Desde el pasado 14 de julio, la Unión Sindical Obrera (USO) y Ecopetrol negocian el pliego presentado por sus trabajadores. En medio de la dilatación y las evasivas al pliego por parte de la empresa, la negociación fue prorrogada hasta el próximo 22 de agosto.
El pliego contempla el fortalecimiento de la Empresa, la participación del Estado en la renta petrolera, el manejo ambiental de las operaciones, el uso de nuevas tecnologías extractivas, la tercerización laboral, el incemento salarial, garantías para la actividad sindical, y la reparación y reconocimento por parte del Estado por la persecución al sindicato durante los 91 años de existencia.
Sobre algunos de estos aspectos desdeabajo conversó con Rodolfo Vecino, dirigente de la USO.
Desdeabajo –da–. ¿En qué va el conflicto de los trabajadores tercerizados de Ecopetrol?
Rodolfo Vecino –RV–. Ecopetrol mantiene una posición negativa frente a la contratación de mano de obra directa; dice que para que el negocio del petróleo en Colombia sea viable necesitan tercerizar la mano de obra. Fíjese: las estadísticas muestran que la Empresa hoy paga veintiséis punto dos billones al año como efecto de los salarios de los trabajadores de planta, e insisten que –estratégicamente– para que el negocio sea rentable necesitan mantener tercerizados a los cuarenta mil trabajadores que hoy están en tal estatus.
da. ¿Cuál es la actitud del Gobierno ante la negociación de este conflicto?
RV. Sentimos que el Gobierno está de espaldas a la negociación, no vemos ningún interés por parte del Estado colombiano alrededor de este conflicto colectivo que está en la columna vertebral de la economía nacional.
da. ¿Este conflicto evidencia la inexistencia de una empresa petrolera nacional integrada?, ¿en qué afecta a la nación esta situación?
RV. El Gobierno incumple hasta los acuerdos firmados en la OIT respecto a trabajo decente; hoy vemos que la primera empresa del Estado, que debería dar ejemplo, es la primera en negar tanto las cláusulas de los tratados de libre comercio con respecto a los temas del trabajo decente, estabilidad de los contratos, salarios dignos y formalización del empleo; vemos que la más importante empresa del Estado es la primera violadora de estos acuerdos. Es claro, no vemos decisión gubernamental por cambiar esta situación.
da. ¿Qué decir de la propuesta de ley orgánica de hidrocarburos de la USO?, ¿qué le aportaría esta propuesta al país?
RV. La propuesta recoge un borrador presentado por la USO para terminar de construir con todos los sectores de la sociedad colombiana, que tiene que ser discutida en foros regionales y terminar en un Congreso petrolero que también es uno de los puntos de la convención colectiva.
La nuestra es una propuesta que pretende, precisamente, un giro completo a la política petrolera que hoy tiene el país, la cual no consulta su realidad, el significado del petróleo y lo que debe entrañar su explotación en nuestro país desde una visión realmente responsable: aspiramos a que este recurso dinamice realmente la industrialización del país, o dinamice otros sectores de la cadena productiva, empezando por el cambio de los mismos contratos, hoy regresivos, como son los de concesión que fueron la constante a principios del siglo XX. En nuestra ley orgánica proponemos acabar con ellos; allí avanzamos en diversidad de temas: cambios de contratación, ambientales –que son muy importantes para resolver toda esa gran catástrofe que hoy se da en las regiones donde se explota nuestro petróleo–, etcétera.
da. El mayor predominio de la tercerización debe haber debilitado la organización sindical, ¿qué balance puede hacer al respecto?
RV. A pesar de contar con un porcentaje bastante alto de trabajadores tercerizados afiliados a la organización sindical, esta inestabilidad en los contratos es también un elemento que utilizan para generar temor frente a los procesos de sindicalización y la defensa de un salario petrolero. Dentro de la actividad petrolera no hay un criterio unificado de salario. Hoy las petroleras y Ecopetrol mismo imponen en las regiones los salarios que les da la gana, no tienen en cuenta el impacto socio-económico que genera la explotacióm petrolera en nuestro país, porque la vida de las regiones cambia completamente.
Es así como vemos que hoy muchos campesinos, guiados por el espejismo de esta industria, se convierten en migrantes internos, atraídos por los taladros. Algunas regiones están perdiendo su tradición, pierden su valor fundamental: la agricultura. Los pobladores abandonan el tema agrario para convertirse en obreros petroleros, con contratos de 28 días, de los que obtienen una “ganancia” un poco diferente a la que conseguirían como cultivadores de la tierra. Lo que conlleva, finalmente, a un desarraigo cultural, a la pérdida de la esencia que las comunidades han tenido durante toda su vida.
da. ¿Existen estadísticas respecto a cuánta gente está vinculada de esa manera?
RV. En estos momentos hay varios observatorios que adelantan investigaciones sobre este tema, que aím no está medido con toda rigurosidad. Sin embargo, sabemos que las mejores ofertas laborales no son para los trabajadores de la región, inclusive hay tensiones debido a que la mano de obra calificada de la región no es empleada.
Podemos hablar de más de ciento cincuenta mil trabajadores de la industria petrolera, lo que evidencia que no es una fuente de empleo significativa. Ademásde no ofrecer realmente las mejores opciones. Por otro lado, no hay un plan de educación técnica ni tecnológica a través del cual, por lo menos, los trabajadores de la zona accedan a un mejor nivel salarial.
da. La última ronda de concesiones para la exploración petrolera no cumplió con las expectativas que tenía la Empresa, ¿cómo ven ustedes el futuro del sector de hidrocarburos en Colombia?
RV. Vemos, primero, que el desarrollo de la industria petrolera en el país es totalmente desordenado. En el último año el gobierno Uribe entregó prácticamente el 70 por ciento del territorio nacional para exploración, hoy no se sabe, con exactitud, cuánto territorio han entregado a las multinacionales petroleras.
Además de esto, las multinacionales vienen por los combustibles no convencionales, para lo cual aplican tecnologías revaluadas en algunos lugares del mundo, como lo es el fraking y las arenas bituminosas. En Alberta, Canadá, por ejemplo, las arenas bituminosas han afectado grandes extensiones de territorio, dañado acuíferos inclusive subterráneos, que son los reservorios que sostendrían las generaciones futuras de esas regiones.
En Colombia ya fueron entregados varios bloques para la explotación mediante ese tipo de tecnología, lo que conlleva, nada más ni nada menos, al rompimiento de las capas o de la lutita, que es el sello dentro de los reservorios de agua subterránea y de los yacimientos o las trampas de este recurso no convencional llamado shellgas, que está atrapado en esa capa que protege las aguas subterráneas.
Además, fíjese, aquí no hay una legislación ambiental rigurosa, se desconoce y vulnera el derecho de las comunidades indígenas y afro a una consulta previa, establecida por la ley 170. Los pobladores muchas veces son engañados por parte de las multinacionales que aprovechan el desconocimiento de estas en el tema petrolero.
El país tiene en estos momentos más de ciento cincuenta multinacionales que están aplicando la sísmica 3D y 4D, la misma que no tiene legislación; una sísmica agresiva que utiliza explosiones en el subsuelo y ocasiona las profundizaciones de las aguas y daños en todo el tema hidrodinámico.
Con seguridad, le digo, por parte del Esstado no hay realmente una visión de proteger áreas donde no deberían estar ejecutando explotación petrolera. Los mismos Llanos Orientales no tendrían que ser territorio de explotación, esto debido a las grandes reservas de agua que tienen y que están siendo contaminadas precisamente por esta explotación. Campo Rubiales (Meta) es un clásico ejemplo de esto: más de cinco millones de barriles al día son contaminados porque las recargas de los yacimientos son de los afluentes de los caños y de los ríos que hay en la zona, lo que genera un ciclo cerrado de contaminación que causa hechos como los ocurridos en Paz de Ariporo.
da. Ecopetrol reportó en su último informe un retroceso en su balance económico, ¿cómo ven ustedes la situación de la Empresa?
RV. Creemos que puede estarse acercando una caída catastrófica en la Bolsa de Valores de sus acciones, porque las empresas petroleras se miden por las reservas y Ecopetrol, hasta este momento no tiene reservas, ni descubiertas ni en prospección que nos indique que hay un futuro. A la vuelta de 6 o 7 años estaremos, de nuevo, como a mediados de los 70 y principios de los 80: importando crudo, porque los nuestros ya están en declinación.
La Agencia Nacional de Hidrocarburos está entregando los mejores bloques o las mejores prospectivas a multinacionales como la Pacific, la Exxon Mobile y la Shell. Aquellas que cambiaron su naturaleza y vendieron sus refinerías para invertir todo en la exploración y producción petrolera.
da. La USO es patrimonio de las luchas populares, sin embargo los ataques sistemáticos al sindicato parecen haberle restado liderazgo en las luchas por una sociedad mejor, ¿es correcta esta lectura?
RV. Indudablemente la USO está impactada. En las tres últimas décadas le han aplicado una estrategia que obedece a tres líneas de acción para destruirla: 1) la eliminación física o el terrorismo contra nuestra organización, con un inventario de 108 compañeros asesinados; 2) la vía jurídica y, 3) toda una estrategia mediática que justifica las acciones en contra de nuestra organización y que desvían el sentido de nuestra plataforma de lucha.
Desde la huelga del 2004 fueron desvertebrados puntos importantes que protegían precisamente a los trabajadores tercerizados en la aplicación total y plena de la convención colectiva, y que definía las actividades propias y directas de la industria del petróleo, todo lo cual expone a la Unión Sindical Obrera a una coyuntura bastante difícil. Sin embargo, estamos tratando precisamente de proponerle al país una estrategia diferente frente a lo que debe ser la política petrolera.
Hoy la organización pone en primera línea de sus luchas algo que antes no estaba presente: el tema ambiental. Regresamos nuevamente a acompañar las comunidades que son precisamente nuestra esencia, porque nacimos de ellas. En este momento, procesos como la Cumbre Agraria desarrollan dos propuestas fundamentales que tocan el tema del precio de los combustibles y la ley orgánica de hidrocarburos. Propuestas que han sido el resultado de investigaciones de un equipo de académicos y de trabajadores comprometidos con el concepto nacionalista de cómo debe ser el manejo de nuestros recursos petroleros.
da. Tenemos entendido que Pacific Rubiales está en vísperas de vencersele su contrato en Campo Rubiales, ¿cómo va este tema?
RV Para el mes de marzo de 2016, fecha en que vence el contrato, Rubiales debe transferirse a la nación sus instalaciones. Desde ya la organización ha establecido un comité pro reversión de Rubiales, porque sabemos que Pacific está presionando por la prórroga de ese contrato. Esto significa, indudablemente, la adición de unas reservas muy importantes a la nación y, algo que ya se logró, la suspensión del proyecto Star –un piloto de una tecnología que estaba en campo Quifa (Meta) de combustión in situ para aumentar las ratas de producción del campo.
El proyecto Star, planteado desde Pacific, lo que realmente buscaba era sacar la mayor cantidad de crudos y quemar aproximadamente el 70% de las reservas. Consiste en una combustión interna que produce serias consecuencias ambientales, y posibles reacciones en cadena por toda la comunicación del campo. De 120 proyectos llevados a cabo con este tipo de tecnología en el mundo solo 4 han tenido éxito: uno en la India, otro en Rusia, uno más en los Estados Unidos y otro más en China. Es una tecnología que puede aplicarse solo bajo ciertas condiciones y Quifa no es precisamente un campo para aplicarlas, inclusive la red de sismología empezó a registrar movimientos telúricos casi permanentemente en la zona.
La USO dio a conocer estos datos a la Contraloría y precisamente desde allí demostraron los inconvenientes que provocaba este tipo de tecnología, lo que ocasionó finalmente el cierre del proyecto.
da. ¿Qué hacen para enfrantar las amenazas que sufren algunos compañeros?
RV. El caso más relevante de atentados fue el sufrido por el presidente de la subdirectiva del Centro, John Alexander Rodríguez; también tenemos el caso de un compañero de la comisión negociadora, al que le hicieron un montaje: le metieron una granada en el equipaje, lo que provocó que fuera detenido en el aeropuerto; está también el hecho del vicepresidente de la subdirectiva del Meta que desde el mes de noviembre se encuentra en la cárcel de puerto López, en este caso hemos pedido la intervención de la Fiscalía General de la Nación porque en esa zona no hay garantías, allí Pacific aplica lo conocido como “economía de enclave”, con la cual nada se mueve sin su orden.
Es así como la USO enfrenta más de veinte procesos, precisamente agenciados por Pacific y las multinacionales que están hoy agremiadas en la Asociación colombiana de empresas petroleras (Acpep) donde promueven una política de judicialización de la actividad sindical, para de esta manera debilitar la organización.
d.a. Ante esta situación, ¿qué actitud han tomado las organizaciones sindicales y sociales a las cuales está asociada la USO?
RV. La organización sindical no deja de moverse. Hemos estado en movilizaciones permanentes y por otro lado, la Cut arranca una convocatoria de solidaridad con todo el movimiento obrero alrededor de la USO. Nos estamos defendiendo con todas las formas que conocemos los obreros contra esta política, generada en contra de nuestra organización.
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