¿El hidrógeno en la transición energética?

El portal openDemocracy publicó el 19/07/2022 un interesante artículo titulado “Los retos ambientales de Gustavo Petro son enormes”1, en el cual se plantean cinco retos claves para el gobierno que inició funciones el 7 de agosto, y quien cuenta con Susana Muhamad como Ministra de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible. Uno de tales retos es transformar a Ecopetrol en una empresa Eco-energética. Como lo enuncia el artículo, “La herencia que reciben de gobiernos anteriores es muy pesada… [y] tendrán que enfrentarse a problemas muy graves, que vienen de muchos años atrás, y a la fuerte resistencia al cambio de poderosos sectores extractivos”. Para darnos cuenta del tamaño de los problemas ambientales a que se enfrentará el gobierno del Pacto Histórico, tomaremos de ejemplo solo un aspecto concerniente al asunto Ecopetrol2.

Cuando la novedad se debe a la inmovilidad gubernamental

Hace por lo menos seis años que Gustavo Petro viene hablando cada vez con mayor énfasis, de la necesidad para el país de iniciar una transición energética. Localmente investigadores, activistas y organizaciones ambientalistas como Censat Agua Viva insisten en el tema, con ningún eco en los gobiernos. Solo fue hasta la campaña presidencial del 2022 que medio país escuchó a Petro y se enteró de tal concepto, el cual se planteó en el norte global desde 1970, y puesto en acción en varios de esos países, con diferentes enfoques y variada intensidad.

La transición energética es la diversificación en el uso de fuentes de energía, junto con la disminución progresiva del uso de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas)3. Pues bien, el artículo de openDemocracy, citando a Susana Muhamad, menciona al hidrógeno verde para “al menos iniciar, una transición energética desde el petróleo y otros hidrocarburos a energías limpias y alternativas”. Podría pensarse entonces que el asunto es de índole netamente técnica y que solamente hay que dejar que los técnicos expertos hagan su trabajo, pero no es así porque la realidad es áspera y compleja, por lo que solo con una discusión amplia y diversa, que encuentre la mejor opción mediante el consenso, se dará salida a este aspecto. Tal es el escenario que desea establecer el nuevo gobierno.

¿Por qué hidrógeno?

Primero que todo, es imperativo iniciar ya el descenso en el uso de combustibles fósiles, hasta llegar en muy pocos años a consumo cero. Y esto no se debe a un asunto de política o de ideología, sino en parte a que estos combustibles están consumiéndose a un ritmo frenético, y ya queda muy poca cantidad4. En segundo lugar, para el momento que cese o disminuya notablemente el consumo de combustibles fósiles (alrededor del año 2030) se debe tener en marcha el suministro de energía a partir de fuentes renovables, sin generar contaminación en el proceso ni en el consumo, y con el menor impacto socioambiental. Y tercero, se debe entender que no se trata de hacer un reemplazo tal cual de los combustibles fósiles, sino que lo posible es suministrar solo una parte de la cantidad de energía que ellos proveían, entendiendo que la transición energética es uno de los varios componentes de la gran transición socioecológica que es ineludible hacer, la cual tiene entre otras características de base, la disminución y cambio en el consumo de materiales y de energía, en todos los órdenes humanos: individual, familiar, urbano, industrial, etcétera.

Una alternativa para el suministro de energía es el hidrógeno, el cual tiene figuración en Alemania, Korea, Japón, China, USA y Europa5 y es la vedette del momento (“2019 es un año crítico para el hidrógeno. Está disfrutando de un impulso sin precedentes en todo el mundo. Y finalmente podría establecerse en el camino para cumplir con su potencial de larga data como una solución de energía limpia”6). Este es una opción que desde la visión integral ambiente/economía/sociedad tiene más interrogantes y dudas que certezas. Las cosas no son tan sencillas como parecen.

Hablemos del hidrógeno

El hidrógeno en nuestro planeta no se encuentra libre sino combinado con otros elementos, formando desde compuestos muy simples como el agua y el gas metano, hasta compuestos bastante complejos como el petróleo, entre otros. Esto hace que, para usar el hidrógeno con algún fin7, primero debe ser separado de esos otros elementos mediante un proceso industrial complejo. Es así como el hidrógeno se puede obtener ‘puro’ a partir de “carbón, petróleo, biomasa o gas de rellenos sanitarios”8, pero el proceso es contaminante y de alto impacto socioambiental. Por supuesto, también se puede obtener por electrólisis del agua, que es el rompimiento de la molécula mediante energía eléctrica. A este hidrógeno la publicidad le ha agregado el término ‘verde’, de acuerdo con la retórica capitalista que busca dotar de un atractivo a las mercancías. Tanto la electrólisis como las etapas posteriores de manejo y consumo del hidrógeno tienen cierto grado de contaminación y de impacto socioambiental, dependiendo de la fuente de energía eléctrica que se use y de los materiales consumidos para el manejo y consumo. Aun así, las instituciones y entidades internacionales promueven la idea que el hidrógeno cabe perfectamente dentro de las premisas de la transición energética.

El hidrógeno, “un portador de energía química y no una fuente de energía”9, se usa para la obtención de energía eléctrica a partir de la energía química que contiene, y aunque esto se sabe desde hace por lo menos dos siglos, las dificultades que conlleva su producción, manejo y consumo, han hecho que solo ante la actual urgencia de suministro de energía que tiene la civilización industrial se haya retomado el tema. Su mejor aplicación como portador energético es en un tipo de ‘batería’ o acumulador, las celdas de hidrógeno combustible (fuel cells) para vehículos de motor eléctrico10. Pero también puede aplicarse como un material que se ‘quema’ con oxígeno, para usarse en calefacción industrial a elevadas temperaturas, como combustible para aviones o para calefacción de edificios en regiones con estaciones.

El aspecto crucial es que la inexorable Ley de la entropía, una Ley de la naturaleza, indica que cualquier proceso para obtener hidrógeno puro y su posterior utilización, consume mayor cantidad de energía que la que se obtendrá. Aún obviando este desbalance energético y los costos que ello implica, la voz corporativa dice que, para ser considerado como opción en la transición energética, debe producirse mediante electricidad obtenida a partir de fuentes de energía alternativas, como la eólica o los páneles foto-voltaicos; de todas formas, esto también conlleva un impacto socioambiental y una contaminación.

Considerando el tema de la transición energética y las energías limpias, la IEA11 elaboró en el año 2019 un mapa de posibilidades para el hidrógeno, producido por electrólisis y usando electricidad mixta (energía eólica combinada con páneles solares), el cual muestra a Chile, Bolivia, la Patagonia y la península de Baja California como las mejores opciones en América, y con muy baja opción a Colombia (solamente en la Guajira)12. En el año 2021, elaboró un mapa más preciso con proyección al año 2050, indicando que las mejores opciones son el sur del Perú, el norte-centro de Chile y el suroccidente de Bolivia. Nuevamente, en Colombia la única zona factible es la Guajira13. Esto en parte concuerda con información circulada por la Deutsche-Welle, que indicaba la existencia de proyectos en curso en el año 2021: uno en México, Bolivia y Paraguay, y dos en Chile14. El hecho que la evaluación de posibilidades también considere la facilidad de exportación del hidrógeno, hace pensar en un cierto direccionamiento del norte global y una disposición de los gobiernos de América Latina a mantenernos como países exportadores de materias primas y materiales: el hidrógeno que se produciría en Chile se exportaría vía marítima, en buques cisterna, a Korea y Japón. ¿Las inversiones extranjeras que se están haciendo en América Latina son el inicio de los enclaves del hidrógeno?
Lo que promociona
al hidrógeno, y sus
cuestionamientos

De acuerdo con la IEA, el hidrógeno tiene los siguientes puntos a favor:

• Es versátil, desde el punto de vista que existen múltiples materiales fuente, procesos de producción, almacenamiento y transporte, y formas de empleo.
• Puede ser un cofactor para el crecimiento de energías renovables.

Pero son varios los aspectos desfavorables. Desde el punto de vista como subsector industrial, a la IEA le preocupan los siguientes puntos:

Su producción es muy costosa15.

• Es muy lento el desarrollo de infraestructura para su manejo, y apenas se está extendiendo.
• La relativa facilidad de producirlo a partir de gas natural y carbón, con enormes contaminación e impacto socioambiental, frente a la electrólisis que tiene menores impactos y contaminación, genera fuerte resistencia en el sector industrial para optar por el cambio.
• No existe una regulación internacional favorable al comercio de hidrógeno entre países.

Ahora bien, desde otras miradas los cuestionamientos son fuertes:

• Los procesos para separar el hidrógeno lo vinculan a fuentes de energía sucia16.
• La producción por electrólisis requiere la extracción y consumo de otras materias primas para la fabricación, por ejemplo, de catalizadores y membranas, lo cual, además de costoso, ocasiona contaminación e impacto socioambiental adicionales.
• Los problemas de logística para el almacenamiento y transporte como gas, hacen necesario comprimirlo, licuarlo, o convertirlo en un hidruro metálico17 (como el hidruro de Titanio o el de Paladio), lo que implica un aumento del proceso, con todos sus factores de consumo de energía y materiales, contaminación e impacto socioambiental.

Creemos que un buen resumen es lo dicho por Energy Justice Network18: “La realidad es que la economía del hidrógeno es costosa, ineficiente, no eliminará nuestra dependencia de energías sucias ni resuelve el problema de los gases de efecto invernadero”.

Estamos lejos de ser el país de las maravillas

A nivel internacional se reconoce que Colombia emitió el primer documento oficial respecto a la implementación del hidrógeno en septiembre de 2021. El 10 de julio de 2021 el Congreso de la República expidió la Ley 2099 “Por medio de la cual se dictan disposiciones para la transición energética, la dinamización del mercado energético, la reactivación económica del país y se dictan otras disposiciones”19, una ley de corte neoliberal y comercial, como era de esperarse del legislativo de turno, y en la cual no se menciona ni trata explícitamente uno de los dos elementos fundamentales de la transición energética: la disminución progresiva del uso de combustibles fósiles. En lo que respecta al hidrógeno, la mencionada ley se somete completamente a lo que se dice en el ámbito mundial, inclusive haciendo uso de las denominaciones comerciales “verde” y “azul”, las cuales no son utilizadas por entidades especializadas como la IEA.

Todo lo anterior está muy de acuerdo con la moda del desarrollo sostenible, la falacia mayor, que continúa enfocando la crisis ambiental únicamente en términos del carbono y del gas carbónico (CO2), sin dar un enfoque integral al conjunto de problemas entrelazados, y atendiendo solamente a cómo continuar con el crecimiento económico. Esto deja el interrogante si el hidrógeno desempeñará un papel importante en la transición energética o si solo es una falsa solución impulsada por grandes empresas que tienen su negocio y sus ganancias basadas en el mercado de tecnología y equipos, y cuyo fundamento radica en la industrialización de la sociedad. Despierta mucha inquietud que a nivel mundial la industria automotriz y la industria energética constituyeron un consorcio llamado “International Hydrogen Infrastructure Group”20. Grandes empresas están apoderadas de la investigación y desarrollo de procesos, confiando en que mañana su monopolio del hidrógeno les permitirá ampliar su capital, pues la humanidad pagará el costo que sea, impelida por la sed de energía.

Será dura la prueba en el aspecto medioambiental para el gobierno del Pacto Histórico, que nada más en este tema del hidrógeno debe determinar si es viable su implementación desde los aspectos económico/social/ambiental, frenar los ímpetus comerciales de las empresas proveedoras de equipos-tecnología y de sus padrinos locales, y en caso de ser optada, acondicionar la Ley para hacer de la energía un bien común en manos de la nación y el pueblo, y no en las de los especuladores que han arruinado al país.

27 julio 2022

1 https://www.opendemocracy.net/es/los-retos-ambientales-de-gustavo-petro-son-enormes/
2 Empresa Colombiana de Petróleo y sus derivados.
3 Bertinat P.; Chemes J.; Forero L., Transición energética. Aportes para la reflexión colectiva. Transnational Institute y Taller Ecologista. 2020.
4 En ponencia presentada en la mesa redonda sobre seguridad alimentaria, energía y seguridad ambiental de los países BRICS y el SCO (Organización de Cooperación de Shangai), en la Universidad Estatal de San Petersburgo, Luis Britto García expuso que los estimativos de siete compañías internacionales de las más expertas en el tema, dan como máximo el año 2035 para que la extracción de petróleo entre en franco declive. (https://www.desdeabajo.info/economia/item/45677-el-mundo-sin-petroleo.html ).
5 IEA. Global Hydrogen Review. October 2021.
6 IEA. The future of Hydrogen. Report for the G20, Japan. 2019.
7 El hidrógeno ha sido principalmente usado para sustentar globos y dirigibles, como combustible de naves espaciales, en la fabricación de fertilizantes amoniacales como la úrea, en la industria siderúrgica y para el refinado del petróleo. Se obtiene casi totalmente de combustibles fósiles, ibíd..
8 climatefalsesolutions.org. Engañados en el invernadero. Contra las soluciones falsas al cambio climático. Tercera edición. 2021.
9 IEA. The future of…, op. cit.
10 William Grove, un jurista británico aficionado a la física descubrió en 1839 los principios de la celda de combustible. (En: Thomas, Sharon Y Zalbowitz, Marcia. Fuel cells, green power. Los Alamos National Laboratory. SF.
11 Por sus siglas en inglés, Agencia Internacional de Energía. Tiene 30 países miembros y 8 países asociados. Colombia no está registrada.
12 IEA. The future of…, op. cit.
13 IEA. Hydrogen in Latin America. Agosto de 2021.
14 DW ESPAÑOL. Hidrógeno verde: ¿punto de inflexión para América Latina? (https://www.youtube.com/watch?v=kQUCAu8XqNk )
15 Para hacernos una idea del monto de las inversiones, mencionemos que en el año 2003 el presidente Bush hizo la propuesta de invertir $1,2 billones de dólares para que en USA circularan vehículos “pollution-free”, impulsados con hidrógeno y oxígeno (https://www.energyjustice.net/hydrogen).
16 climatefalsesolutions.org., Engañados…, op. cit.
17 Ibídem.
18 Energy Justice Network: https://www.energyjustice.net/hydrogen
19 Esta Ley hace modificaciones a la Ley 1715 del 13 de mayo de 2014. En esta primera Ley no se menciona el concepto de transición energética, aunque sí trata las energías alternativas. Queda claro que los gobiernos no han querido tocar lo referente a la disminución progresiva del consumo de combustibles fósiles.
20 https://www.energyjustice.net/hydrogen, op. cit.

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Información adicional

Autor/a: Fernando A. Cuervo C.
País: Colombia
Región: Suramérica
Fuente: Periódico desdeabajo Nº294, agosto 20 - septiembre 20 de 2022

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