La crisis política en Honduras, que todavía no tiene visos de solución, cumple hoy un mes tras el golpe de Estado perpetrado contra el presidente Manuel Zelaya.
Transcurrido los treinta días, el depuesto Mandatario no cesa en planificar estrategias para recuperar el poder. Por ello, el Gobernante destituido organiza en la ciudad nicaragüense de Ocotal, cerca de la frontera con Honduras, un “frente cívico de resistencia contra el golpe”, en tanto, hasta el cierre de esta edición, en Tegucigalpa, el Congreso debatía ayer la propuesta del mediador Óscar Arias. Zelaya descartó seguir negociando con el gobierno hondureño y confirmó que finalmente no viajará esta semana a Washington (EE.UU.).
Algunos seguidores del depuesto Mandatario han comenzado a retirarse de la región fronteriza con Nicaragua, en el departamento de El Paraíso, “por cansancio, hambre y otras necesidades”, así lo informó una fuente del movimiento de resistencia popular. Zelaya, por su parte, solicitó que sus compatriotas que han cruzado hacia Nicaragua para expresarle su apoyo reciban el estatuto de refugiados, mientras organiza una “resistencia pacífica” para recuperar el poder.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por su parte, condenó ayer la muerte de Pedro Mandiel, que fue encontrado muerto con señales de tortura en la frontera de Honduras, y pidió a las autoridades de facto que garanticen vida de los hondureños y se investigue el asesinato.
La Comisión, un organismo autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), hizo ayer este llamamiento al Gobierno que encabeza Roberto Micheletti. El organismo internacional indica que, según la información recibida de la sociedad civil, Pedro Ezequiel Mandiel, habría sido arrestado el viernes 24 de julio cuando se dirigía a la localidad de El Paraíso para participar en las manifestaciones de apoyo a Zelaya.
Mientras tanto, el Congreso, que ha sesionado pocas veces desde el golpe de Estado del 28 de junio, fue citado luego de que el jueves el gobierno de facto remitiera a los demás poderes del Estado el plan del presidente de Costa Rica, Oscar Arias.
La propuesta fue elogiada por el régimen interino, que sin embargo informó que “será difícil suscribirlo”, en tanto las Fuerzas Armadas respaldaron el proceso de diálogo de San José, aunque luego matizaron que eso no implicaba que vuelva Zelaya.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas hondureñas, Romeo Vásquez, visitó ayer en la frontera con Nicaragua y pasó por el lugar que pisó fugazmente el derrocado presidente Zelaya.
Vásquez llegó en helicóptero a inspeccionar a las tropas desplegadas en la zona fronteriza, donde está vigente desde el viernes un toque de queda para contener a centenares de zelayistas.
Un golpe sin sanción
Ha pasado un mes del derrocamiento del presidente Zelaya y no hemos visto una solución a la crisis hondureña y es posible que esta situación se mantenga por mucho tiempo o tal vez cambie debido al próximo proceso electoral. Sin embargo, para entonces el golpe de Estado habrá pasado, para desgracia de América Latina, sin ser sancionado, porque es cierto que todo el mundo ha reconocido la figura del ‘presidente usurpador’ (Roberto Micheletti), pero hasta el momento esperamos ver la reacción de la comunidad internacional, que no ha podido hacer nada. Por un lado, los organismos internacionales, como la OEA y la ONU, se han visto limitados para actuar de forma efectiva frente al caso de Honduras, que marca una situación irregular en las últimas tres décadas de América Latina, porque no tienen los mecanismos necesarios. Por otro, los grupos de poder tradicionales se juegan sus últimas cartas contra el pronunciamiento popular y los gobiernos progresivos. Están contra el cambio que se vive en América Latina, pues se están cerrando antiguos círculos de poder. La mediación del presidente Arias también ha fracasado. Ante esto, es preciso que se construyan nuevos mecanismos de acción para preservar la democracia. Crear un orden internacional para procesar a los golpistas, bloquear sus cuentas y actuar de forma directa contra los actores de estos hechos tan escandalosos.
Juan Paz y Miño
Historiador y catedrático de la Universidad Católica del Ecuador
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