Presentación
En la presente edición de la revista Soluciones agrarias abordamos un tema de total actualidad en Colombia: la reforma agraria.
Agravada cada día por las medidas económicas en boga, tierra y territorio se postergan. Su urgente resolución para la paz nacional, las convierte en temas centrales, si de verdad se busca coronar una solución política eficaz y duradera para el país.
Postergada desde siempre, la reforma agraria es parte sustancial de nuestra historia: de la herencia colonial no superada, del modelo de desarrollo optado por los sectores dominantes, de la tensión manifiesta entre ciudad y campo, de las formas de control político operadas y vigentes en toda nuestra geografía, de la sobrevivencia de los terratenientes, del auge del narcotráfico, del poder de la Iglesia, del incesante crecimiento que caracteriza a nuestros grandes centros urbanos construidos a marchas forzadas por las oleadas de desplazados que desde los años 50 del siglo XX no dejan de llegar a muchas de ellas, así como del origen y consolidación de la violencia sempiterna que recorre campos, poblados y ciudades.
Cada uno de los artículos aquí incluidos, trata de centrar con sentido histórico esta problemática, brindando elementos para que todos, iniciados o legos, puedan realizar seguimiento al tema que nos ocupa:
Con una perspectiva no sólo histórica sino también geográfica y territorial, caracterizando el suelo y sus posibles usos, “Reforma agraria, portón para la paz”, recorre el país de norte a sur y de oriente a occidente, describiéndolo, mostrando sus potencialidades y limitantes en el tema agrícola, a la par que ahondando en las tensiones entre terratenientes de viejo y nuevo cuño y los campesinos con poca tierra o sin ella. A la par, la realidad que soportan los pueblos indígenas y los afrodescendientes. La evidencia que destaca es que en las manos de los campesinos con poca tierra, afrodescendientes e indígenas, descansa el abastecimiento alimentario del país. Pero a su vez, la real posibilidad que se tiene en Colombia para adelantar una reforma agraria integral, para lo cual se puede ensayar una experiencia piloto. Aquí se propone el Magdalena medio como el territorio ideal para ponerla en marcha. No hay reforma sin voluntad política, y no hay está sin presión social. Ante el arrinconamiento de los campesinos desarmados, la guerrilla es su expresión más evidente. Los campesinos continúan esperando el momento de acceder a la tierra y al poder político.
En esta misma senda se adentra “La paz en ascuas”, un breve ensayo que complementa el anterior, el cual evidencia que el modelo impuesto desde el gobierno de Misael Pastrana, adelantado con las luces de Currie, multiplicó el desplazamiento campo – ciudad, redujo la tensión por la tierra, propició la concentración de la riqueza y su multiplicación en manos del sector financiero, enriquecido a la sombra del Upac o del modelo de vivienda impuesto en las ciudades para procurar habitación a los miles de miles de habitantes, que procedentes del campo, protegiendo sus vidas, y en busca de oportunidad, las ocupaban.
Complementa esta primera parte del presente número de Soluciones agrarias, un breve recorrido histórico por todos los intentos legales de reforma agraria llevados a cabo en Colombia. Su común denominador es que todos ellos son la respuesta a la tensión que se vive en el campo, pero también el mecanismo legal para dilatar la resolución definitiva de una problemática que afecta a todos los habitantes del país, al igual que la manera para legalizar el despojo de que son objeto campesinos, comunidades indígenas y afrocolombianos. En esta parte de la historia patria, como en las luchas obreras y de los despojados de siempre, se evidencia que la Ley responde y se redacta de acuerdo al que más tiene poder.
Se podría decir que una segunda parte de la revista, aunque no está dividida de esa manera, empieza desde “Estatuto rural, hijo de la parapolítica”, de Héctor Mondragón, publicado en ….. El autor retoma la más reciente ley que afecta a campesinos, afrocolombianos e indígenas, y evidencia en su análisis como el capital adecua la tierra de acuerdo a sus intereses, ahora hondamente ligados al capital internacional.
Desde la Mutual Confeinco nos llega un breve artículo donde se llama la atención por las últimas medidas expedidas por el alto gobierno, que afectan tanto a campesinos como al Incoder y a sus trabajadores.
Por último, y por su importancia, incluimos dos textos de valor histórico, síntesis de dos visiones que vienen desde el campo, y que se convierten en luces para las luchas que los pobres que lo habitan continúan brindando por el derecho a la tierra: “El camino hacia reforma agraria popular en Colombia” (2005) de las Autoridades indígenas del Cauca, que orientó y brindó luces para la campaña por la liberación de la madre tierra que está en curso, y el “Mandato Agrario”, aprobado en el Congreso Nacional Agrario de 2003, que recoge la plataforma del sector, programa por concretar en las luchas que en diversos puntos del país se adelantan por el negado y violentado derecho a la tierra. Temáticas nuevas, como cultivos de uso ilícito, narcotráfico, desplazamiento forzado, soberanía alimentaria, lucha contra el libre comercio, medio ambiente, solución política del conflicto y otros, son sintetizadas aquí con mucha fuerza, lo cual evidencia que el movimiento campesino ha llegado a un nuevo sitial de sus demandas, las cuales siguen aplazadas por los intereses que dominan en Colombia.
Autores: Varios
Tamaño: 21 x 28 cm
70 páginas
Julio – octubre 2007
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