Llegamos a la casa de Dora cuando empezaba a caer la noche. Al dejar el metro y salir de la estación del barrio 20 de julio (el que más talleres de este tipo tiene en la ciudad), localizado en
La respuesta a nuestro golpear en la puerta fue la sonrisa de una mujer de entre 40 y 45 años, de piel trigueña, con el cabello largo y ensortijado pero recogido, que al vernos nos invitó a seguir.
Llegamos a su casa, con cita previa, animados por las noticias del 10 de julio que informaban que varias mujeres se habían hecho presentes en Colombiamoda para denunciar las circunstancias en que trabajan. La noticia nos alegró, pues, en medio del simple espectáculo que caracteriza el mundo de los desfiles y el derroche de imágenes que transmiten los medios de comunicación, afloraba el dolor de una ciudad que acoge en sus cientos de barrios a millares de desempleados, trabajadores informales, por cuenta propia y de otras muchas categorías, que día a día batallan por sacar adelante sus familias.
Con el mayor de los gustos, Dora Mazo, nacida en el municipio de Toledo, que sin oportunidades para estudiar más allá de la básica primaria tuvo que trabajar en su juventud mazamorriando oro en los ríos, ex trabajadora de Leonisa, nos brindó la cita.
Allí estábamos, pues, en la vespertina de un viernes de julio, ante una trabajadora de las denunciadas maquilas, ante una madre de dos hijos y además responsable de otro más que le ha dejado bajo su responsabilidad una sobrina, y ante una ciudadana de Medellín que con orgullo muestra el esfuerzo de tantos años: sus hijos, Luis Fernando de 24 y Nini Johanna de 22, ambos cursando y terminando estudios técnicos, su casa y tres maquinas, y que sin pensarlo dos veces precisa su mayor deseo: que exista justicia, “que todos nos unamos y tratemos de ser honestos unos con otros. Que el trabajador esté contento porque se le paga bien”.
Luego de las presentaciones de rigor, de sentirnos satisfechos por estar compartiendo con esta antioqueña tan locuaz como cualquier otra paisa, fuimos desgranando uno a uno los interrogantes que deseábamos despejar para nuestros lectores:
desde abajo. El martes 10 de julio, en medio de las pasarelas organizadas por las grandes empresas de la moda en Colombia y América Latina, ustedes querían que el país conociera sus condiciones laborales. ¿Qué buscaban denunciar?
Dora Mazo. Que trabajamos por contrato. Que no tenemos seguridad social. Que las jornadas laborales a que estamos sometidas son demasiado largas. Queremos que toda la ciudad y el país sepan que el dueño de marca paga muy mal por nuestros productos, porque según ellos los servicios no son costosos. Lo que queremos es que nos reconozcan nuestro trabajo para poder mejorar los beneficios a los trabajadores.
da. ¿Qué significa trabajar por contrato?
DM. Significa que nosotras nos comprometemos a elaborar determinado número de camisas en cierto tiempo, y nos pagan exactamente por lo que hacemos, sin ningún otro compromiso para el patrón. Con este sistema de trabajo, los empresarios ya no tienen que invertir en compra de equipos, en arriendo de locales, y las obligaciones laborales ya no implican seguridad social.
da. Siendo así, ¿cómo resuelven lo de la salud?
DM. Cada uno lo resuelve individualmente. A mí me tiene afiliada mi hija. Mi hijo, al igual que otros trabajadores, tiene Sisben.
da. ¿Cómo empezó con el taller?
DM. Empecé como modista con una máquina familiar. Trabajaba con Leonisa como operaria. Luego, cuando me salí de allá, con la liquidación y con un préstamo que hice en una natillera compré dos máquinas, es decir, inicié este taller con tres máquinas (la familiar, la plana y la fileteadora). A los dos años hice un préstamo con Actuar y mejoré las máquinas.
da. Doña Dora, ¿qué horario de trabajo tienen en el taller?
DM. La dueña de las máquinas trabaja desde las 7 de la mañana hasta las 11 de la noche. En la casa, todos tienen que colaborar con los oficios diarios. El resto de trabajadores no tiene horario de entrada ni de salida, y su obligación es cumplir con las tareas asignadas. Se les paga lo mismo de noche que de día.
da. ¿Quiénes trabajan en el taller?
DM. Básicamente la familia, porque no da para pagarles a otras personas.
Da. ¿Cuánto lleva trabajando en el taller?
DM. Dos años y punta.
da. ¿Cuántos trabajadores tienen?
DM. En el taller hay tres trabajadores fijos, vienen otras cuatro a hacer terminaciones los viernes y los sábados. En general, en estos talleres trabajan entre cuatro y seis personas, generalmente familiares.
da. ¿Cuál es el precio al cual le pagan cada camisa?
DM. Cada camisa a $ 3.200. Las blusas a $ 1.700.
da. ¿En qué consiste la hechura de la camisa?
DM. A mí me la traen cortada, yo pongo hilos, el patrón me trae marquillas y botones (insumos), pero el hilo, la planchada, la ojalada ($ 30 por botón), la botonada ($ 30 por botón) y los trabajadores los pago yo con esos $ 3.200.
da. ¿Qué más tiene que pagar con esos $ 3.200?
DM. Luz y servicios públicos.
da. ¿Cómo le paga usted al trabajador?
DM. A $ 2.400, la camisa trae 60 y punta de operaciones y yo reparto esos 2.400, les quedan operaciones a $
da. ¿Cuánto se puede sacar una persona contratada en un día?
DM. Para sacar 107 unidades contraté a las cuatro y los hicieron en dos días. Para pagarles, yo tengo que contar las operaciones que hicieron: una pegó botones, le pago $ 30 por botón. En un día se puede ganar $ 18.000.
da. ¿A cómo vende el patrón una camisa en el mercado?
DM. Al por mayor las venden a $ 18.000 ó 22.000, el patrón tiene de dos a tres locales en el Palacio Nacional.
da. ¿Es continuo el trabajo durante el año?
DM. No. Existen meses malos, como enero, febrero, marzo y abril.
da. ¿Con qué no están de acuerdo en su trabajo?
DM. Con el precio que les pagan por los productos elaborados, por ejemplo un empresario de marca pagaría por una blusa $ 7.000, y a los confeccionistas les pagan $ 1.700, los $ 4.000 no los pierde el empresario sino el que elabora la prenda.
da. ¿Qué le exigen ustedes al gobierno?
DM. Controlar más a los dueños de marca, que puedan contratar con estos talleres, pero que no nos exploten, que nos paguen lo justo para nosotros a la vez poder pagar lo justo.
da. Doña Dora: ¿usted se sentía mejor en Leonisa o se siente mejor en este taller?
DM. En Leonisa, porque tenía un buen salario, lo que me permitía pagarles los estudios a mis hijos y pagarme mis pasajes. En cambio, ahora me estoy matando mucho, a veces quisiera tirar la toalla, a veces lloro cuando me devuelven la producción.
da ¿Por qué les devuelven la producción?
DM. A veces por mal planchada.
da. ¿Qué solicitan ustedes?
DM. Que las empresas grandes nos den contratos pero sin explotarnos.
da. ¿Qué organización sindical o social tienen?
DM. Actualmente estamos formando Asconfec.
da. ¿Qué meta tienen?
DM. Diseñar una marca.
da. ¿Por qué no la han concretado?
DM. Por falta de dinero.
da. ¿Por qué no hacen un préstamo?
DM. Porque no tengo cómo respaldarlo, a pesar de que mi mamá sería mi socia, y ella sí tiene con qué respaldar el préstamo.
da. ¿Qué mensaje tiene para la gente de Medellín y de Colombia?
DM. ¿Qué mensaje? Que todos nos unamos y tratemos de ser honestos unos con otros. Que el trabajador esté contento porque se le paga bien.
Entrevista a Mario Viana Gómez, director de Asconfec
Nuevas realidades caracterizan el mundo moderno del trabajo. Nuestras ciudades están llenas de ellas. Trabajo a destajo. Trabajo por horas. Trabajo flexibilizado. Trabajo, supuestamente, sin patrón. Trabajo sin horario ni prestaciones ni seguridad social ni vacaciones. Las nuevas unidades productivas se multiplican en sectores como los alimentos, el calzado, el cuero y la confección.
Es la nueva realidad, favorecida por leyes tramitadas sin consideración alguna en el Congreso de
Es el caso de las maquilas, que de la mano de la necesidad se multiplica en Medellín, el Valle de Aburrá e inclusive Antioquia. En la actualidad se cuentan en esta parte del país 8.000 unidades productivas de este tipo, que vinculan a un poco más de 40 mil trabajadoras, pues en su mayoría son mujeres –cabeza de familia– quienes allí laboran (86%), el otro 14 corresponde a hombres. Hay que destacar, además, que el 60 por ciento de estas nuevas trabajadoras y trabajadores son menores de edad.
Son las nuevas realidades sociales, económicas, laborales, que demandan nuevas formas organizativas y de resistencia. Asociación de Confeccionistas (Asconfec) es una de ellas. Uno de sus impulsores, Mario Viana Gómez, no duda en precisar la necesidad de que los trabajadores se unan: “unidos somos más”. Mario reconoce los dilemas del sector de la producción donde trata de generar organización, donde se destaca mucho el miedo, “como el que se sintió en la protesta que hicimos el 10 de julio, pues hay temor a que no nos contraten”, pero es urgente que le demos a conocer al país nuestra realidad, a la par que nos asociemos, para poder superar las dolencias que nos agobian, para dejar de ser “empresarios de la miseria”.
da. ¿Cuánto hace que se fundó
MVG. Hace un año.
da. ¿Quiénes se agrupan en ella?
MVG. Confeccionistas de Medellín y del Valle de Aburrá.
da. ¿Cuántas unidades productivas están asociadas?
MVG. Hasta el momento hemos logrado asociar a 223.
da. ¿Cuál es el promedio de máquinas por unidad productiva?
MVG. Cinco.
da. ¿En promedio, a cuántas personas se les da empleo en cada una de estas unidades?
MVG. A 3 ó 4, pero sin ninguna prestación social.
da. ¿Quienes son las personas que se emplean en estos talleres?
MVG. Son desplazados, y se ubican principalmente en las comunas.
da. ¿A cuánto pagan el minuto de producción los empresarios del Hueco?
MVG. $ 60 u 80.
da. ¿Cuánto necesitarían para poder garantizarles seguridad social a los trabajadores?
MVG. Que les pagaran $ 200 por minuto.
da. ¿Qué desearían hacer ustedes con relación a lo laboral?
MVG. Construir grandes empresas.
da. ¿Cuál es la comuna que más talleres tiene?
MVG.
da. ¿Qué capacitación necesitarían ustedes?
MVG. Básicamente en confección y en crecimiento personal.
da. ¿Qué le aburre con relación a las actividades que realiza?
MVG. La rutina, la falta de sentido de pertenencia.
da. ¿Qué mensaje les envía usted a los trabajadores?
MVG. Que se reconozca al gremio. Es necesario organizarnos para buscar salidas en equipo, reivindicar nuestros derechos.
Asconfec
Asconfec cuenta con 223 unidades productivas asociadas. 218 ensamblan, 2 estampan, y 3 hacen corte y diseño. El promedio de estudio de los trabajadores que laboran en estos talleres es la primaria.
El objetivo de
Buscamos que se nos permita comprar maquinaria; también pretendemos organizar salacunas y establecer créditos a través de la economía solidaria.
Dónde están localizados los asociados
Comuna Nº Nº asociados
Comuna 2 10
Comuna 3 12
Comuna 4 33
Comuna 5 48
Comuna 6 25
Comuna 7 20
Comuna 8 15
Comuna 9 4
Comuna 10 7
Comuna 13 42
Comuna 14 1
Comuna 15 ninguno
Comuna 16 7
Municipio Nº asociados
Bello 7
Envigado 1
Girardota 3
Itaguí 10
Barbosa 3
Sabaneta 1
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