Este jueves 29 de marzo se elige al nuevo rector de la Universidad Nacional de Colombia, para regirr su destino durante los próximos tres años. El proceso se realiza en dos etapas: la consulta formal –cuestionada desde años atrás por la comunidad académica en tanto no tiene poder alguno– realizada el pasado 22 de marzo, y la designación por parte del Consejo Superior Universitario –con mayoría gubernamental– que sesiona el 29. Leopoldo Múnera, el candidato que obtuvo la mayoría de los votos en la consulta, 16.8%, comenta el resultado y reitera su programa para la Rectoría.
desde abajo –da–: Profesor Múnera: ¿Cómo recibe este resultado?
Leopoldo Múnera –LM.–: Bien, en la medida en que el programa que presenté tiene apoyo mayoritario entre profesores, estudiantes y egresados que consideran necesario cambiar el rumbo de la Universidad Nacional.
En cuanto a las cifras, he escuchado análisis que suman la totalidad de la comunidad universitaria y concluyen que sólo participó el 11%, y que mi propuesta sólo obtuvo un respaldo del 4%. No todos los sectores de la comunidad universitaria tienen el mismo peso dentro de la consulta. La docente vale el 60 por ciento, la estudiantil al 30 y la de comunidad egresada, el 10 por ciento. Al sumar como en un todo, y darle el mismo peso al voto de los egresados de la Universidad –que en muchos casos no mantienen ningún contacto con ella–, se distorsiona el resultado.
d.a. ¿Cómo incidirá este resultado en la decisión final del Consejo Superior Universitario, CSU?
L.M.: El CSU tiene la discrecionalidad de la elección, y dentro de esta instancia no hay un sistema de porcentajes para la decisión. El resultado es totalmente incierto. Aunque en términos numéricos, la comunidad universitaria (donde obtuvo un resultado mayoritario en la consulta) tiene dos representantes y el gobierno tres, el poder de incidencia gubernamental es más alto.
d.a. ¿Qué opinión le merecen los comentarios de algunos sectores académicos y políticos en el sentido que la universidad como centro de cultura, pensamiento e investigación no puede someterse a las reglas de juego tradicionales de la democracia?
L.M. La Universidad es una institución académica con principio meritocrático para el nombramiento de sus directivas. Esto no implica que no pueda haber también un principio democrático en esta elección, ya que se trata de un ámbito plural y heterogéneo de pensamiento. Este tipo de posiciones desconocen cualquier carácter democrático y acaban negando la Autonomía Universitaria.
En este sentido, he sido partidario en cambiar el procedimiento actual para la elección del rector. Acogeré y respetaré la decisión del Consejo Superior Universitario, CSU, aunque no comparto las actuales reglas de juego.
d.a. Durante su campaña realizó una gira por las distintas sedes de la universidad nacional. ¿Qué encontró allí?
L.M. Encontré que el desarrollo de la Universidad es diferente según el caso. En Manizales tiene un fuerte desarrollo de la infraestructura por los beneficios que recibe de la Estampilla. En Palmira, ha crecido mucho pero está estrangulada en materia de cobertura. Medellín es una sede muy dinámica, pero la planta docente no alcanza y tampoco hay dinero para infraestructura. En general, vi que falta mayor participación de la comunidad académica, en su conjunto, en el debate sobre la educación pública. No se siente el liderazgo que le corresponde tener en esta discusión.
d.a. ¿Cuál es la principal diferencia de su propuesta frente al de los otros cuatro candidatos?
L.M. Hay varias: En primer lugar la diferencia en términos de la Autonomía Universitaria: desde mi punto de vista las decisiones deben reposar en la comunidad académica. En segundo lugar, mi propuesta es amplia en alternativas de financiación de la Universidad Nacional por parte del Estado. También en cuanto a las líneas de investigación y extensión universitaria: en mi propuesta de fortalecer el hospital universitario, en convertir en realidad el fantasma del Bienestar universitario, en cuanto a vivienda, nutrición y subsidios, contar con un 30 por ciento de estudiantes ingresados a posgrados. Pero también hay diferencias en cómo se concibe el liderazgo de la Universidad Nacional frente al debate sobre la Ley 30 y el modelo educativo, en particular, propongo un modelo de relación Universidad –-Estado –Sociedad, y no, Universidad – Estado –Empresa.
d.a. ¿En caso de no ser elegido como nuevo rector de la UN cómo va a seguir participando en este debate?
Mi posición es la de siempre y no cambiará según los resultados. El país tiene la obligación de ofrecer a su gente educación de calidad como la que ofrece la Universidad Nacional. Es necesario articular el sistema público de educación en torno a diferentes alternativas de financiación. Bien sea como profesor, o en un cargo de tanta importancia como la Rectoría, seguiré aportando a este debate.
d.a ¿Cuál cree Ud. que ha sido el papel de la MANE en esta discusión y en esta coyuntura de la elección del nuevo rector de la UN?
L.M. Este movimiento ha logrado cualificar el debate sobre la universidad y le ha permitido a la sociedad entenderlo.
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