En esta nueva entrega de nuestra colección Bicentenario, con el primer articulo que contiene, ofrecemos a nuestros lectores una perspectiva poco conocida sobre la intervención de las diferentes comunidades indígenas del país en el proceso de Independencia. El segundo artículo de esta separata desarrolla un estudio sobre el exterminio de un pueblo indígena desde el siglo XIX y durante la República. Finalmente, el cierre está dado por un texto que matiza la idealización del pueblo indígena como protector de la naturaleza. Una lectura desde la amazonia peruana
Desde Santander, Jairo Gutiérrez abre la separata con su artículo: Los indígenas de la Nueva Granada y la independencia, ofreciéndonos una mirada histórica sobre los indígenas realistas y los patriotas, quienes desde la Región Caribe y la provincia de Pasto alcanzaron un papel protagónico en las batallas, disputas territoriales, surgimiento y caída de gobiernos provisionales; en un panorama inestable que restauraba el poder al rey de España, para ser perdido luego por las armas en enfrentamientos con el ejército patrióta y ser derrotado a su vez por levantamientos indígenas. Esta dinámica causaba en sus comunidades: destierros, alzas en los tributos y muerte. De la misma manera, nos cuenta el historiador, existieron comunidades que fueron beligerantes en defender su autonomía frente al llamado proceso de Independencia, para de esa amanera no estar sujetos al parecer de reyes y republicanos, lo que evidencia que esa lucha, no era otra cosa que una pugna por su propia independencia, la cual de hecho era vista –como aún lo es– como una amenaza.
Desde Barrancabermeja, Rafael Velásquez centra su atención en un estudio de caso sobre una de las comunidades que luchó por “no estar subordinados a los españoles y posteriormente a los republicanos”. Los Yareguíes: resistencia y exterminio (el cual hace parte de un estudio más amplio publicado en el 2012 junto al historiador bumangués Víctor Julio Castillo León) es la historia del proceso de aniquilación de un pueblo que luchó por su independencia, lo que los llevó a ser considerados como “salteadores, salvajes, bárbaros y belicosos” en el territorio que hoy conocemos como el Magdalena Medio, hasta su exterminio definitivo en la primera mitad del siglo XX. “Los indígenas de esta región sobrevivieron efectivamente durante mucho tiempo. Resistieron a los españoles y a la Colonia, pero no sobrevivieron a la República”.
Desde el Amazonas, Carlos Suárez Álvarez nos estrega el texto: El embrujo de las tradiciones, en el cual nos ofrece un relato entre la crónica y el ensayo en donde cuestiona la idea dominante de la armonía que el indígena guarda con la naturaleza. En su escrito el autor apela a recuerdos, vivencias y estudios sobre las comunidades indígenas para romper cierta idea común que los ve exclusivamente como “buenos salvajes”. Es necesario decir que no debemos caer en “la tendencia a generalizar las costumbres de todas las etnias”, como nos advertía el autor del artículo anterior, profesor de Ciencias Sociales por lo demás. Es decir, frente a las enseñanzas de las comunidades indígenas, así como frente a sus desaciertos: ni idealización, ni generalización.
Esperamos que este nuevo suplemento de nuestra colección, sirva tanto a quienes desde las aulas insisten en construir y difundir una historia crítica, como para quienes buscan que la historia de Colombia no sea “letra muerta” y logren encontrar allí los argumentos que hacen necesario que un nuevo país emerja, integrando su experiencia como pueblo.
Leave a Reply