Los portugueses conocieron ayer el detalle de los sacrificios que deberán soportar para acceder a la ayuda externa. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea, anunciado anteanoche, recoge una batería de medidas encaminadas a privatizar, recortar el gasto público y liberalizar el mercado laboral a cambio de un crédito de 78.000 millones. Las medidas suscitaron ayer interpretaciones dispares. Para Manuel Carvalho da Silva, secretario general de la poderosa Central General de Trabajadores de Portugal (CGTP), el acuerdo no soluciona los problemas estructurales del país, en especial, el paro y el escaso crecimiento. Según el sindicalista, Portugal “puede situarse en 2012 con un PIB como el de hace diez años”, y en lo social será peor: supondrá “un agravamiento de las injusticias”. Casi 210.000 jubilados serán penalizados debido a la eliminación de beneficios fiscales.
Por MARIO DUJISIN LISBOA 05/05/2011 08:00 Actualizado: 05/05/2011 10:26
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