Tras el artículo Las balcanizaciones de la OTAN: Quebec, Escocia, Cataluña, Bélgica, Padania” (ver Bajo la Lupa, 26/9/12), FT (26/9/12) aborda la probabilidad de la implosión española en pedazos balcanizados: Cataluña, País Vasco, Galicia, Andalucía y Valencia.
Tampoco podemos perder de vista aquel amenazante escrito de Stratfor sobre las balcanizaciones probables de México en cinco subregiones geopolíticas: “dos indefendibles territorios estratégicos para la seguridad nacional de Estados Unidos: Baja California (boca del río Colorado) y la península de Yucatán (estratégicamente situada en el Caribe, entre Florida y Cuba); “la frontera norte” (desértica y despoblada, vista como amortiguador de los estados sureños de Estados Unidos); el “centro”, que va de la zona metropolitana hasta la costa de Veracruz, y “la periferia del centro” (“que incluye Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán” y, por la vista del mapa, Querétaro, Jalisco, Guanajuato, San Luis Potosí, el Bajío, etcétera” (ver “Stratfor sentencia la defunción geopolítica de México”, Contralínea, Radar Geopolítico, 17/1/10).
Menos se pudiera soslayar la tesis implosiva del principal geoestratega ruso Igor Panarin, quien predice la balcanización de EU en cinco pedazos: “la costa del Pacífico, con su creciente población china; el sur, con sus hispánicos; Texas, donde los movimientos independentistas han crecido; la costa del Atlántico, con una mentalidad distinta y separada; cinco de los más pobres estados centrales con sus poblaciones nativas estadunidenses, y los estados del norte, donde la influencia de Canadá es poderosa” (ver “Vaticinan extinción del dólar y balcanización de EU”, Bajo la Lupa, 26/11/08).
Frank Jacobs y Parag Khanna arman en el NYT (23/9/2) la cartografía del “nuevo mundo”.
Jacobs es cartógrafo radicado en Londres y muy cercano a Israel, mientras el geopolitólogo indio-estadunidense Khanna ostenta una visión reduccionista y lineal/condicionada que peca de rusofobia subliminal e iranofobia conspicua, que explaya prolijamente (Bajo la Lupa, “China decreta el fin de la hegemonía de EU y el inicio multipolar global”, 1º/3/09 y “Empequeñecimiento de EU y el nuevo orden tripolar, según Parag Khanna”, 29/3/09).
El simple hecho de que The Sunday Review del NYT le haya dado singular relieve, amerita su análisis debido a sus implicaciones locales/regionales/globales.
El modelo “geológico” (más bien geologista) de Jacobs y Khanna propone un “nuevo mundo” y el mapa de sus “nuevas fronteras internacionales” de 11 entidades que subsumen ocho balcanizaciones y tres fusiones: Malí, Bélgica, Congo, Somalia, el Estado Alawita, la Unión Arábiga del Golfo, Kurdistán, el Gran Azerbaiyán, Pashtunistán, Baluchistán, la unión de las dos Coreas y la captura de Siberia por China.
Jacobs y Khanna rememoran que “desde hace 20 años” se han escenificado varias balcanizaciones, en las que destaca “el colapso de la URSS, mutilada en varias repúblicas de sus antiguos satélites y que fue acompañada por otras implosiones en la antigua Yugoslavia, así como el nacimiento de Eritrea y Timor Oriental”.
Sin decir pío sobre la desglobalización, admiten que el mundo “se encuentra al inicio de otro boom natal (sic) del Estado-Nación” (¡súpersic!) cuando “los nuevos países no serán producto de un solo cambio político o de un conflicto, como sucedió en la proliferación posoviética, ni serán confinados a una región especifica”.
Adoptan una peregrina teoría geologista, cuando, a su juicio, el renacimiento nacionalista “tiene en común un solo hecho innegable (¡súpersic!): la historia carcome las fronteras con la misma determinación sin propósito que opera la geología”.
La geología de Jacobs y Khanna parece estar diseñada sin humanos, cuando son los ciudadanos conscientes de poblaciones destinadas al liderazgo local/regional/global quienes marcan el diapasón de la historia verdadera.
Llama la atención que Jacobs y Khanna oculten la ideología verdadera de las implosiones por venir, las cuales, a mi juicio, son producto multifactorial donde dos variables son determinantes y que son intercambiables y retroalimentables entre sí: 1) la desglobalización, que merma el poder cupular plutocrático global y que permite el (re)surgimiento de los rescoldos de los nacionalismos y hasta de subnacionalismos con el advenimiento simultáneo de una fuerza ciudadana que se expresa más libremente en las redes sociales (pese a su control por los conocidos grupos plutocráticos oligopólicos financieristas), y 2) la declinación de EU como potencia unipolar, lo cual dio lugar al incipiente orden multipolar: panorama en el que los nacionalismos subyugados a escala local/regional/global tienen la idónea oportunidad de recrear sus pactos sociales/estatales/regionales/federales.
A mi juicio, las balcanizaciones coetáneas son el reflejo de la grave crisis del modelo imperante que se resquebraja en su momento declinante: hace 20 años la URSS; hoy EU.
Va el “modelo geológico” de Jacobs y Khanna. Malí: reciente declaración de independencia de Azawad (donde proliferan las tribus tuareg) en el territorio sahariano del norte, donde el “Islam radical (sic) deja atrás al nacionalismo de los bereberes”, mientras el Sahara Occidental (RASD) sigue en hibernación “ocupado por Marruecos” cuando en cualquier momento se puede disparar el “movimiento Cabilio ”(zona montañosa de Argelia). Bélgica: “finalmente se fractura” entre los valones francófonos y los flamencos proclives a Holanda. La gran paradoja: su capital Bruselas es el centro de la Unión Europea. Sentencian en forma controvertida que “mientras Europa se integra (¡supersic!) los límites nacionales serán menos importantes que las líneas culturales (sic) y étnicas (sic)” ¡Por discutir! Congo escisión: de hecho “existen ya dos Congos: la previa colonia francesa y la otra belga”, pero con “incoherencia (sic) étnica” que puede llevar a más escisiones. Citan a “expertos” innominados, quienes ponen en tela de juicio la viabilidad de la República Democrática de Congo (capital Kinshasa, el segundo mayor país de África tras Argelia). Juzgan que el “retazo congolés puede ser mejor redefinido por corredores de recursos (sic) que por sus etnias mezcladas” con separaciones y fusiones simultáneas (v. gr. la provincia de Katanga –rica en cobre– con la próspera Zambia). Balcanización de Siria y creación del Estado Alawita: a juicio de Jacobs y Khanna, “se parecerá quizá a Líbano, su anterior Estado clientelar: con derechos sectarios religiosos y el cascarón vacío de un gobierno central, sin eliminar la probabilidad de que retorne a su rompecabezas étnico” diseñado por Francia durante su mandato: Estados separados para los alawitas y los drusos, con “ciudades- Estado” para Damasco y Alepo”. El Estado alawita, sede de la secta dominante de Bashar Assad, “controlaría la fértil línea costera montañosa” (nota: también sede de Tartús, único puerto de Rusia en el mar Mediterráneo).
Llama poderosamente la atención la mención de “ciudades-Estado”, concepto añejo de los fenicios, raza cananea semita, 1550 aC.
@AlfredoJalife
http://alfredojalife.com
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