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Paro minero. Pendientes del brillo

Paro minero. Pendientes del brillo

El fin de semana que acaba de transcurrir –20/21 de julio– fue de tránsito y expectativas para los impulsores del paro minero, y de retoma de posiciones para el Gobierno y su Policía.

 

Los trabajadores

 

De parte de los miles de trabajadores mineros que respondieron al llamado al paro, se depositó gran expectativa en la reunión que se llevó a cabo en Medellín, en la sede la gobernación, entre sus representantes, con la vocería de la Confederación Nacional de Mineros de Colombia, Conalminercol, y los funcionarios delegados por los ministerios de Minas, Trabajo, y la Agencia de Minería.

 

La demanda fundamental de los primeros, en esta reunión, es que se derogue el decreto que autoriza la destrucción de maquinaria y la detención de quien adelante la explotación minera de manera ilegal. A pesar de las horas de discusión no se llegó a ningún acuerdo, pues el Gobierno demanda el levantamiento del bloqueo de la vías como condición sustancial para avanzar en cualquier aspecto de las exigencias de los mineros, a lo cual la contraparte se niega pues, alegan, no haber ordenado ni tener poder sobre los manifestantes que bloquean las vías.

 

Así, en tablas, se inicia una nueva semana (22-28 de julio) la cual será de intensa agitación en Colombia.

 

Pero mientras ésta llegaba, en los 12 bloqueos de vías que tenían los mineros, la Policía desplegó parte de las 5.000 unidades movilizadas por todo el país por el Escuadrón Móvil Antidisrubios (Esmad) para reprimir a quienes demandan derecho al trabajo.

 

De esta manera, se rompió la toma del aeropuerto de Quibdó, pero no solo esto, también se atacó a los manifestantes en el centro de la ciudad capital del Chocó, en donde cayó gravemente herido un vecino que no participaba de la protesta, cuyo cuerpo fue transportado a las salas de urgencia del hospital local por algunos de los mineros que lo vieron caer al piso, con sangre sobre su humanidad.

 

En Antioquia, en distintos puntos de su territorio se presentaron enfrentamientos, los más graves de éstos en Caucasia y en la vía que vincula a este poblado con Cáceres y Tarazá. En esta zona del departamento y del país, es donde más trabajadores mineros se han concentrado, calculándolos entre 25.000 y 30.000. Los enfrentamientos entre los manifestantes y el Esmad obligó al cierre del comercio local. Por la radicalidad de las partes y el anuncio de la llegada de más trabajadores en paro, provenientes del nordeste de Antioquia, se teme que durante esta semana el conflicto y los enfrentamientos se agudicen.

 

Por su parte, en Porcecito, el punto que da entrada a municipios como Cisneros, Amalfi, Anorí, Puerto Berrío, y otros municipios del nordeste antioqueño, el bloqueo vial fue roto y la Policía informó de total normalidad. Igual se informó sobre el bloqueo instalado en Amagá, y en Buriticá.

 

En Marmato –Caldas–, por su parte, el desbloqueo de la vía se logró por un acuerdo entre los mineros y el gobierno local, quienes convinieron el cierre de la vía principal durante dos horas y dos horas de desbloqueo para dar paso a los automotores.

 

En Irra (Risaralda), durante el fin de semana el tránsito fue normal, lo cual puede significar que los trabajadores en protesta decidieron retirarse para tomar energía y valorar el desarrollo de la protesta, así como los pasos a seguir en la misma.

 

El diálogo

 

En estas circunstancias, todo indica que este conflicto tiende a prolongarse. Tal vez la estrategia oficial sea buscar su desgaste vía paso del tiempo, como está haciendo en El Catatumbo, estrategia complementada con desinformación y manipulación de la opinión pública.

 

Esta estrategia queda desnudada con el actuar oficial, apoyado en los grandes medios de comunicación: una y otra vez anuncia
su disposición para resolver este conflicto, pero en la práctica bloquea cualquier solución. Gobierno que –como denuncian los mineros– ha incumplido dos acuerdos sellados en los años 2011 y 2012, lo que anula la confianza que el mismo pudiera despertar.

 

Por su parte, los trabajadores han demostrado que su salida a las principales vías del país es para lograr el respeto al derecho al trabajo y sin éste no desistirán de su movilización.

 

Así las cosas, mientras las partes se distancian nuevas protestas agrarias están en preparación, como el anunciado paro de los cafeteros. Los arroceros, paperos y otros sectores hacen consultas para ver si se suman a la protesta. Para impedir que así suceda, el Gobierno autoriza diálogos parciales al mismo tiempo que una amplia campaña de desinformación y de señalamientos que estigmatiza el derecho a la protesta, ligándola a una estrategia de violencia y “combinación de todas las formas de lucha” por parte de la insurgencia.

 

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Información adicional

Colombia, el paro minero
Autor/a: Equipo desdeabajo
País: Colombia
Región: Sur América
Fuente:

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