Home » Unidad del pueblo

Unidad del pueblo

Unidad del pueblo

El 15 de febrero de 1966 murió, en el contexto de un enfrentamiento entre guerrilleros y miembros del ejército oficial, el Padre Camilo Torres Restrepo. Cuatro meses antes había tomado la decisión de incorporarse a la insurgencia armada, luego de intentar por muchos otros medios transformar las estructuras excluyentes, hegemónicas y opresoras que sufrimos los colombianos, encontrando sólo como respuesta estigmatizaciones, resistencias y persecuciones por parte de las capas en el poder, e incluso un intento de asesinato.

Tanto sus análisis sociológicos como sus experiencias pedagógicas y su reflexión cristiana y teológica lo llevaron a predicar e impulsar la necesidad de unificar al pueblo oprimido por encima de todos los factores de división, con el fin de llegar a incidir radicalmente en la toma de decisiones que lo afectan. La unidad de la clase popular fue el mensaje central de sus propuestas sociales, pedagógicas, políticas y pastorales.

Ese mensaje fue reforzado con la claridad de sus análisis y la coherencia de su testimonio. En imágenes muy patéticas demostró la necesidad de la UNIDAD como condición para salir de la opresión. 50 años después, su memoria se convierte en una nueva interpelación para nuestras prácticas colectivas de incidencia política, social, pedagógica y apostólica.

Repasemos sus mensajes en que destaca los factores de división y las condiciones para una auténtica unidad, libre de vicios arraigados en nuestra cultura política.

“es un delito, es una actitud tan antirrevolucionaria, el tratar de dividir a la clase popular, ya sea a base de partidos, a base de religión, a base de grupos, a base de sindicatos que sean divisionistas, a base de cualquier instrumento que no esté procurando la unión […] frente a la realidad de una clase popular que está dividida y por eso no puede tomarse el poder, el objetivo primordial, lo que tenemos que buscar ante todo, es LA UNIÓN” (1).
Factores de división

Los partidos políticos:
“Es lastimoso el espectáculo que da la izquierda colombiana. Mientras la clase dirigente se unifica, mientras la minoría que tiene todos los poderes en su mano logra superar las diferencias filosóficas y políticas para defender sus intereses, la clase popular que no cuenta sino con la superioridad numérica es pulverizada por los dirigentes de los diferentes grupos progresistas que, muchas veces, ponen más énfasis en las peleas que tienen entre sí que en su lucha contra la clase dirigente” (2).

Las ideologías:
“cuando se nos tachaba de que colaborábamos con comunistas, yo les contestaba a nuestros acusadores que era absurdo pensar que comunistas y cristianos no pudieran trabajar juntos por el bien de la humanidad […] Eso nos ha pasado en nuestra orientación revolucionaria. Hay puntos elementales indicados por la técnica social y económica que no tienen implicaciones filosóficas sobre los cuales los que buscamos una auténtica renovación del país podemos ponemos de acuerdo, prescindiendo de las diferentes ideologías, no en nuestra vida personal, pero sí en nuestra lucha revolucionaria inmediata” (3).

Las centrales obreras
“La clase obrera también se ha dividido por centrales. Cada vez que se funda una nueva central, una nueva central que se funda no hace sino implantar el divisionismo dentro de la clase obrera, dentro de la clase sindical […] en todas existe gente con hambre y con pobreza, de manera que en todos esos sectores hay gente que sirve para la revolución. Nosotros no debemos tanto buscar que haya una sola central, como no debemos buscar que haya un solo partido, porque todos tienen sus sentimientos hacia sus propias centrales, lo que debemos buscar es una unidad por la base, una unidad efectiva de la clase obrera.

Tenemos que buscar que todas las centrales en lugar de disolverse, busquen puntos comunes y que no se funden nuevas centrales sino que busquemos la unidad en lo que existe, por la base, con planteamientos comunes y con teorías comunes, sin liderazgos, sin separaciones, insistir en todo aquello que nos une y prescindir de todas las cosas que nos separan”4.

La religión:
“No nos vamos a dejar dividir, como tantas veces lo hemos planteado, en estos problemas angustiosos de Colombia; qué nos va y qué nos viene estar discutiendo entre católicos y comunistas si Dios existe o si Dios no existe, si todos estamos convencidos de que la miseria sí existe. ¿Por qué estamos encerrados por ahí en los cafetines, discutiendo si el alma es mortal o si el alma es inmortal, cuando sabemos que la miseria sí es mortal?

No nos vamos a dejar engañar por esas discusiones, vamos a las cosas que benefician a la clase popular colombiana; vamos a hacer una campaña, vamos a hacer lo que, por lo cual seremos juzgados los cristianos: si hemos dado de comer, si hemos dado de beber, si hemos dado vivienda, si hemos dado vestido, si hemos dado educación. Por eso seremos juzgados. Nadie nos va a juzgar por si usamos una medallita o no la usamos, nadie nos va a juzgar por tener una devoción a tal santo o a tal otro. Nosotros creemos que Cristo está en cada uno de nuestros prójimos, sea comunista, sea protestante y que, especialmente, Cristo está en cada uno de los pobres de Colombia […] porque lo que hagamos con cualquiera de los pobres lo hacemos con Cristo. De manera que no nos vamos a dejar dividir tampoco por los signos religiosos (5).

 

Condiciones para la unidad

 

Conciencia común:
“Acuérdense ustedes de ese cuadrito que le muestran a uno en el cual hay dos burros tratando de comerse un montón de pasto cada uno y cada cual halando para su lado y ninguno de los dos puede comerse el montón hasta que no se pongan de acuerdo en el objetivo. Si nosotros no nos ponemos de acuerdo en los objetivos vamos a marchar dispersos, cada uno por nuestro lado; vamos a marchar divididos los católicos de los no católicos, divididos los izquierdistas de los derechistas, el pueblo liberal del pueblo conservador, los campesinos de los obreros; divididos los de una central sindical en contra de otra central sindical” (6).

Organización:
“para que nuestro movimiento no sea demagógico tenemos que comprender cada punto concretamente: ¿Qué queremos en cuanto a la Reforma Agraria, qué en cuanto a la tributación, qué en cuanto a la política petrolera y a reforma urbana, qué en cuanto a relaciones internacionales? Debemos ser un movimiento de enseñanza en el cual cada uno de los miembros del movimiento sea un maestro de la revolución, sea un hombre que esté explicando punto por punto, para que el conocimiento de los problemas sea claro y sólido; porque ustedes saben que los grupos se entusiasman por un momento pero es necesario además que las cosas queden […] Las convicciones profundas adquiridas tal vez en el rincón de una tienda o en el campo, alumbrándose con una vela, estudiando esta plataforma, explicándola y formando esta conciencia común, nos van a crear la fuerza indestructible de la unión alrededor de las ideas y cuando un pueblo se une alrededor de una idea es indestructible. Pero no basta la unión por sí sola, es necesaria la organización. (7)

Buscar lo que unifica:
“Nos une el hambre, nos une la ignorancia, nos une la falta de salud, la falta de viviendas, la carestía de la vida que afecta a todos. ¿Y qué es lo que nos desune? Nos desunen las diferencias de los que siguen a un caudillo u otro. Vamos a buscar entonces algo que nos unifique y por eso he querido plantear la plataforma de acción popular, una plataforma que no tiene que ver nada con religión –no es ataque a ningún principio religioso, una plataforma que no tiene nada que ver con liberalismo ni con conservatismo, una plataforma que no tiene nada que ver con caudillos, porque no podemos volver a basar nuestra revolución en un caudillo, nuestra revolución tiene que ser no obra de un hombre sino obra de una clase, de la clase popular colombiana. Y los caudillos serán útiles en tanto favorezcan la unión de las clases populares, en tanto sean revolucionarios, no en cuanto sean sectarios, en cuanto estén planteando sus intereses de grupo, de partido o sus intereses personales. Tenemos que atacar el sectarismo, el caudillismo, tenemos que buscar ante todo los puntos comunes” (8).

Hacer la unidad por la base:
“Es necesario que comencemos ya. Que nos mezclemos con las masas, que vivamos, no solamente para los pobres, sino con los pobres y como pobres. La integración con las masas es un elemento esencial a la revolución y a la unión. Estas no son patrimonio nuestro sino de los obreros y campesinos de Colombia. Ellos serán los que nos traigan la pauta, los que nos exijan, los que impongan la unión por encima de grupos y de personalismos caudillistas” (9).

 

La mayoría dividida es minoría

 

“Si los obreros no se unen, si los campesinos no se unen, si toda la clase popular sigue dividida, dividida entre liberales y conservadores, dividida entre católicos y comunistas y protestantes, dividida de acuerdo con un caudillo o de acuerdo con un brujo así sea el más revolucionario, nunca vamos a poder realizar esta toma del poder, porque aquello que tenemos como verdad fuerte, ser la mayoría y en esa no nos gana la clase dirigente, en que la clase popular constituye el 85% del país, es decir, casi la totalidad del país, por estar actualmente dividida, la mayoría dividida es una minoría, la clase mayoritaria dividida en veinte grupos es un conjunto de clases minoritarias y no hemos sabido constituir un bloque conjunto poderoso para tomar el poder. Por eso la Unidad es requisito esencial de nuestra lucha” (10).

 

Si la clase popular está dividida, la verdad y la razón están prostituidas

“Tenemos entonces que preparar este cambio del poder de las minorías a las mayorías […] nuestra fuerza no es tener más dinero, a pesar de que la clase obrera contribuye con más de la tercera parte al ingreso colombiano dispersado en cada uno de los obreros, constituye algo muy débil dentro de la economía, nuestra fuerza no es el dinero, nuestra fuerza no es la técnica, nuestra fuerza no es la instrucción sabemos que los obreros y los campesinos, los campesinos jornaleros tienen tres cuartas partes de analfabetas, nosotros tenemos una fuerza que es la de estar convencidos de que tenemos la razón y la verdad. Que esta razón y esta verdad están prostituidas si la clase popular no es capaz de unificarse como está unificada la clase dirigente para combatir los intereses de las mayorías” (11).

 

Insistir en lo que nos une…
prescindir de lo que nos separa
“Para realizar la unión de los revolucionarios debemos insistir en todo lo que nos une y prescindir de todo lo que nos separa” (12). 

 

1 CR 469 / 470 – Conferencia en Coltabaco, Medellín, junio 18 de 1965. Transcripción de microfilm de Cidoc, México.
2 CR 451 / 452 – Conferencia en la Universidad Nacional de Bogotá, mayo 22 de 1965.
3 CR 452 – Conferencia en la Universidad Nacional de Bogotá, mayo 22 de 1965.
4 CR 497 / 498 – Conferencia en Barranquilla, agosto 6 de 1965. Transcripción de microfilm de Cidoc, México.
5 CR 503 / 504 – Conferencia en Barranquilla, agosto 6 de 1965. Transcripción de microfilm de Cidoc, México.
6 CR 484 – Conferencia en el Sindicato de Bavaria. Publicada en el periódico Vanguardia sindical, el 23 de julio de 1965.
7 CR 488 – Conferencia en el Sindicato de Bavaria. Publicada en el periódico Vanguardia sindical, el 23 de julio de 1965.
8 CR 498 – Conferencia en Barranquilla, agosto 6 de 1965. Transcripción de microfilm de Cidoc, México.
9 CR 455 – Conferencia en la Universidad Nacional de Bogotá, mayo 22 de 1965.
10 CR 497 – Conferencia en Barranquilla, agosto 6 de 1965. Transcripción de microfilm de Cidoc, México.
11 CR 497. (Doc. 30) – Conferencia en Barranquilla, agosto 6 de 1965. Transcripción de microfilm de Cidoc México.
12 CR 524 – Artículo: “Por qué no voy a las elecciones”, semanario Frente Unido, Nº 1, agosto 26 de 1965.

Información adicional

Mensaje cincuentenario trágicamente desoído
Autor/a: Javier Giraldo M., S.J.
País:
Región:
Fuente:

Leave a Reply

Your email address will not be published.