Ni el hambre nos vence
El problema de desnutrición y malnutrición en esta comunidad es evidente. Se ha determinado que más del 95% de los niños de la Localidad tienen problemas de desnutrición y malnutrición. Muchos factores explican esta situación, el desempleo y la falta de ingresos familiares, son parte de ellos, pero también pesa la falta de formación, la falta de oferta de alimentos sanos, nutritivos y baratos y otra cantidad de cosas que están ligadas a la cadena de la alimentación.
Llegamos al tema desde nuestra acción como docentes. Necesitabamos, en la relación con los niños, los jóvenes y los adultos, que estuvieran en las mejores condiciones, pero por su propia situación era imposible. ¿Cómo enseñar cuando los alumnos llegan sin tomar siquiera una agua de panela en todo el día?
Lo que tenemos está ligado al colegio Cerros del Sur. Se le había solicitado a Bienestar Familiar incluir a muchos niños del sector en el programa «Almuerzos y refrigerios reforzados», pues hay 8.500 cupos en la localidad. Hasta ahora, únicamente se tomaron 2.150 cupos para estudiantes, el resto se le devolvieron a Bienestar Familiar quien dice, por los medios de comunicación, que el problema de alimentación y nutrición de los jóvenes estudiantes estaba resuelto. De los 2.150 cupos estudiantiles, tenemos
750 de restaurante que tiene un costo individual de $1.500 pesos semanales y cubre 5 almuerzos y 5 refrigerios.
Pero el problema es alarmante, cubre a casi toda la población. Por ello, desde junio del año pasado, un equipo del barrio trabaja en la elaboración y ejecución de un proyecto de más alcance, le denominamos de Bioseguridad Alimentaria y como todo lo que se ha hecho en este barrio, cuenta con mucha participación de la gente.
Hemos podido establecer cuatro ejes fundamentales del ´poyecto: el primero se denomina economía solidaria, en el cual buscamos diseñar una tienda comunitaria, un centro de acopio, una plaza de mercado y ollas comunitarias.
El segundo eje lo denominamos bioseguridad alimentaria, tenemos incluidos restaurantes con un criterio popular, comedores, y eso de bioseguridad alimentaria es la idea de integrar en este proceso a toda la comunidad, la idea es tener relaciones con el sector campesino para evitar el intermediario.
El tercer eje es educación y cultura, esforzándonos por que al alimento lo rodeen interrogantes sobre su calidad, su limpieza -que no posea elementos agroquímicos-, que respondamos preguntas sobre nuestras vida, sobre la manera como la sobrellevamos, que entendamos por que el país va de una u otra manera, etcétera.
El cuarto eje es el de la organización y participación comunitaria. A partir de este eje se desarrollan diferentes procesos que permiten la formación de las personas y su participación consciente y decidida en los asuntos del barrio, de la ciudad y el país.
En el proyecto participan diferentes personas a nombre de distintas instituciones: por parte de las madres comunitarias, específicamente de Asovenpa -un jardín que funciona en el barrio-, están las profesoras Luz Dary y Teresa. Por parte del colegio están los profesores Mauricio y Gerardo. Por Siempre Viva, una organización ambientalista, Axel y Mabel, que tienen gran experiencia. Está Ricardo Rojas que tiene amplio conocimiento en el tema de bioseguridad alimentaria. Tenemos a Esperanza, una ingeniera agrícola, y a este equipo se suman, semana a semana, muchas personas.
De acuerdo a nuestra experiencia le decimos a la nueva Alcaldía: hay que crear mecanismos por medio de los cuales el alimento salga mucho más económico; establecer relaciones entre el campo, donde se produce el alimento, y la mesa en la cual se va a consumir ese alimento; evitar los intermediarios y acaparadores que siempre han hecho que los alimentos tengan un costo altísimo. Otra propuesta; que la Alcaldía promueva mecanismos de nutrición reales, a través de la radio, de la televisión, enseñando a todos a comer bien, que resulta mejor y más económica la fruta de cosecha a $1.000 la libra que la Coca cola a $ 700; todo esto es muy importante hacerlo y todo con la participación abierta, crítica, dinámica, de la gente, que es la que sufre y la que, en última instancia, tiene las soluciones a la mano.
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