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“La ciudadanía es la aliada fundamental de mi gobierno”.

“La ciudadanía es la aliada fundamental de mi gobierno”.

Sin nombrar la alcaldesa saliente, y saludando en primera instancia a la comunidad popular asistente a su posesión, antes que a los “invitados especiales” tomó posesión de su cargo Gustavo Petro Urrego, nuevo alcalde de Bogotá.

Humanizar la vida colectiva concentrando la política pública y la administración distrital en el cuidado integral de los habitantes de la ciudad, será un propósito real, aseveró.

En una mañana alumbrada por un intenso sol, tomó posesión de su cargo como alcalde de la ciudad de Bogotá, Gustavo Pero Urrego. Varios fueron los anuncios que, de hacerse realidad, romperán la tibia política social que por 8 años lideró la otra cara de la izquierda con que cuenta Colombia, el Polo Democrático Alternativo.
 

Participación social

Aunque en su intervención, fue el último de sus anuncios, en términos de proyección y de lucha social -que habrá de encarar si de verdad está decidido a garantizar un nuevo rumbo para la capital de Colombia-, el nuevo dignatario capitalino, subrayó que, “El principal aliado de esta alcaldía es la ciudadanía”. Una ciudadanía movilizada y consciente.

Para promoverla, se destinarán 4 billones de pesos para que la ciudadanía, a través de la política de presupuesto participativo, defina cómo y en qué prioridades sociales hay que  invertirlos.  Esto permitirá que en cada localidad se potencie una amplia movilización social para apropiarse del destino de los recursos que le corresponden. Hasta ahora, y según dijo el nuevo funcionario público, la ciudad destinaba para tal rubro 160 mil millones de pesos.

Se complementará esta iniciativa, motivando una intensa participación ciudadana en la elaboración del Plan de Ordenamiento Territorial, así como en el Plan de Desarrollo de la urbe, las dos columnas vertebrales sobre las cuales se asienta la ciudad, y con los cuales,  o se reafirman los ejes que han propiciado que la urbe se encuentre en el estado que hoy le caracteriza, o se rompe la continuidad que trae, como una metropoli proyectada estratégicamente de acuerdo a los intereses del capital financiero.

Como un avance que  permite  prever que tal vez se rompa, y no se continúe con lo heredado, se puede entender, entonces, la decisión de que a través de cabildos abiertos se operativizará la participación ciudadana, para definir lo relacionado con  movilidad, seguridad, salud, educación, jardines y otros muchos aspectos del diario vivir de quienes aquí habitan y hacen la ciudad. El propósito del nuevo alcalde es que estos espacios reúnan por lo menos 1 millón de personas en sus sesiones.

Movilización y conciencia ciudadana, fundamentales para hacer realidad la “Bogotá Human Ya!”, eje  central de la campaña electoral que llevó a Gustavo Petro al palacio Liévano, pero que hoy, según su decir, es más que un slogan, al resumir la esencia de lo que será su administración: llevar al ser humano al centro de la política pública.

Prioridad que se hará realidad, según su decir, a través de la gobernanza del agua. Con la cual la ciudad romperá con el modelo político que la llevó a vivir de espaldas al agua, asumiéndola de manera integral al entenderla como sinónimo de vida.

Hará parte de esta gobernanza: garantizar su consumo mínimo vital de 6 mt3 para estrato dos –ahora está aprobado hasta el uno-; ordenar el territorio de acuerdo al agua, con lo cual se deberá darle espacio al vital líquido. Aunque no  fue enfático en esto, se entiende que aquellos barrios construidos por debajo de la cota permitida, deberán ser reubicados. Pero al mismo tiempo, se deberán recuperar humedales, y se abrirán las quebradas y caños que pasan por distintos barrios, ahora sepultados bajo capas de cemento.

Para reubicar cientos de familias ahora habitantes de zonas que no debieron ser habitadas, se redensificará la ciudad, construyendo durante los próximos 4 años 72.00 nuevas viviendas, a un ritmo de 16.000 por año, las cuales, según Petro, serán “viviendas de interés prioritario”, que “no es lo mismo que de interés social”.

Como componente sustancial de la gobernanza del agua, se anunció la puesta en marcha de un proyecto regional que reivindica tres páramos sustanciales para la capital: el de Chingaza, el de Guerrero y el de Sumapaz, este ambicioso proyecto se financiará con los recursos que llegarán por la nueva ley de regalías.  En este ámbito resulta inquietante el silencio sobre el Páramo del Verjón, un espacio decisivo para la calidad de vida de la urbe y la educación  ciudadana.

Se potencia, de igual manera, estímulos para no seguir contaminando el río Bogotá, y se obligará a las nuevas edificaciones que se levanten en suelo bogotano a contar con planta para utilizar las aguas lluvia.
 

Una política del aire

Se llamó a la ciudadanía a comprometerse con la arborización de la ciudad, la cual no es posible acometer, de manera cabal, con los recursos económicos y humanos con que cuenta el Jardín Botánico. Pero al mismo tiempo, el nuevo alcalde avanzó que todo vehículo de transporte público que vaya a ser reemplazado deberá serlo poniendo en marcha autos híbridos, es decir, que integren el gas y la energía eléctrica. 

Avanzó el nuevo burgomaestre que, además de la primera línea del metro, se contará con tranvía –“el cual ya existió en otra época en Bogotá”-, pero además se tomará en cuenta el uso de telecables, se estimulará la posibilidad de caminar  –“para lo cual se deberá acercar el trabajo a los lugares de vivienda”- , y el uso de la bicicleta.

Se desestimulará el uso del carro y la moto –“la moto y el carro no nos sirven”-, garantizando un servicio público de transporte masivo, implementando al mismo tiempo una política educativa que lleve al uso racional de los vehículos. Reducir la tarifa del transmilenio –vía subsidio- e implementar un impuesto para quien circule por zonas congestionadas. Se le dará  prioridad en el semáforo al bus y al peatón, y se definirán otras vías exclusivas para buses. 
 

Seguridad

La política de seguridad deberá, antes que priorizar al Estado, concentrarse en el ser humano. “Una política de seguridad que se hace matando –dijo, aludiendo sin duda al gobierno de Álvaro Uribe- no es política de seguridad”.

Aunque no explicó cómo se hará para evitar que quienes delinquen las porten, sí anunció que el mensaje al mundo es uno: “Bogotá es espacio libre de armas”. Y tal vez como un mecanismo para avanzar en una línea para prevenir el crimen, anunció la apertura de una nueva Secretaría: la de seguridad.
 

Revolución educativa

La revolución educativa será el eje transversal que debe permitir el tránsito hacia una ciudad humana.
Una revolución educativa permanente y ejercida en cada ámbito de la administración distrital para suscitar transformaciones en las formas de valorar, pensar y actuar.

En el campo educativo, las medidas inmediatas  referidas por el nuevo alcalde, fueron las siguientes:
 

  • Atención integral a la niñez (nutrición, salud, educación ligada a lo lúdico para que el aprendizaje apasione desde la más tierna edad , amor) garantizando que los 360.000 niñas y niños que hoy no gozan de atención integral, tengan derecho a la misma (“si esto no se garantizará, no habrá sociedad en paz, ni del conocimiento”).
  • Construir 1.000 jardines infantiles, que la ciudadanía deberá escoger dónde deberán funcionar.
  • Edificar 100 colegios donde se implemente jornada integral, de 8 horas. De estos, se abrirán en primera instancia 10 centros educativos como instituciones  piloto del programa. Para hacer realidad tan ambiciosa meta, el nuevo alcalde llamó al capital privado para que construya muchos de estos centros de estudio, por los cuales la ciudad les pagará arriendo o se los comprará. Pero la invitación al capital privado –a quien aseguró respeto por su inversión- no se quedó ahí, además lo invitó a que invirtiera en salud, comunicaciones, revitalización urbana, transporte eléctrico  y en rieles, “obras por las cuales se pagará arriendo o se les comprará”.
  • La educación superior es un derecho, y la ciudad lo garantizará. Se implementará, para ello, el grado 12 vocacional, el cual será el segundo en la implementación de tal educación superior (se entiende que el primero es el grado 11).
  • Reestructuración en  profundidad de la Universidad Distrital, aumentando la oferta de carreras y multiplicando el número de alumnos que allí estudian. “Se construirán 6 sedes de la universidad en el occidente de la ciudad”. Y llamó el alcalde a que la ciudadanía defina –en consulta popular se podría suponer- sobre: usar el territorio donde se tiene proyectada la avenida ALO (avenida longitudinal de occidente) para tender más cemento para los carros o para construir allí la “Gran ciudadela universitaria de occidente”. Y dijo: “¿qué es primero: el cemento o el cerebro humano?
  • TIC’s. Partiendo del diagnóstico de una brecha digital que está surgiendo en todas las sociedades del globo, Petro anunció banda ancha para todos los colegios públicos. Y pidió al gobierno nacional apoyo para que la ETB pueda implementar el teléfono móvil 4G. (se recordará que por ley nacional se impide que las empresas públicas participen de manera directa en el lucrativo negocio del celular, el cual quedó monopolizado por las empresas privadas). Pero al mismo tiempo le pidió al gobierno que no permita que la ETB termine en manos privadas. El compromiso de Bogotá: extender sus servicios de telefonía a todo el territorio nacional, llevando la banda ancha y el G4 allí donde no se atreve a llegar –porque no es negocio- la empresa privada.
  • Pensar e innovar. Bogotá no tiene política de innovación tecnológica, y debe encararla. Para ello es sustancial la creación de las Empresas Públicas de Bogotá, uniendo las empresas de telecomunicaciones, acueducto y energía.
      

Y se colocó como meta que estas empresas deberían encarar investigación y tecnología en áreas tan sensibles como: biodiversidad, agua, software, audiovisuales y comunicación.
 

Política de paz
 

En lo que se pudiera entender como componentes de una política de paz, Gustavo Petro anunció que se propiciará la organización y la movilización de los 400.000 desplazados que hoy están en Bogotá, para que luchen por la implementación de la Ley de Víctimas.
 

La memoria
 

El nuevo Alcalde Mayor recordó con gratitud a sus padres , a su progenitora que le enseño la rebeldía a través de la figura de Gaitán – cuyo nombre volverá a nombrar la que hoy se conoce  como Avenida el Dorado – y evocó el Congreso Anfictiónico alentado por Bolívar para enfatizar que la revolución que se inicia tiene , en tiempos de una humanidad indignada , tiene un protagonista principal : la alianza de las nuevas ciudadanías , los jóvenes , los excluidos.

Después  de más de una hora de anuncios, el alcalde  recordó  los muertos y las víctimas  de la larga lucha por la justicia, la libertad y la soberanía, que ha vivido el país, y recordó también la inmensa solidaridad brindada por los sectores populares a los luchadores revolucionarios, solidaridad extendida a riesgo de su seguridad y vida, y por la cual hoy el nuevo alcalde de Bogotá está vivo. Hoy, de nuevo, esta población está llamada para que con su arrojo y decisión garanticen que la democracia sea más que una palabra repetida a cada momento y operativizada formalmente a través del voto en los periodos electorales, un acto sustancial de cada día, hecho realidad a través de la garantía efectiva de todos los derechos que garantiza la vida moderna, redireccionando con su energía el destino de la ciudad.
 

Recuadro

En el blanco

Varios fueron los dardos que el nuevo alcalde lanzó durante su extenso discurso: “sacaron a los habitantes de los barrios populares del centro de Bogotá pagándoles –el mismo Estado- precios irrisorios por sus propiedades, para luego venderlas en  grandes sumas a poderosos grupos económicos”; “Estratos, ojalá podamos terminar con esa alusión a castas”; “se acaba de elevar el transporte público en 50 pesos, medida que no se consultó con nosotros”; se debe garantizar la política de restitución de tierra, la cual está flaqueando: “800 emberas, de los 2.000 que están desplazados en Bogotá decidieron regresar a sus tierras pero el gobierno central no lo permitió pues las tierras que ellos reclaman están aprobadas para un gran proyecto minero. Así no es. Si la Ley de Tierras no se realiza , la paz no llegará”.

Los mayores lunares de su discurso: -no aludir a la anunciada reapertura del hospital San Juan de Dios, o de “todos”, como le dicen sus trabajadores despedidos al momento de su cierre, silencio que causó gran inconformidad entre varias de las profesionales que laboraban en el mismo, presentes en el acto de instalación. Llevar a cabo el acto de posesión en medio de una parafernalia tradicional, en la cual la ciudadanía no invitada con tarjeta quedaba por fuera o excluida por vallas, las cuales ordenó el alcalde –luego de intensa agitación de los excluidos- que fueran retiradas. -Y como nota sobresaliente: no anunciar su nuevo equipo de gobierno, con excepción de Antonio Navarro, secretario de Gobierno.

Recordando a  la sociedad hoy alzada en distintas coordenadas del mundo, Gustavo Petro anunció que Bogotá “convoca a todos los cambios democráticos que una ciudanía indignada hoy reclama”. 

Información adicional

Gustavo Petro, nuevo alcalde de Bogotá
Autor/a: desdeabajo
País: Colombia
Región: Sur América
Fuente: desdeabajo

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