En Grothendieck se combina la inteligencia, la imaginación, la osadía y la independencia y el criterio propio. Grothendieck fue a la vez un genio y un ser libre. Y esa libertad le valió una gran gloria, pero fue al mismo tiempo el precio que debió pagar.
Toda (gran) obra es el resultado (aleatorio) de tres grandes factores: a) la biografía —esto es la personalidad, la sexualidad, las emociones, las capacidades y las limitaciones de alguien—; b) el entorno social en el que nació, se desarrolló y vivió —así, por ejemplo, si vive en un país desarrollado o no, en contextos de paz o de guerra, el soporte familiar y de amigos y colegas—, y c) el momento histórico que le tocó vivir —por ejemplo, etapas de crisis o de desarrollo, apoyo estatal o privado a la investigación o no, etc.—. Desarrollar las imbricaciones, cruces, congruencias y vacíos entre estos tres grandes conjuntos constituye el objeto de un trabajo mayor.
Si se hiciera, caprichosamente, acaso, la lista de los principales matemáticos del siglo XX, sin la menor duda aparecerían D. Hilbert, S. Smale, A. Kolmogorov y P. Erdös, para no mencionar a N. Bourbaki. Los demás nombres que pudieran completar la lista sería seguramente ya una cuestión de menor unanimidad o consenso.
Pues bien, en la lista mencionada hay una figura que descuella, en más de un sentido, con luz propia: Alexandre Grothendieck (1928–2014). Grothendieck es la expresión que representa genio y autonomía —hasta la radicalidad.
Apátrida (esto es, literalmente, sin patria ni pasaporte durante la mayor parte de su vida), el genio que introdujo el análisis funcional y la geometría algebraica, fue la conciencia más lúcida y crítica, por consiguiente, del establecimiento científico francés al que denominó siempre como “corporativista”. Según Grothendieck, el corporativismo en ciencia se caracteriza porque se ha estudiado en una famosa universidad, se ha hecho un doctorado en una famosa universidad, se es acogido por las figuras más descollantes de la intelectualidad, la cultura y la ciencia, y se tiene, por tanto, una posición confortable y cómoda. En el caso francés, esto hace referencia al Instituto de Altos Estudios Superiores, a la Escuela Politécnica, a la Academia Francesa de Ciencias o al CNRS, notablemente. Grothendieck no fue precisamente el ejemplo del corporativismo mencionado.
En Grothendieck se combina la inteligencia, la imaginación, la osadía y la independencia y el criterio propio. Grothendieck fue a la vez un genio y un ser libre —en toda la acepción de la palabra—. Y esa libertad le valió una gran gloria, pero fue al mismo tiempo el precio que debió pagar al final de su vida.
Los años dorados de Grothendieck giran alrededor del Instituto de Altos Estudios Científicos (IHES en francés), un instituto privado creado por L. Motchane en 1950. Cabe decir que el IHES fue establecido específicamente para R. Thom y A. Groethendiceck. Antes y después, la vida académica e intelectual de Grothendieck transcurre en universidades “de provincia”, de menor calidad —comparativamente con el centro que es París— y al margen de las élites intelectuales y científicas de Francia; Francia, un país sempiternamente centralista (y que justamente por eso se inventó el derecho administrativo y todas sus consecuencias).
Los campos creados y en los que trabajó con originalidad Grothendieck incluyen, muy notablemente, el análisis funcional, geometría algebraica y teoría de números, los espacios de vector topológico, el álgebra homológica. Fue uno de los padres de la cohomología, la teoría de categorías y el análisis complejo, sin olvidar la teoría de esquemas, la teoría K —temas que si bien la mayoría de la gente desconoce, constituyen ejes, avenidas o filones que marcan a toda la matemática actual—. Hasta el punto de que, por ejemplo, como se ha dicho en varias ocasiones, ninguno de los famosos Problemas del Milenio —que son los siete o seis grandes problemas llamados “últimos” de las matemáticas— puede ser resuelto sin incorporar, por lo menos parcial o tangencialmente, los terrenos trabajados y abiertos por Grothendieck. La capacidad de trabajo de Grothendieck, aunada a su inmensa libertad de pensamiento y capacidad imaginativa, constituyeron ejes de una obra sólida y original.
En 1966 Grothendieck recibe la Medalla Fields (el equivalente al Premio Nobel en matemáticas). Antimilitarista convencido, renunció al IHES cuando se enteró que algunas investigaciones estaban siendo financiadas por los militares. Por lo demás, hay que decir que en la época, los profesores del IHES eran pagados de manera muy irregular. Pacifista inveterado (sus padres habían sido anarquistas), fue un crítico acérrimo de la guerra de Vietnam y del expansionismo militar de la URSS, fue siempre sensible a los temas delicados de pobreza y marginamiento social. Cosas, todas, raras entre los matemáticos en general.
En un momento dado hacia su época de madurez y crítica del establecimiento matemático y científico, se interesa por la biología, la física teórica y los acontecimientos en el orden social y político que representaron Mayo de 1968.
En 1970 decide retirarse de la vida académica y científica de Francia y el mundo, y posteriormente, en 1988, finalmente decide retirarse de toda la sociedad. Se traslada a los Pirineos y permanece en total aislamiento del resto del mundo hasta su muerte.
La importancia de la obra de Grothendieck estriba en el reconocimiento explícito de que ningún problema actual de punta en matemáticas puede ser resuelto sin atravesar por la obra de Grothendieck. Una obra difícil por lo técnica, sintética y original a la vez, en la que se debe mencionar sin duda alguna los Éléments de géometrie algébrique. Por otra parte, Récoltes et Sémailles es un texto único sobre las relaciones entre la vida y las matemáticas (de alrededor de 1500 páginas). Así, globalmente, se trata de una obra que emerge como condición de posibilidad para la comprensión y solución de numerosos otros problemas matemáticos. E incluso científicos.
Prácticamente todos los textos —libros y artículos— de Grothendieck se encuentran disponibles en http://www.grothendieckcircle.org, conjuntamente con los textos de sus seminarios y las biografías escritas sobre Grothendieck. Sin embargo, permanecen sin publicarse más de veinte mil páginas de sus escritos. El “Círculo de Grothendieck” constituye quizás el más sincero y apasionado de los esfuerzos humanos e intelectuales en torno a un científico —en general— para mantener su obra y su legado.
Finalmente, cabe decir que Grothendieck estuvo casado con M. Dufour y tuvo cinco hijos (tres de su matrimonio y dos de dos relaciones extramatrimoniales distintas).
Alexandre Grothendieck, una hermosa expresión de la complejidad de las relaciones entre la vida, la ciencia —en este caso las matemáticas— y el momento social cultural e histórico que le tocó vivir. Esto es, de la ausencia de correspondencias lineales y formales entre la vida, su ciencia y, en fin, su obra misma.
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