Dos de las mujeres más poderosas del mundo han sufrido en los últimos meses un mismo problema. Los servicios de seguridad de Estados Unidos espiaron, entre otros muchos líderes, a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y a la canciller alemana, Angela Merkel. Las escuchas llevadas a cabo por un país amigo han servido para convencer a Rousseff de la necesidad de dotar de mayor seguridad a las comunicaciones, idea sobre la que ha girado la cumbre UE-Brasil celebrada este lunes en Bruselas.
“Queremos comunicaciones que sean seguras y en las que la UE y Brasil podamos confiar”, ha asegurado la mandataria brasileña junto a los presidentes de la Comisión, José Manuel Barroso, y del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Con su visita a la capital comunitaria, Rousseff ha querido impulsar un proyecto que unirá con un cable a través del Atlántico los 5.600 kilómetros que separan a la ciudad brasileña Fortaleza de Lisboa. “Tenemos que respetar la privacidad, los derechos humanos y la soberanía de las naciones. No queremos que nuestros negocios puedan ser espiados”, ha añadido la presidenta.
Fuentes europeas señalan que el principal obstáculo con el que tendrá que lidiar el proyecto es encontrar los cerca de 185 millones de dólares (unos 135 millones de euros) necesarios para financiarlo. El consorcio encargado de la obra, que está previsto que eche a andar en la primera mitad de este año, estará formado por la operadora brasileña Telebras, la empresa española IslaLink Submarine Cables y un fondo de inversión brasileño, según fuentes comunitarias. El cable de nueva construcción competirá con el que ahora envía los datos de Sudamérica a Estados Unidos a través de Miami, operado por la española Telefónica. La comunicación de fibra óptica más larga que ahora está operativa es la que une Alemania con el este de Asia.
La noticia de que EE UU había pinchado el teléfono móvil de Rousseff disparó la tensión hasta el punto de que la presidenta brasileña suspendió el pasado mes de septiembre una visita oficial a Washington. El proyecto de cooperación con Europa se presenta como un movimiento vital para un país como Brasil, cuyos canales de comunicación por cable pasan sin excepción por Estados Unidos.
La colaboración entre Brasil y Europa para impulsar la agenda digital no acaba con la visita de Rousseff a Bruselas. El próximo mes de abril se celebrará en Sao Paulo una cumbre multimedia para desarrollar una gobernanza mejorada de Internet, en la que los representantes europeos se reunirán con los brasileños en la búsqueda de un objetivo que ya ha reclamado Merkel. La jefa de Gobierno alemana propuso hace una semana la creación de una red de datos europea que evite el paso de las informaciones digitales por servidores informáticos estadounidenses.
La UE y Brasil defienden la necesidad de un acuerdo entre Europa y Mercosur
Por Ignacio Fariza Bruselas 24 FEB 2014 – 11:11 CET
Los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y de Brasil, Dilma Rousseff han dado este lunes un paso más en el “necesario” acuerdo entre Mercosur y la UE. Ambos mandatarios han recalcado la importancia de un proyecto que, a su juicio, sería un importante impulso para el crecimiento y para la creación de empleo en ambos bloques. Tanto la UE como Brasil esperan que el acuerdo no se demore mucho más allá del encuentro técnico que está previsto para el próximo 21 de marzo, cuando ambas partes expondrán sus ofertas.
“Es fundamental que las negociaciones se concreten cuanto antes”, ha señalado Dilma Rousseff al término de la cumbre UE-Brasil que se ha celebrado este lunes en Bruselas. Las conversaciones entre Mercosur (el bloque comercial que agrupa a Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Venezuela y el propio Brasil) y las autoridades europeas dieron comienzo en 2010 pero se han estancado desde entonces. La cumbre de este lunes podría ayudar a que las conversaciones fluyan con mayor celeridad, dada la importancia de Brasil en el principal bloque comercial latioamericano. Aunque ninguna de las dos partes han querido adelantar acontecimientos y han subrayado que el acuerdo depende del resto de Gobiernos presentes en Mercosur —especialmente el argentino, que ha mostrado reservas sobre sus beneficios—, la sintonía escenificada este lunes es un fuerte espaldarazo al proceso de integración económica.
“Es un acuerdo ambicioso, que va más allá de lo comercial”, ha apuntado Barroso sobre un convenio que, según sus palabras, solo encuentra dificultades en “algunos puntos muy concretos”. El presidente del Ejecutivo comunitario ha querido enmarcar este proceso negociador en el marco de una “ambición” europea por firmar acuerdos de libre comercio con varios países y bloques económicos. “La UE está trabajando en varios importantes acuerdos y sería una pena no alcanzar un entendimiento con Mercosur. Si tenemos claro nuestro objetivo, seguro que se podrá firmar pronto”. En esta misma línea se han expresado los representantes de la delegación de empresarios brasileños que ha acompañado a Rousseff hasta Bruselas, que se muestran optimistas sobre la posibilidad de que el acuerdo se firme “antes de mayo”.
La Zona Franca de Manaos, sobre la que la UE hizo una consulta a la OMC en diciembre al sentirse perjudicada en sus exportaciones, ha sido otro de los asuntos centrales de la cumbre. “No tenemos ninguna oposición de principio”, ha señalado Barroso. Esta zona de la Amazonía brasileña está señalada en rojo por las autoridades comunitarias por las ayudas fiscales que concede a la industria de equipos electrónicos. La presidenta brasileña mostró su “extrañeza” por la queja europea y defendió un proyecto que es “mucho mejor que cortar árboles”.
El encuentro, de marcado tono económico, también ha servido para que los mandatarios acercaran posturas sobre el despliegue de un cable de fibra óptica submarino que unirá Lisboa y Fortaleza y que mejorará la conexión entre ambas orillas del Atlántico. Aunque el proyecto corre a cargo de un consorcio privado eurobrasileño, fuentes comunitarias no descartan la participación pública en el proyecto por el lado de la financiación.
En otro orden de cosas, Rousseff y Barroso han recalcado su vocación de “mejorar” los programas de intercambio educativo —Europa es el principal destino de los estudiantes e investigadores brasileños— y han reiterado la importancia del flujo de capitales entre ambas regiones. En la actualidad, las empresas europeas lideran la inversión extranjera en Brasil y la UE se mantiene como su principal socio comercial. El 20% de las exportaciones brasileñas se dirigen al mercado comunitario que, a su vez, acapara el 21% de sus importaciones.
La importancia de Brasil como nuevo actor en el mapa geopolítico mundial también tuvo reflejo en el encuentro. Más allá de los asuntos propios de la región —la crisis interna que vive Venezuela solo recibió una leve mención por parte de Rousseff, que defendió la democracia en América Latina—, las delegaciones discutieron el acuerdo nuclear con Irán, la inestabilidad en el Sahel, la situación en Siria y la resolución del conflicto entre Israel y Palestina. “Compartimos valores con Europa y la cooperación es fundamental, especialmente en un momento de grandes cambios como el actual”, ha subrayado la presidenta brasileña al término de la cumbre. Rousseff también ha mostrado interés por la situación interna que vive Ucrania tras la caída del Gobierno de Viktor Yanukóvich.
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