El extraño inquilino se va de Manta, Ecuador

El nuevo Miami

“Aquí en Manta ofrecieron un Miami. A las élites de la ciudad les entusiasmó eso, y formaron un grupo Pro Manta. Los gobiernos en esa época no hacían nada por las provincias, por eso, en vista del abandono gubernamental, dijeron que esa era la salida. Así, el dólar se convirtió en todo, nos volvimos occidentales, aunque en la zona sur de Manabí siempre hubo resistencia”, dijo Miguel Morán a la Comisión Especializada de Asuntos Internacionales y Seguridad Pública de la Asamblea Nacional, que ahora está interesada en saber qué hicieron los gringos en Manta.

Miguel Morán, abogado sindicalista y catedrático de derecho, es dirigente del Movimiento Antiimperialista Thoallí, y es una de las pocas voces disidentes que se escuchó desde 1999 en oposición a la instalación de la Base, en una época en que la mayoría de la población veía en su llegada la esperanza de crecimiento económico. Él cuenta que varios mitos se construyeron en torno a la instalación de la Base. Los medios de comunicación, las autoridades locales pertenecientes a partidos de la derecha Social Cristiana, anunciaban la llegada del bienestar norteamericano a Manta. “Los gringos van a traer dólares”, decían.

Pero, al pasar los años el sueño americano llegó a Manta con otro rostro.  Los bares, discotecas y cabarets crecieron y los empleos que se crearon en la FOL tuvieron la duración de la remodelación de las instalaciones del aeropuerto, o sea 8 meses, y luego los trabajos ofrecidos fueron en labores de limpieza y transporte de carga, con sueldos muy inferiores a los de los norteamericanos.  El crecimiento del turismo y el comercio que se esperaba llegó para pocos. Así lo cuenta un anciano de 90 años, el capitán retirado Jacobo Jara, quien en su largo camino de vida, vio los cambios que sufrió Manta:

“Yo he sido uno de los que ha sufrido. En la avenida Flavio Reyes mi familia y algunas docenas de personas más, tenían pequeños negocios. Antes de llegar los norteamericanos, los arriendos eran de 50 dólares, por un local, donde tenían sus negocios y vivían con decencia, ganaban con decencia. Pero llegaron los norteamericanos, no digo que sean ellos los que impusieron el precio, pero por la influencia de ellos, apenas llegaron y pagaban 1.500 dólares en el oro verde, los arriendos subieron de 50 a 500 dólares cada mes. Nuestros pequeños negocios salieron derrotados. Llegaron otros con alguna relación económica más poderosa, más grande, y personas humildes fueron despojados de sus sitios y dados a la quiebra, los pequeños comerciantes que ahí habían trabajado por tanto tiempo honorablemente perdieron sus negocios”

Según la Embajada de Estados Unidos “El FOL inyecta más de 6.5 millones de dólares anualmente a la economía local de Manta”. Esto según el Dr. Miguel Morán no es dinero que beneficia a la población de Manta, ya que: “los militares norteamericanos durante su estadía no consumieron productos locales, y el dinero se movió en un reducido círculo social alto, entre bares de lujo y sitios reservados. El crecimiento de Manta, si se puede llamar así,  se debe a otras razones y no a la presencia de militares extranjeros”.

Además la Embajada afirma que la inversión que hicieron en Manta “incluye un componente importante en costos de operación del aeropuerto, con más de 2 millones para la operación del Departamento de Bomberos del FOL de Manta y aproximadamente 200.000 en costos de mantenimiento del aeropuerto”. Pero el jefe de Bomberos de Manta, Sofonías Rezabala, confronta este argumento y asegura que su trabajo es autónomo y que no han recibido algún vehículo por parte de la FOL, como afirmaron en un medio de comunicación local, además cuenta que “cuando hubo el incendio en el centro, todos los criollos de Manta estuvimos, los de la FOL llegaron ya para recoger las cenizas”.

Los ofrecimientos de “bienestar” derivados de la instalación de la base, creados por los medios de comunicación, por las autoridades locales y por la Embajada de Estados Unidos, ocultaban la incidencia geopolítica de esta base en el Ecuador. Es así, que organizaciones locales y nacionales empezaron a colocar en su agenda política la lucha contra la presencia de militares extranjeros en la FOL, más allá de un inocente Puesto de Operaciones de Avanzada, y se empezaron a preguntar  sobre el rol de esta base en las nuevas políticas de seguridad de los Estados Unidos y su intención de tener libre acceso a los recursos naturales, en especial, a los recursos energéticos y a la biodiversidad; además se preguntaban cuál era su rol en el panorama de la implementación del Plan Colombia, ya que el propio Ex Comandante del Puesto de Operaciones de Avanzada de Estados Unidos, Javier Delucca declaró: “La Base de Manta es muy importante dentro del Plan Colombia. Estamos muy bien ubicados para operar en esta área” Este peso de la Base de Manta en la militarización de la región, llamó la atención de organización internacionales antimilitaristas, convirtiendo al tema en un emblema de resistencia a la hegemonía militar norteamericana en el mundo.

En el 2003 empezó el trabajo de la Coalición No Bases Ecuador, conformada por más de 20 organizaciones que, a través de acciones, debates y educación, permitieron posicionar al tema y colocar en la agenda pública la no renovación del contrato de utilización de la Base Aérea Eloy Alfaro.

En el 2008 la Coalición propuso a la Asamblea Nacional Constituyente que incorporara en la Constitución el siguiente texto: “El Ecuador es territorio de paz y en ejercicio de su soberanía, no albergará bases militares extranjeras ni tropas extranjeras y se abstendrá de realizar cualquier tipo de convenio que implique otras formas de presencia militar extranjera. No se involucrará militarmente en conflictos de otros países unilateralmente o en coordinación con otros Estados. No realizará prácticas ni ejercicios con otros Estados”.

La esencia de esta propuesta fue aceptada por la Asamblea Nacional Constituyente, por lo que el Artículo 5.- de la nueva Constitución aprobada dice: “El Ecuador es un territorio de paz. No se permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras ni de instalaciones extranjeras con propósitos militares. Se prohíbe ceder bases militares nacionales a fuerzas armadas o de seguridad extranjeras”.

En cumplimiento de la Constitución y de su ofrecimiento de campaña, el Presidente Rafael Correa anunció que no renovará el convenio con Estados Unidos para la utilización de la Base de Manta, de esta forma, la FOL y sus inquilinos deberán dejar la Base Aérea Eloy Alfaro antes de noviembre del 2009. Pero, previa a su salida, como cualquier inquilino que arrienda una casa, los militares norteamericanos deberán rendir cuentas sobre qué actividades realizaron en estos 10 años. Por tal razón, la Coalición No Bases Ecuador antes que los militares abandonen Manta, pidió a la Comisión de Relaciones Internacionales y Seguridad Pública de la Asamblea Nacional que se investigue las operaciones realizadas desde Manta por las tropas extranjeras y que se verifique  si son fundadas las sospechas que tienen diversos sectores gubernamentales y sociales de que el bombardeo colombiano de Marzo del 2008 en Angostura, en Ecuador, contó con ayuda logística o informativa proporcionada por aviones estadounidenses que decolaron desde Manta, la noche del 28 de febrero de 2008.  La Comisión aceptó la propuesta, por lo que el 21 de Mayo, acompañada de representantes de la Coalición No Bases y de organización de Derechos Humanos, llegó a Manta para realizar una visita previa a una Auditoria Pública.

Después de 10 años que la Base Militar Norteamericana se instaló en Manta, el silencio con el que se aprobó el convenio ha sido roto. Organizaciones sociales, colectivos juveniles, asociaciones de pescadores, mujeres y personas particulares, recobraron la palabra para contar a la Comisión y al mundo los impactos de la presencia de militares extranjeros en Manta.

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