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El deber de acompañar

El deber de acompañar

¿Quién hará lo que tenemos que hacer, y nadie podrá hacer, nadie, si no lo hacemos todos juntos? Martí

 Han publicado esta semana la información sobre la posible entrega de veinte mil millones de pesos por parte del clan Uribe a las iglesias cristianas para que orienten en voto a sus rebaños hacia los candidatos del Centro Democrático.

En muchos lugares del país, sin que las capitales departamentales estén exentas de ello, fluye el dinero del narcotráfico y sus lavadores hacia los candidatos que, no solo defenderán sus intereses, sino que devolverán con contratos, inversiones y empleos lo que invierten sus financiadores. Por supuesto, los grandes grupos económicos también invierten, incluso a varias bandas, en candidatos que retornaran con creces las sumas recibidas.

En este escenario turbio y maloliente, brillan con luz propia los candidatos que participan en la asimétrica justa, sin otro respaldo que sus vidas, largas o breves, consagradas al servicio de las comunidades.

Lo menos que podemos hacer como ciudadanos, es acompañar con nuestro voto. No como una dadiva, sino como un deber elemental. Con la conciencia plena de que un voto sufragado sin anhelo diferente al aliento a la pureza en el proceder, tiene el valor infinito de apostar por la virtud, por la capacidad, por ese valor tan olvidado y tan indispensable en los tiempos barbaros que corren: la honestidad.

Por otra parte, consideramos que ante la incapacidad de los liderazgos genuinamente democráticos por alcanzar acuerdos decisivos en la tarea vital de reencausar desde los poderes del Estado el proceso de paz (atacado de la forma más vil que cabe imaginar: afirmando que se le defiende, mientras se da rienda suelta a los ataques criminales), es necesario apoyar desde las ciudadanías las opciones democráticas más opcionadas y dar un ejemplo de unidad fraterna desde abajo.

En el caso de Bogotá, hay candidaturas a edilato como los de Jorge Caceres en Puente Aranda, con una larga vida consagrada a mejorar las condiciones concretas de vida de los humildes y a promover la organización popular, o Christian Robayo en Ciudad Bolivar, con un desempeño ejemplar en su primer periodo como edil; y hay candidatos al Concejo como David García, con excepcional capacidad en la crucial tarea de elevar la cultura de nuestras comunidades.

Con relación a la Alcaldía Mayor, nuestro voto acompañara a Claudia López, por encarnar una opción democratizadora en un escenario decisivo para la ciudad y para las elecciones presidenciales del 2022. Es por Claudia López, no por Sergio Fajardo, que tiene no poca responsabilidad en el retorno del uribismo al poder.

Hay muchas mujeres y hombres que contemplan la política como deber sagrado, como servicio sin mácula, como una labor asumida para responder de modo ejemplar a la confianza de quienes no venden su conciencia. Los nombres mencionados, son unos de muchos, que son muy pocos frente al oprobio imperante.

Información adicional

Autor/a: Héctor Arenas A.
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente:

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