El portal WikiLeaks y el diario The Intercept revelaron hoy nuevas evidencias del espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense contra 29 miembros del Gobierno de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, incluyendo el teléfono del avión presidencial.
Las revelaciones ocurren a pocos días del encuentro de Rousseff y el presidente Barack Obama en la Casa Blanca, donde ambos dejaron atrás las diferencias generadas por las primeras revelaciones que en 2013 confirmaron el husmeo de las comunicaciones de la mandataria y ciudadanos brasileños por parte de la NSA.
Ello provocó la cancelación de la visita de Rousseff a Washington, prevista para fines de aquel año, y un enfriamiento de las relaciones bilaterales.
Además de Rousseff, la nueva lista de objetivos de la NSA incluye al secretario ejecutivo Nelson Barbosa, del Ministerio de Hacienda; Luiz Awazu Pereira da Silva, un alto funcionario del Banco Central de Brasil y Luiz Eduardo Melin de Carvalho e Silva, exJefe de Gabinete del Ministerio de Finanzas.
En la lista también figuran el jefe de economía y finanzas del Ministerio de Relaciones Exteriores, Luis Antonio Balduino Carneiro; el exministro de Asuntos Exteriores y embajador en Estados Unidos, Luiz Alberto Figueiredo Machado; y Antonio Palocci, quien anteriormente se desempeñó como Jefe de Gabinete y ministro de Hacienda, tanto de Dilma, como durante el Gobierno del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Lo más notable acerca de la lista es que la mayoría de los funcionarios son altos responsables políticos y de asuntos financieros y económicos de la nación sudamericana.
Las nuevas filtraciones confirman que el espionaje de la NSA resultó más amplio de lo que se pensaba y pudiera revitalizar las tensiones entre Brasilia y Washington.
El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, afirmó en la página que las revelaciones de este sábado demuestran que Estados Unidos “tiene un largo camino por recorrer para demostrar que la vigilancia a los gobiernos “amigos” ha terminado”.
Si la presidenta Rousseff quiere ver más inversión estadounidense en Brasil como resultado de su reciente viaje, ¿cómo puede asegurar a las empresas brasileñas que sus homólogos estadounidenses no tendrán la ventaja proporcionada por esta vigilancia?”, cuestionó Assange.
El 1 de julio WikiLeaks sacó a la luz documentos que confirman el espionaje estadounidense contra una gran parte del gabinete de la canciller federal, Angela Merkel, interesado sobre todo en la política monetaria y comercial de esa nación.
A fines de junio también demostró que la NSA escuchó las conversaciones de dos ministros de Economía franceses sucesivos y espió proyectos vinculados con sectores considerados estratégicos como tecnología de la información, electricidad, gas, petróleo, nuclear, transporte y biotecnología en la nación gala.
El 24 de junio, el portal de filtraciones mostró que Washington pinchó, al menos de 2006 a 2012, las comunicaciones de tres jefes de Estado franceses: Jacques Chirac, Nicolás Sarkozy y François Hollande, así como de sus cercanos colaboradores.
(Con información de Prensa Latina)
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