En el
2007, las empresas que reportaron informes ante la Supersociedades arrojaron utilidades por 25
billones de pesos, una suma equivalentes a 54.2 millones de salarios mínimos mensuales vigentes, 19%
más que en el 2006, y con la cual se podría pagarle el salario mínimo a los 2 millones 150 mil
desempleados de hoy durante dos años.
Por sectores, las empresas que se dedican a actividades
de inversión y de servicios (como el Grupo Aval de acciones e inversiones, o Suramericana de
inversiones), fueron las que obtuvieron mayor participación en el total de las utilidades, 21 de
cada 100; le siguen las dedicadas a la extracción de petróleo y gas, que participaron con el 14% del
total de utilidades; las del sector de las bebidas, con el 5.2%; carbón y derivados, con el 3.45%;
cemento y hormigón, con el 3.41%; comercio al por mayor, con el 3.07% y fabricación de papel y
cartón, con el 3.01%.
En cuanto a los sectores que presentan la más alta rentabilidad neta o
utilidad final, también las empresas que se dedican a las actividades de inversión fueron las que
mayor nivel de rentabilidad presentaron: de cada $100 de ingresos operacionales, les quedó una
utilidad neta o final de $66.32 (Grupo Aval, 81%; Suramericana, 94%). Le siguen las empresas
dedicadas a la extracción de petróleo y gas, con una rentabilidad del 30%; luego están las empresas
del sector de “otras industrias metálicas básicas”, con un 25.37% de rentabilidad; cemento y
hormigón, con el 18.04%; extracción y explotación de otros minerales, con el 16.78%; chocolate y
confitería, con el 15.13% de rentabilidad neta y bebidas y carbón y derivados, con el 13.21%
cada sector.
La mayoría de estas actividades están controladas por empresas multinacionales:
como Axin y Amov en las actividades de inversión (acompañadas de empresas como las del Grupo Aval de
Sarmiento Angulo, al que el gobierno le entregó las liquidaciones de los trabajadores que fueron
despedidos del ISS, a muchos de los cuales se las retuvieron por más de una año, obligándoles a
interponer acciones de tutelas y sin que les reconocieran intereses por mora); o como la OXY y la BP
en la extracción de petróleo y gas; o como la Billinton y la Drummon en la explotación de níquel y
carbón; la Miller en las bebidas; la Nestlé en los alimentos; Telmex y Telfónica en las
telecomunicaciones.
Buenos resultados concentrados en pocas
manos
En el 2007, las ganancias de las empresas que reportaron informes ante la
Supersociedades, presentaron un incremento del 19% respecto a 2006. En contraste, el salario mínimo
apenas se incrementó 0.34% por encima del IPC para ingresos bajos. Pero además se presentó una alta
concentración de las utilidades en unas pocas empresas: 20, que representan el 0.09% del total,
concentraron el 36.3% del total de las ganancias y 50 de ellas (el 0.23%) concentraron el 51.6% de
la ganancia total.
En este grupo de ganadores se encuentran la mayoría de las empresas
multinacionales, como Bavaria, Cerromatoso, OXY, BP, Axin, Amov, General Motors,
Cerrejón, Kimberly, Cemex, Tepma B.V., Mansoravar Energy, Petrobras, Hocol, Cartón Colombia, Peldar,
Almacenes Éxito, Avon, Telmex y otras, acompañadas de algunas empresas de capital nacional, como
Argos, Suramericana, Colpatria, Grupo Aval, Industria Nacional de Chocolates, la Fundación Social,
Postobón y otras, la mayoría de las cuales pertenecen a conglomerados controlados por unos pocos
propietarios, como Ardila Lulle, Sarmiento Angulo, Julio Mario Santodomingo y un puñado de
capitalistas antioqueños conocidos como “sindicato antioqueño”, empresas y grupos que tienen una
gran influencia sobre la política local y nacional. Con honradas excepciones, la mayoría de estas
empresas no tienen sindicato, e imponen una política antisindical para evitar que los trabajadores
reorganicen.
Hay que señalar, que la mayoría de estas sociedades inscriben en su logo o razón
social el añadido de “SA” o Sociedad Anónima, organizaciones en las que se supone participan como
accionistas miles de personas. Sin embargo esto es más aparente que real, pues la propiedad y el
poder sobre estas organizaciones está concentrado en muy pocas manos: el 79.9% del capital bursátil
está en manos de un pequeño número de accionistas, que representan el 0,21% del total (CID – UN.
2006).
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