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Un proyecto que enfermará a Bogotá

Un proyecto que enfermará a Bogotá

Para la aplicación del proyecto Ciudad Salud se tenía que garantizar, con todo éxito, varias estrategias: demostrar que las EPS son incapaces de atender la salud, desprestigiar la tutela para evitar que sus fallos tengan importancia, y demostrar que el Estado no puede solucionar los problemas de salud. De esta manera se garantizaría la privatización definitiva del servicio, facilitando el ingreso de las multinacionales para hacer negocio con lo que no debe serlo. Hoy todo está listo. Así explica el médico Jorge Arango lo que él considera que es el plan Ciudad Salud.

 

Paralelo a estas campañas, en algún lugar de Bogotá se aplicaba otra estrategia, también de desprestigio: en zonas que desde hace tiempo se marcaron en un mapa para ser intervenidas, se montaron compraventas de material reciclable para atraer indigentes, venta de droga, prostitución y una interminable lista de elementos que descompondrán socialmente esos territoriso. Así se garantizará comprar las edificaciones a precio de remate.

 

De esta manra, casas que antes se vendían en doscientos o trescientos millones de pesos hoy los inversionistas –que además crearon la estrategia de desprestigió–, no ofrecen más de veinte o treinta millones, como si fuera poco, realizan su oferta a través de vales que no incorporan intereses de mora, además de no contar con fecha de pago. Es decir, se pagarán en un tiempo no determinado.

 

¿Increíble? Así pasó en lo que la ciudad conoce como Manzana 5, carreras segunda y tercera con calles 19 y 20, pleno centro de Bogotá, en el edificio donde viviera el escritor y poeta Jairo Aníbal Niño. Después del desalojo les pagaron con vales que casi diez años después aún no les recogen.

 

Así que el proyecto Ciudad Salud inició la fase del desalojo de los habitantes del barrio San Bernardo, vecino del Hospital de La Hortúa. Tiempo atrás habían inundado la zona con bares, centros de compra de reciclaje, bazuco, prostitución, asesinatos de niños, etcétera. En solo dos años las casas comenzaron a ser abandonadas. Queda solo –según los comerciantes del dolor y de la estafa– hacer el favor de comprarles esos terrenos a sus propietarios, pero hacerlo a precio de huevo…, que digo, a precio de cáscaras de huevo.

 

Y proceden. A mediados de mayo un carta llegó por debajo de las puertas a más de la mitad de las casas del barrio, trasmitía una orden imperante: gracias al decreto tal tiene que abandonar su residencia, y entregarla a una empresa que construirá lindos edificios que ayuden al embellecimiento de la ciudad. Comuníquese y cúmplase. No se aceptan reclamos.

 

El tema impactará a los barrios del sur de la localidad Santafé, como San Bernardo, Las Cruces Santa Bárbara Centro y otros más de la localidad Antonio Nariño: Policarpa, San Antonio, Ciudad Berna y Restrepo, entre otros.

 

¿A quién está dirigida Ciudad Salud?

 

El plan fue diseñado por el Banco Mundial y decretado en el 2007 bajo la administración de Luis Eduardo Garzón, y plantea muy directamente: “La salud como proyecto comercial” que no está encaminada a la prestación de servicios para la gente, explica el médico Jorge Arango.

 

Así que a la mala calidad de la salud se le suma un nuevo problema para quienes habitan esta parte de la ciudad: ahora sus habitantes tienen que pelear por el derecho a la vivienda, desviando el tema central del derecho a la salud.

 

Pero los futuros nuevos vecinos del sector tampoco solucionarán el problema del bienestar físico de los más necesitados. El propóstio del proyecto es disponer a Bogotá en un alto nivel del negocio, pretendiendo alcanzar lo ya logrado con éxito en otras ciudades: el turismo de salud, para volverla competitiva y a la altura de adinerados pacientes de todo el mundo. Es decir, solo para quienes puedan pagarlo. Así lo explica el médico Arango que por años ha sido un incansable luchador por la defensa de los derechos de los más necesitados.

 

El médico también denuncia la falta de conciencia y retribución social de muchos profesionales de la salud: “No es justo que existan profesionales que se educaron en escuelas públicas, pasaron a colegios públicos y se profesionalizaron en universidades pública, es decir, la comunidad los formó, no es justo, digo, que ahora, olvidando ese pasado estén al servicio de empresas privadas y lo peor, sean los diseñadores de esos planes contra la población”.

 

El POT de Petro

Para este profesional de la salud, el POT decretado por Petro es una forma de quitarle el ponqué a los ricos. “Hay que recordar que los poderosos no gustan de los pobres, por eso querían apropiarse del centro de la ciudad para construir imponentes edificios donde pudieran abrir sus ventanas sin ni siquiera ver a los pajaritos de los pobres […]; el POT por decreto hace que los pobres vivan en el centro, cerca de los centros de producción, elevando su calidad de vida, sin horas de transporte inhumano y con la posibilidad de estudiar a pocos minutos a pie de sus viviendas, o poder ir a casa para almorzar”.

 

“Tenemos un Alcalde que le dio luces de esperanza a sus gobernados de estratos bajos: el mínimo vital de agua es un ejemplo de esto. Su aplicación permitió que muchas familias –cuyos ingresos se derivan del lavado de ropa–, hoy puedan comer carne aunque sea una vez por semana”.

 

El diamante de la corona

 

“El principal objetivo de toda esta barbaridad es el centro de salud de La Hortúa que aglutina 24 edificaciones en cinco centros de salud: el Cancerológico, el Materno Infantil, el San Juan de Dios, el Instituto Nacional de Inmunología y el Dermatológico Federico Lleras Acosta. Estos centros son los únicos en todo el país exentos de la Ley 100. A todos ellos los cubre la Ley 735 de 2002 que los obliga a prestar los servicios que el Estado incumple. Por esto los intentos de acabar con estos centros de salud, para reabrirlos pero privatizados, como lo soñó Mokus cuando los cerró”.

 

Todo este complejo de salud es un patrimonio público: en él se responde por la salud de los pobres, los 24 edificios fueron declarados patrimonio arquitectónico; la riqueza intelectual y científica de casi 280 años de existencia obliga a todos a defenderlos porque es el bien público más importante que ha tenido el país, explica el doctor Arango.

En cuanto al Instituto de Cancerología es necesario explicar que es el único centro oncólogo público, es decir el único que trata el cáncer que padecen los pobres. Pero el negocios del cáncer es tan grande que hoy existen 316 centros de tratamiento de esta enfermedad, pero privados, es decir quien tenga algún tipo de esta enfermedad tiene que ir al único centro público de todo el país o pagar.

 

La defensa de la Hortúa

 

Hoy el doctor Arango le saca tiempo a su trabajo para defender lo que ha bautizado como “El San Juan de todos”. Los sábados a las 9 de la mañana se reúne con la comunidad para hablar de la salud. Lo hace en la sede de lo que hace años fue el centro de salud dependiente del San Juan de Dios, allí explica algunas pautas importantes para mantener la calidad de vida:

 

  • La salud es el bien más preciado de la humanidad. No hay nada que lo supere.
  • La salud es una construcción colectiva.
  • Si todos los seres hacen algo diario para mejorar su calidad de vida, los problemas de salud desaparecen en un 90 por ciento.
  • La información es vital para la salud, la exigencia de la misma y la defensa de sus centros.
  • Una sociedad que permita el negocio de la salud por parte de los ricos debe, por lo menos, desconfiar de su calidad.
  • El cáncer será una enfermedad que se extenderá agresivamente si permitimos que la alimentación de la humanidad sea preparada por los ricos. Ellos tendrán el mismo cuidado que una reina cuando le prepare la comida a algún esclavo con retraso mental.

Información adicional

CIUDAD SALUD
Autor/a: GUILLERMO RICO REYES
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