Entrevista con la Consejera Mayor Aida Quinqué
Con tranquilidad asombrosa, sus pasos seguros y un rostro atento y sonriente, Aida Quinqué, del pueblo Nasa, Consejera Mayor de Tierradentro e integrante del Consejo Regional Indígena del Cauca, conversó con desde abajo sobre la Minga indígena, en esta fase, que partió de Cali con un fin claro: buscar unidad con otros sectores sociales para avanzar en una agenda de los pueblos que permita, entre otros objetivos, una reforma agraria popular. Ya se han unido más de 117 cabildos del Cauca y otros tantos del Valle y Risaralda.
Julián Carreño: Ustedes tuvieron reuniones previas a la Minga, evaluaron la fuerte represión y la violencia que sufren desde el Estado. ¿Qué los llevó a tomar la decisión de hacer esta nueva fase de la Minga y marchar masivamente hacia Bogotá?
Aida Quinqué: La movilización de los pueblos indígenas es permanente en el Cauca. Hemos estado en el proceso de liberar a la Madre Tierra, exigiendo puntuales acciones jurídicas y políticas, entre ellas la Minga. ¿Por qué queremos ir con la Minga a Bogotá? Porque vale la pena llegar hasta los colombianos. Muchos no entienden aún el problema de la tierra y, fuera de no entenderlo, tienen una mala imagen del indígena y las comunidades rurales, como la venden la institucionalidad y el gobierno: ladrones, delincuentes, terroristas, salvajes… nunca se sabe en verdad quiénes somos. Hacemos el ejercicio de llegar precisamente a esos pueblos en los que ve ese miedo al indígena, aclarándoles
que somos iguales a todos: con expectativas y derechos que se deben exigir en el marco indígena, campesino, afrocolombiano, urbano y social.
Ese es el caminar de la palabra. Con la política de Estado, nos asesinan; nos matan con las leyes, con la política de ‘seguridad democrática’, con el desplazamiento forzado y con el tema de las víctimas. Entonces, la Minga es eso.
Encontrarnos con los otros; que cuenten su historia, su experiencia, y que podamos compartir y de ahí empezar a generar una política incluyente, que nazca desde la propia gente.
JC: En 2004 se realizó un Parlamento de los Pueblos Indígenas y se ha avanzado en lo del gobierno autónomo. Al respecto, ¿cuáles son los objetivos concretos de esta Minga?
AQ: Hemos hecho el Parlamento Indígena y Popular porque nosotros también somos gobierno y como tal podemos legislar. Consideramos que en el marco
de la legislación indígena defendemos nuestra autonomía y nuestra autoridad. Por eso hablamos de desobediencia civil. No nos sometemos a normas que nos reprimen y violan los derechos. La idea es que, al hablar de lo popular, todos los colombianos se opongan a las políticas de agresión, muerte, negación, como la contrarreforma agraria. Esas son parte de las propuestas construidas, propuestas,
desde nuestro Parlamento.
Por ello, así como los terratenientes y los grandes politiqueros llegaron a Chicoral en 1972 y dijeron: ¡No más reforma agraria, ni para los indígenas ni para nadie!, venimos a decir que sí debe haber reforma agraria popular. Y que no son unos pocos los que deciden; es el pueblo mismo el que decide.
Otro objetivo es seguir el debate, cara a cara, pero ya no sólo como hicimos en La María sino que asimismo debe ser mucho más amplio, y en el que muchos expresen su sentir y le digan al Presidente lo que pasa en Colombia.
JC: En términos de la experiencia, ¿cómo ve el desarrollo de la Minga, qué respuesta encuentran?
AQ: Variadas reacciones. Mucha gente nos espera con buenas expectativas y esperanzas en esta Minga; pero también gente con odio, dolor, mucha gente
que aún considera que los indios somos un problema para el país. En términos generales, digo que vamos bien, ganando puntos en cuanto a la desobediencia
y la resistencia civiles.
JC: Para el país es claro que los indígenas son una fuerza de resistencia. Aquí hay por lo menos 5.000 personas. ¿Cree usted que más gente seguirá sumándose?
AQ: Se van a sumar más. Vienen compañeros del Cauca y otras regiones. Guardamos la esperanza de que en Bogotá no seamos sólo indígenas. Habrá
estudiantes, sindicatos, y eso nos anima mucho porque eso es la Minga, la cual ya no debe ser sólo indígena; debe ser eminentemente social. Creo que vamos a ser muchos los colombianos que, a partir de la Minga, construiremos y mostraremos una cara diferente del país.
JC: En la discusión de Chicoral el 13 de noviembre se planteó retomar los diferentes mandatos, el Mandato Rural Campesino, el Mandato que surgió
con el Parlamento Indígena, para un pacto social conducente a una reforma agraria popular. ¿Es viable?
AQ: Es posible. Nuestros mayores nos enseñan que la persistencia es legítima. No es lo que digan la ley o el Estado. La ley y el Estado sí, siempre y cuando
defiendan los derechos de todos. El pueblo tiene que levantarse. No es posible que sigamos sometidos a un sistema de esclavitud y de muerte. Creo que los
colombianos deben despertar su corazón, y esto implica despertar para denunciar un sistema que nos aniquila. Hay mucho miedo, pero esto hace parte del proceso; también debe darse el de la resistencia.
JC: ¿Cómo ve el ánimo de los delegados de los distintos resguardos indígenas?
AQ: La gente está animada. Veo a los jóvenes y los mayores con mucha, mucha fortaleza.
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