Una cueva en Siberia es en el único lugar conocido del mundo en el que coincidieron los misteriosos denisovanos, los neandertales y posiblemente los humanos modernos.
Estaban los neandertales y entonces llegaron los Homo sapiens, coexistieron durante muchos miles de años, se amaron o no, se pelearon o no, el caso es el que al final solo quedamos nosotros. Esta versión lineal y popular de la evolución humana en nuestra parte del mundo nunca fue tan simple pero se ha tenido que modificar drásticamente desde hace apenas 10 años por la aparición de unos terceros en discordia del género Homo durante el Pleistoceno, los denisovanos. Serían, junto con los neandertales, los parientes extintos más cercanos a los humanos actuales.
Nacidos para la paleontología en base únicamente al análisis genético de unos pequeños fragmentos de hueso y de dientes hallados en Denísova, una remota cueva en Siberia, ahora ya se sabe que los denisovanos o sus descendientes se extendieron por medio mundo antes de extinguirse y que su impronta genética se encuentra en lugares tan lejanos como Papúa-Nueva Guinea. Sin embargo, los fósiles siguen siendo escasos, no se conoce su aspecto, y el hallazgo de un fragmento de cráneo en la citada cueva en la región de Altai se considera un primer paso importante aunque insuficiente en el conocimiento de la especie. El cráneo es la parte del cuerpo humano más buscada por los paleontólogos, ya que da mucha información sobre el desarrollo cerebral, y por eso es noticia la presentación de este descubrimiento en el congreso de la Asociación Americana de Antropología Física en Cleveland (EE UU).
El investigador canadiense Bence Viola presentó un fragmento parietal (partido en dos) hallado en la cueva de Denísova, cuyo análisis genético indica que es denisovano. Esto es importante porque se cree que habitaron la cueva durante centenares de miles de años, además de esta especie, neandertales y al final posiblemente humanos modernos, hasta épocas muy recientes además. “Hasta ahora no se han identificado como denisovanos fósiles de otros lugares y una de las razones es que se conoce muy poco sobre su morfología”, dicen Biola y sus compañeros de investigación, entre los que está el famoso paleogenetista Svante Pääbo. “Este es el primer indicio de su morfología craneal”.
Los denisovanos serían los primos asiáticos de los neandertales, que se extendieron por Europa, pero los análisis más recientes y completos de la ocupación de la cueva desde hace 300.000 años, publicados hace dos meses, indican la presencia allí, alternativa a veces y coincidente en otros periodos, de neandertales y denisovanos hasta hace 50.000 años. Precisamente el hallazgo más espectacular, en 2018, fue el primer híbrido de neandertal y denisovano, una hembra a la que han llamado Denny, de madre neandertal y padre denisovano, que vivió hace 100.000 años allí y cuya existencia para la ciencia deriva del análisis genético de un solo fragmento óseo. También se han encontrado adornos y herramientas de hace unos 49.000 años parecidas a las que hacían los humanos modernos, por lo que algunos creen que el Homo sapiens vivió allí también, aunque los investigadores rusos piensan que fueron los denisovanos, quizás en contacto con el sapiens, los que tallaron estos objetos.
La cueva, un yacimiento que es un verdadero rompecabezas, se ha convertido en el objeto de deseo de paleontólogos de todo el mundo, pero en estos últimos años han surgido también muchos datos nuevos sobre poblaciones asiáticas desconocidas, que podrían ser identificadas en el futuro como denisovanos, o no, dada la complejidad del asunto. También se ha especulado que los fósiles de la famosa Sima de los Huesos de Atapuerca (Burgos), de hace 430.000 años, podrían ser de esta especie. Hasta ahora se atribuyen a Homo heidelbergensis, un preneandertal.
La pared craneal del fragmento presentado ahora es sorprendentemente gruesa y este no se parece a ningún cráneo de otra especie conocida del genéro Homo, dijo Viola, aunque en algunos rasgos presenta similitud con el de neandertales y de la Sima de los Huesos. María Martinón Torres, del University College en Londres (UCL) y directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en Burgos, comentó en Cleveland lo difícil que resulta atribuir rasgos esqueléticos precisos a poblaciones que se han podido cruzar a lo largo de la historia, informa Science News. Martinón estudia precisamente algunos fósiles chinos y especialmente los dientes, que dan muchísima información a los paleontólogos, y cree que en China se está reescribiendo el relato de la evolución humana.
No todos los especialistas están de acuerdo en considerar una especie de homínido diferente a los denisovanos, sin embargo, y además sobre la única prueba de su análisis genético. De hecho, todavía no tienen nombre científico. Uno de ellos es Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres, quien señaló en Cleveland que pueden considerarse primos de los neandertales que divergieron pronto y son genéticamente equidistantes del Homo sapiens y del Homo neanderthalensis. El árbol de la evolución sigue dando sorpresas.
madrid
02/04/2019 08:07 Actualizado: 02/04/2019 08:07
MALEN RUIZ DE ELVIRA
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