Delegados del gobierno y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) celebraron su segunda reunión, tras iniciar el diálogo el 30 de octubre, para evaluar avances en temas como derechos humanos, situación económica y justicia.
El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición reanudaron ayer, a instancias del Vaticano, un diálogo que busca resolver la profunda crisis de Venezuela, en un campo minado al estar en disputa la continuidad del chavismo en el poder.
Delegados del gobierno y de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) celebraron su segunda reunión, tras iniciar el diálogo el 30 de octubre, para evaluar avances en temas como derechos humanos, situación económica y justicia, abordados en mesas separadas. El presidente Maduro, afirmó ayer que está dispuesto a mantener el diálogo emprendido con la oposición para resolver la crisis política, pero “sin bravuconerías ni ultimátums. “Yo he hecho todo lo posible e imposible para que haya diálogo de paz con la derecha y estoy dispuesto a seguir, pero sin ultimátum, sin bravuconerías’’, aseguró el mandatario en su programa radial La hora de la salsa.
La declaración se produce en la antensala de la segunda reunión de la mesa de conversaciones bilaterales, convocada con el fin de analizar los avances de cuatro mesas temáticas. El diálogo entre el gobierno y la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) fue instalado el pasado 30 de octubre con el acompañamiento del Vaticano y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
La MUD insiste en un referendo revocatorio contra Maduro -suspendido en octubre-, pero plantea como alternativa unas elecciones generales en el primer trimestre de 2017. Pero el mandatario, cuyo período finaliza en enero de 2019, reiteró que la agenda electoral ya está definida, dando a entender que no puede haber modificaciones. “En unos meses tenemos elección de gobernadores, vamos a prepararnos para ganarlas’’, sostuvo. “Queremos que esta sea una mesa de diálogo victoriosa (…), que podamos navegar las aguas de lo que queda del año 2016, los años 2017 y 2018. Naveguemos en paz’’, exhortó Maduro.
En la misma línea el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, descartó un adelanto de los comicios presidenciales. “No hay referéndum ni hay elecciones generales, aquí lo que hay es revolución, felicidad y tranquilidad para nuestro pueblo’’, aseguró ayer ante miles de partidarios en Mérida (oeste).Otro punto planteado por la MUD es la liberación de lo que consideran presos políticos, pero Cabello rechazó que el diálogo se convierta en una ley de amnistía’’. “No puede convertir, la derecha venezolana, el diálogo en una ley de amnistía para que salgan los asesinos’’, dijo.
La oposición exigió resultados concretos del diálogo para ayer, bajo amenaza de retirarse de la mesa y retomar su ofensiva contra Maduro que incluye una marcha al palacio presidencial de Miraflores, suspendida el 3 de noviembre. Ante ello, Cabello señaló que el chavismo está preparado para contener una movilización opositora hacia Miraflores. “Si ustedes nos quieren ver en la calle, provoquen a este pueblo’’, desafió. Maduro había anunciado que el gobienro entregaría en la cita un documento con su visión de una salida a la crisis, y solicitó a la oposición no levantarse de la mesa. “Quiero que estén sentados en el proceso de diálogo que se inicia, hay que tener paciencia’’, dijo el mandatario en su programa radiofónico.
El diálogo se abrió cuando la tensión estaba al tope por la suspensión, el 20 de octubre, de un referendo con el que la MUD buscaba revocar el mandato de Maduro. De no fructificar el proceso, el conflicto podría escalar de nuevo. A la cita asistieron el enviado del papa Francisco, monseñor Claudio María Celli, y los ex gobernantes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá), y el ex presidente colombiano Ernesto Samper, secretario general de Unasur.
Luego de la tregua de once días, la oposición, que quiere evitar que el gobierno use el diálogo para ganar tiempo, acudió a la mesa exigiendo resultados concretos. “Venezuela es una olla de presión y la válvula, que era el revocatorio, la soldaron. La MUD busca en la mesa la solución electoral. O nos devuelven el referendo o se activa un acuerdo para adelantar elecciones’’, declaró el portavoz de la MUD, Jesús Torrealba. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) negó una acción legal que buscaba reactivar la consulta, al declarar inadmisible un recurso presentado por la MUD, según un fallo difundido ayer.
“No estoy obsesionado con elecciones, mañana eso lo decidirá el pueblo en el 2018. Resolver lo económico, esa es mi obsesión’’, declaró Maduro. Pero para la oposición un cambio de gobierno es la única salida a la devastación económica del país petrolero, agobiado por la falta de alimentos y medicinas, y una inflación que rondará este año 475 por ciento según el FMI. “Somos escépticos. Los venezolanos necesitamos señales de cambio. Estamos al límite, la situación económica es una bomba que puede explotar’’, declaró el ex candidato presidencial Henrique Capriles.
Analistas ven improbable que el gobierno acepte reactivar el referendo o adelantar elecciones. Según Luis Vicente León, presidente de Datan lisis, ello implicaría la salida del chavismo del poder, dada la impopularidad del 76,4 por ciento que tiene Maduro, según la firma Venebarómetro. “Parece que la tendencia de la oposición es negociar imposibles’’, declaró el politólogo socialista Nícmer Evans, fuerte crítico de Maduro. Para Evans la MUD cometió el error de paralizar, antes de ver logros del diálogo, la movilización en la calle, quedándose sin mecanismo de presión. “Lo demás es pedirle al otro que entregue todo (el poder) a cambio de nada’’, agregó Evans.
Además de la desactivación de las protestas, la presión internacional bajó con el diálogo, apoyado incluso por Estados Unidos. Pero la elección de Donald Trump abre ahora interrogantes sobre la actitud hacia el proceso de conversaciones. Los analistas ven más factible avanzar en otras áreas. La MUD también exige un canal humanitario de suministro de alimentos y medicinas. Además, la sustitución de autoridades electorales y de justicia -a las que acusa de oficialistas- y la restitución del Parlamento, de mayoría opositora pero declarado en desacato por la corte suprema.
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