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La altisonante debacle del partido amarillo

La altisonante debacle del partido amarillo

Otra vez el Polo Democrático Alternativo (PDA) bajo las luces. En esta oportunidad por cuenta del concejal de Bogotá Venus Albeiro Silva quien desatendió el llamado de su colectividad para abstenerse de radicar el proyecto modificado del Plan de Desarrollo (PD) de la ciudad el pasado 27 de mayo. Decisión que encolerizó a la bancada del PDA en el Congreso y en la Concejo capitalino pues cabildantes y congresistas esperaban que el dramaturgo diera un pequeño empujón por el barranco a los planes de Peñalosa, al menos por el tiempo necesario para ir consolidando sus estrategias de movilización y saboteo a las políticas del burgomaestre.

El Polo en pleno confiaba que Venus Albeiro tomara unas ligeras vacaciones el pasado viernes, opción nada exigente para este dramaturgo de donaire juvenil y sonrisa a flor de boca que en sus últimas campañas vendió la imagen del artista chévere que quiere fundamentar otro tipo de política junto a la ciudadanía. Sin embargo el concejal pareció tomar en serio su responsabilidad y radicó el proyecto en los términos que mejor convenían a la administración distrital y con esto se la puso fácil al “doctor” Peñalosa quien ahora no tendrá que hacer mayor esfuerzo para que su proyecto sea aprobado en el Cabildo, pues las dos amenazas (fechas) que tenía el PD fueron providencialmente derrotadas por el cabildante del Polo. Gran paradoja si consideramos el carácter del partido al que pertenece (¿O al que pertenecía?), tanto como su férrea postura de oposición frente al gobierno distrital y su actitud frente a recientes desacatos al partido.

La firma de Venus aparece entre los miembros del Polo que el día 25 de abril tramitaron la renuncia de Clara López Obregón cuando aceptó el puesto en el Ministerio de Trabajo obsequiado por el doctor Santos, el mismo puesto por el que había manifestado estar tan interesada. Vaya sorpresa la actitud de Venus Albeiro quien apenas dos meses después se ve envuelto en un lío de similar magnitud, sobre el que muchos ya se atreven a decir que sirvió para pedir recursos para la localidad de Bosa, lugar en que se asientan amplias bases clientelares leales al cabildante. Olímpica la respuesta del concejal quien al ser cuestionado dijo: “No queremos ser el Nicolás Maduro de Bogotá, queremos que haya un debate democrático”.

Debate democrático que la administración capitalina nunca estará dispuesta a propiciar, pues no es de su interés debatir sobre política económicas y sociales, ni sobre la proyección misma de la ciudad en los próximos cuatro años, entonces ¿de cuál debate habla el Concejal?

Endeble situación política la del Polo que avanza de traspié en traspié. Los años aún no han logrado llevarse consigo el recuerdo de la crasa metida de pata del partido en el reconocido caso de Samuel Moreno Rojas y compañía, a los que ahora vienen a sumarse, en poco más de un mes, el giro hacia el gobierno de Clara López Obregón y el desacato de Venus Albeiro Silva en beneficio de poderes de Cambio Radical y del Centro Democrático en Bogotá. Sucesión de agravios contra el electorado que a muchos debe tener pensando si se trata de una simple sucesión de eventos desafortunados o si, por el contrario, se trata de una situación propia del PDA que desde orillas ideológicas opuesta también viene a escenificar algunos de los peores males de nuestra cultura política nacional como la corrupción, la actuación por interés, el expendio de acciones, omisiones y consciencias al mejor postor.

Nuevas excusas, nuevas brabuconadas y otra altisonante expulsión la que se prevé para Venus Albeiro por parte de la dirección del Polo, la misma que en esta oportunidad pretenderá salir una vez más indemne y fortalecida ante esta nueva traición de uno de sus miembros. Actitud poco autocritica que contribuye a que se vea más distante el protagonismo político relevante de otras épocas, casi década ya. Mientras tanto, ante sus cumules, escritorios y mesas redondas bastante poco apaciguados deben estar los ánimos de miembros ilustres del Polo como Jorge Enrique Robledo, quien amarillo, amarillísimo de la rabia debe estar por la afrenta del político dramaturgo.

Tragicomedia la del PDA que poco a poco pierde algunos de sus más insignes miembros, algo que pasa en otros partidos y movimientos políticos, muchos dirán, pero no sucede indemne en una de las principales colectividades de oposición en el país sobre la que, a pesar de los airados panegíricos de Robledo respecto a su influencia y representatividad, muchos dudamos respecto a la fortaleza de negociación que pudiera tener en múltiples escenarios del postconflicto, justo cuando la historia vino a exigir que fuese más contundente.

Información adicional

Autor/a: Allan Enrique Bolivar Lobato
País: Colombia
Región: Sudamérica
Fuente: Desde Abajo

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