para adelantar sus crímenes. Ya siendo Presidente, aceptó las demandas del Fondo Monetario Internacional, privatizando la banca pública, incrementando los costos de estudio en las instituciones educativas del Estado, incrementó los impuestos directos –al consumidor-, entre otros.
Pero además, amparado en un discurso patriotero, justifica el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, dejando sin soporte la soberanía nacional. La que ya estaba marchita con el avance del Plan Patriota y, en él, con las fumigaciones indiscriminadas en páramos y selvas.
Su mayor “logro”, sin duda, es el impulso y aprobación por parte del Congreso nacional de
Pero no hay que olvidar uno de sus mayores incumplimientos de campaña: derrotar a la guerrilla y asegurar la paz en 18 meses. Ahora no sabe que hacer con el tema, a pesar del desastre en que se ahonda el país.
Como si fuera poco, el pasado 29 de enero violó
Así, entre promesas incumplidas, servicios a los más ricos, impunidad y su gran actuación en el reality de la colombianidad, queda por saber qué piensan y opinan todos aquellos que sufren los efectos de su gobierno, tanto los que tienen menos ingresos y continúan desempleados, como quienes sufren con la “justicia y paz” el dolor de ver como “Don” a quienes están lejos de ese honor. Con toda seguridad, para todos ellos el “caudillo” se sostiene en pies de barro.
Contradicciones y razones
Entre promesas incumplidas, manejo de medios de comunicación y encuestas contradictorias, queda por verificarse si la mayoría nacional (¡el 25% que lo eligió!), se reafirma en aprobar su gestión. Por ahora los medios continúan diciendo que sí. Pero faltan meses para verificar el manejo mediático.
¿Cuál será la opinión de los millones que continúan desempleados aunque el Dane ya los clasifica como empleados?
¿Qué dirán los millones de subempleados, que cada día tienen que rebuscarse los cinco mil pesos para el diario?
¿Cómo será la opinión de los familiares de los soldados campesinos, reclutados a la fuerza, o los de aquellos que no han podido gozar un acuerdo humanitario?
¿Qué dirán los raspachines, desplazados y refugiados en las ciudades, muchos de ellos “levantados” en las detenciones masivas?
¿Cómo se expresarán los indígenas, perseguidos por su justa lucha por la tierra y por la soberanía alimentaria?
Claro, del otro lado, allí donde se sitúan los dueños del país, donde continúa el clientelismo y la lucha burocrática desaforada representada por «delfines» y numerosos «partidos» que dicen luchar por lo mismo (Cambio Radical, partido de
Al final, entre mediaciones y palabrerías populares que se le sienten falsas, entre contradicciones y luchas de quienes se resisten a vivir de falsas ilusiones y ser manejados como ovejas, podrá verse que el “caudillo” del siglo XXI tan sólo fue una ilusión insuflada por los medios de comunicación.
Juventud y conciencia
Como en los años sesentas del siglo anterior, bajo el espejo del ‘Che´Guevara, cuando los jóvenes eran los principales protagonistas de las luchas por la justicia y la libertad, de nuevo –a finales del siglo XX y principios del XXI- sus rostros, demandas y alegría invaden calles evidenciando su resistencia a la manipulación. En toda marcha se destaca su presencia, aunque en muchos casos las ideas no sean muy fuertes o claras.
Pero esa resistencia no es total ni mayoritaria. No es extraño encontrar jóvenes apoyando al “caudillo“, como también no pocos aspirando a enrolarse en la policía, el ejército o cualquier otra fuerza del estado, donde creen encontrarán un mejor futuro económico para ellos y sus familias.
Al actuar así, no se dan cuenta que el “jefe” ya tuvo una oportunidad de cuatro años, suficientes para hacer algo por ellos, por ejemplo, crear instituciones educativas públicas en municipios y barrios populares a las cuales acceder sin necesidad de pagar derechos educativos. Por el contrario, las medidas oficiales son cada vez más lesivas para sus intereses, haciendo cada vez más difícil el acceso a la educación.
Son muchos los estudiantes que se resisten, pero pocos los que reconocen el problema real.
Cuarto artículo (Aquileo Parra)
PRESIDENCIABLES:
de derecha a izquierda
Aquileo Parra P.
“Ni a la izquierda, ni a la derecha, sino lo que más le convenga al país”, es la consigna del presidente Uribe. Sus prosélitos proclaman con Uribe el final de izquierdas y derechas. Pero los rumbos resultantes y los talantes de los políticos suelen ser juzgados, con razón, por referentes politico-ideológicos[1] o también por las percepciones de la gente en las encuestas de opinión.
La opinión de los encuestados no es reflexión razonada, ni criterio firme. Es percepción segmentada de inconscientes colectivos, que califican talante político, doctrina y la química. De radical duración a veces y en otras, tan movedizo como las arenas del mar, según los apremios de la situación.
Los resultados de la encuesta de El Tiempo, publicada a mediados de diciembre último, es tan original como difícil de leer puesto que cada candidato tiene cuatro datos que suman 100% para cada uno: porcentajes de los que piensan que el candidato es de derecha, de los que piensan que es de izquierda o de centro, con un margen porcentual de los que “no saben o no responden”.
A primera vista es desconcertante, por ejemplo, que Noemí Sanín y Horacio Serpa anden casi parejos con un 40% de votos como candidatos de derecha. ¿Entonces qué?
No queda más remedio que coger la calculadora y manipular las estadísticas para hacerlas hablar, como quien escruta votos. Manipular no significa falsear. Para muestra, mire con detenimiento, amigo lector, la columna 3 de la siguiente tabla, antes de seguir adelante. ¿Le parece aceptable el orden de grados de derechismo a grados de izquierdismo que la encuesta otorgaría al final de cuentas, a los diversos presidenciables?
La columna se divide en cinco tramos de a diez puntos como termómetro de graduación para la derecha y otros cinco para la izquierda: de
GRADO POLÍTICO DE LOS CANDIDATOS PRESIDENCIABLES
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