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Cuando se invoca a Marx para salvar el capitalismo

Cuando se invoca a Marx para salvar el capitalismo

Las economías de Estados Unidos, Reino Unido, Europa y Japón no van bien. Donde no hay contracción predomina un pernicioso estancamiento. El desempleo sube, los salarios y el consumo bajan. Y la situación iráagravándose a medida que se apliquen los planes de austeridad que hanrecortado o recortarán el gasto estatal para el acceso al seguro dedesempleo, que bajarán o limitarán los pagos a los jubilados y demásprogramas sociales, los llamados “estabilizadores automáticos” quesirven para aliviar el impacto del frenazo de la economía sobre lasclases trabajadoras. En entrevista con la televisión de la agencia Bloomberg el economista Nouriel Roubini afirmó esta semana que la economía estadounidense, según su lectura de los índices económicos,está atascada y yendo hacia una recesión. Un diagnostico similar puedeser hecho a partir de la lectura de los principales índices en elresto de las economías avanzadas.

 Buenas noticias, malos resultados

 Un despacho de John Helyar para la agencia Bloomberg, del 26 de agostopasado, asegura que medianas empresas estadounidenses que fabricanproductos muy específicos, no fácilmente reproducibles porcompetidores extranjeros y que tienen mucha demanda en las economíasemergentes con fuerte desarrollo económico están “abrazando” a China eIndia para derrotar el estancamiento en Estados Unidos, y de pasohaciendo ganancias “que exceden las de los grandes manufactureros”.

 
 ¿La receta del éxito? Cortar puestos en la producción en EstadosUnidos y transferir parte de la producción a China. La contraparte deeste éxito empresarial es que durante la Gran Recesión (2007 al 2009)se perdieron empleos en Estados Unidos, donde el sector manufacturero– según el economista Daniel J. Meckstroth de la Alianza deManufactureros en Virginia – eliminó dos millones 300 mil puestosdesde finales del 2007 y hasta diciembre del 2009, de los cuales sólose han recuperado unos 289 mil empleos. Y aunque estas medianasempresas pueden crear más empleos en Estados Unidos en los próximosmeses, el grueso del aumento de su fuerza laboral y de su producciónserá en los mercados emergentes. El artículo cita cuántos empleos hansido eliminados por las empresas en Estados Unidos para ser creados enChina o India, y cuántas inversiones de capital fijo serán hechas enesos países, que es donde se encuentra la demanda final.

 
 Donald E. Washkewicz, presidente y director general de ParkerHannifin, una de esas empresas medianas que están generando másganancias y aumentando sus ventas, explica el principio de seguir alconsumidor: “Algunas personas nos dicen ‘Ustedes están enviandonuestros trabajos al exterior’. Eso es un montón de mierda. Hay queseguir al cliente adonde éste vaya”.
 

 Invocando a Marx

 
 En un comentario titulado “Demos a Karl Marx la posibilidad de salvarla economía mundial” el economista George Magnus, consejero del bancoUBS y autor del libro “Uprising: Will Emerging Markets Shape or Shakethe World Economy”, escribe para la agencia Bloomberg (1) que lospolíticos que están luchando por entender el aluvión de pánicosfinancieros, de protestas y otros males que afectan hoy día el mundo,deberían estudiar los trabajos de un economista muerto desde hacemucho: Karl Marx. Cuanto más temprano ellos reconozcan que estamosfrente a una crisis total del capitalismo, mejor estarán equipadospara hallar una salida.

 
 Magnus recuerda que la economía global de hoy día tiene “extrañas”similitudes con las condiciones que Marx pronosticó: “Consideremos,por ejemplo, la predicción de Marx sobre cómo se manifiesta elinherente conflicto entre el capital y el trabajo asalariado. Comoescribió en El Capital, al proseguir la búsqueda de ganancias y de(aumentos en la) productividad las empresas son naturalmente llevadasa emplear cada vez menos trabajadores, creando así un ejercito dereserva industrial constituido por pobres y desempleados: ‘Laacumulación de riquezas en un polo es, por tanto, la acumulación demiseria al mismo tiempo’, escribió Marx.

 
 El economista va al meollo del problema cuando apunta que lo descritopor Marx es visible a través de todo el mundo desarrollado,particularmente en Estados Unidos, donde los esfuerzos de lascompañías para cortar los costos y evitar contratar empleados hanhecho aumentar las ganancias de las grandes empresas hasta el más altonivel de las últimas seis décadas, mientras la tasa de desempleo semantiene en 9.1 por ciento y los salarios reales están estancados. Ycontinúa apuntando que la desigualdad en los ingresos en EstadosUnidos está, según algunas mediciones, en un nivel tan alto como elregistrado en los años 20 del siglo pasado, situación que condujo a laGran Depresión.

 
 Y retoma señalando que Marx describió la paradoja de lasobreproducción y el subconsumo: Mayor la cantidad de gente relegada ala pobreza, menor será su capacidad de consumir toda la cantidad debienes y servicios que las empresas producen. Cuando una empresareduce los costos para aumentar sus ingresos busca hacer algointeligente, pero cuando eso lo hacen todas a la vez se anula lageneración de salarios y de la demanda efectiva, de las cuales lasempresas dependen para obtener ingresos y ganancias.

 
 Después de citar a Marx, quien escribió que “la razón última de todaslas crisis reales sigue siendo la pobreza y el consumo restringido delas masas”, Magnus aconseja a los dirigentes políticos que pongan “elempleo en el tope de la agenda económica, y consideren otras medidasfuera de la ortodoxia. Esta crisis no es temporal y ciertamente noserá curada por la pasión ideológica que los gobiernos tienen por laausteridad”.

 
 En la Gran Recesión (2008-2009) los países avanzados (y en proceso dedesindustrialización) evitaron una depresión por la fuerte demanda delos países emergentes, el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) queahora se volvió plural (BRICS) con la inclusión de Sudáfrica. Esto nosucederá ahora porque, según Stephen King, economista jefe de HSBCHoldings PLCS de Londres, es difícil avizorar cómo las nacionesemergentes pueden llegar a rescatarnos una vez más. Los indicadoreseconómicos del BRICS muestran que esas economías están ralentizando yque si bien evitaran un aterrizaje forzoso, según el economistaJoachim Fels de Morgan Stanley, no serán capaces de salvar otra vez elmundo. La situación de los países emergentes – según dijo a la agenciaBloomberg el Nóbel de economía Michael Spence, profesor de la Escuelade Negocios Stern de la Universidad de Nueva York – explica que hayaactualmente 50 por ciento de posibilidades de que la economía mundialcaiga en una recesión. De ser así se notará una baja pronunciada delas ganancias de las empresas de los países avanzados que tienen susplataformas de producción y proveen los mercados de los paísesemergentes, lo que explica que un buen número de analistas einversionistas bursátiles anticipen un mercado bajista para las plazasbursátiles.
 

 La oligarquía financiera nos conduce al desastre total

 
 En momentos en que las estadísticas de las economías validan laperspectiva de una recaída en recesión en medio de la crisis por ladeuda pública en los países avanzados, los índices bursátilesrecuperan parte de las pérdidas de las últimas semanas, confirmando eldesacoplamiento de las finanzas respecto a la economía real. PaulWoolley, ex gerente de fondos mutuales y fundador de un instituto deinvestigación sobre los desequilibrios financieros en la Escuela deEstudios Económicos de Londres, dijo a la revista alemanaSpiegel-Online (25 de agosto 2011) que el desenvolvimiento de lasúltimas semanas a puesto en claro que los mercados financieros – quecrecen hasta aplastar las economías – no funcionan adecuadamente, quela situación está quedando fuera de control y deviene “potencialmentepeligrosa para la sociedad (porque) el mercado no está alcanzando elequilibrio, sino cayendo en el caos”.

 
 Ante la perspectiva de otro aumento en la pobreza y la miseria de losendeudados pueblos, para decirlo francamente, la oligarquía financieraglobal ve una oportunidad más de seguir enriqueciéndose con laimplantación definitiva de un sistema rentista que nos hace retrocedera la servidumbre, como dice el profesor y economista Michael Hudson.

 
 En este contexto bien vale la pena leer (y reflexionar) sobre lacontribución que el economista y antropólogo David Graeber (2) hacepara explicar las grandes crisis financieras del pasado, desde losorígenes de las civilizaciones, crisis por deudas impagables, y asíentender el peligro de colapso social que nos amenaza.

 
 En la antigüedad –explica Graeber en la entrevista citada- el peorescenario posible, temido por todos porque podía llevar a un colapsosocial total, era una gran crisis de deudas: al devenir deudora frenteal uno o dos por ciento de la población, la gente ordinaria se veríallevada a vender a miembros de la familia como esclavos, oeventualmente a venderse a sí mismos.

 
 Y refiriéndose a la actualidad el economista y antropólogo explica queen lugar de crear alguna institución de gran alcance para proteger alos cientos de millones de ciudadanos que están aplastados por lasdeudas, y a los Estados que se endeudaron al socializar las pérdidasde los grandes bancos e instituciones financieras privadas, “se hancreado esas grandiosas instituciones de escala mundial para proteger alos acreedores, como el FMI o Standard & Poor, que esencialmentedeclaran – y en total desafío a la lógica económica tradicional – quea ningún deudor se le debe permitir la mora, que no pague. No hacefalta decir que el resultado será catastrófico. Estamos viviendo algoque a mi, por lo menos, me parece exactamente lo mismo que más temíanlos antiguos: una población de deudores patinando al borde deldesastre.

 
 La Vèrdiere, Francia.
 
 1.- George Magnus:http://www.bloomberg.com/news/2011-08-29/give-marx-a-chance-to-save-the-world-economy-commentary-by-george-magnus.html
 
 2.- David Graeber:http://www.nakedcapitalism.com/2011/08/what-is-debt-%E2%80%93-an-interview-with-economic-anthropologist-david-graeber.html
 
– Alberto Rabilotta es periodista argentino.

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