El pasado 27 de agosto los docentes de todo el país retomaron la calle como única vía expedita para obligar al gobierno a dialogar sobre los temas que afectan a millones de estudiantes, miles de educadores/as y al conjunto social: calidad educativa, salud, seguridad social, educación técnica y tecnológica. Aquí las opiniones de Luis Grubert, actual presidente de Fecode.
desdeabajo –da– ¿Cuéntenos que sucedió en la reunión realizada el pasado 8 de agosto con la nueva Ministra de Educación?
Luis Grubert –LG–. Esta era una reunión protocolaria, de presentación: ella con su equipo y nosotros con el ejecutivo, lo que no excluía la posibilidad de comunicar nuestras opiniones en torno a aspectos que propician prevención sobre su futura labor en el Ministerio. Una de estas es el trato dado a los trabajadores y estudiantes del Sena que, según lo que ellos nos dieron a conocer, fue autoritario, de ahí que le expresáramos a la Ministra nuestro deseo de que quien asuma la cartera ejerza un trato democrático, de respeto mutuo, y de respeto a nuestra autonomía. Además de este aspecto, le comentamos que quien esté al frente del Ministerio de Educación no debe convertirlo en un portafolio de negocios.
Por esta razón nuestra prevención ante la manera como asumen el informe Compartir*. Sin negar que es importante la opinión de los empresarios, no debe ser la única para tener en cuenta al momento del diseño de la política educativa. Esperamos el diseño de una política pública educativa, para la cual, más allá de lo planteado por los técnicos del Ministerio y de los amigos del Gobierno, debe recogerse la opinión de los rectores universitarios, de los intelectuales, de los estudiantes y, por supuesto, de nosotros, que tenemos un papel que cumplir. Ninguna medida trazada sin nosotros es posible.
da. ¿Qué planteó la Ministra?
LG. Primero le hice un reclamo. Antes de que fuera Ministra hubo una reunión que asumí como privada, por que ella quería que le aclarara el origen de mis prevenciones. Yo accedí acompañado del ejecutivo. Le hago una pregunta previa: “¿Cómo nos ve usted a nosotros?”, quien estaba acompañándola la ayuda y dice: “Fecode es una organización fuerte, que recoge gran porcentaje de la organización sindical del país…”. Y con esa intervención ella prosiguió reconociendo que sí, que somos una organización que tiene legitimidad, y que ella está estudiando desde hace cinco años el aspecto del movimiento estudiantil. Luego le pregunté: “¿Usted va a ser la Ministra?”, ella responde: “No, no tengo certeza”.
La reunión se filtró en el noticiero CM&. Le comenté luego que no me parecía ético que algo supuestamente privado se publicara. Entonces ella reclama diciendo que era la menos interesada en que se filtrara la reunión. Las cosas quedaron así. En el tema de Compartir dijo que ella quería que hiciéramos una reunión para debatirlo, pero que de igual forma ella lo asumía porque el Presidente lo había asumido.
El Ministerio de las Tic’s y Fecode deben sentarse para concretar el uso más adecuado de las tecnologías.
Le aclaramos de nuevo que no aceptaríamos que la política educativa la diseñaran desde la mirada de tres economistas y un politólogo. Es que, además, hay insumos en el mismo Observatorio Laboral del Ministerio de Educación que son mejores y más contextualizados que los que tiene Compartir. Hay estudios de la Universidad Nacional que también son mejores, pero en el Ministerio no reconocen lo que tiene la academia en producción y terminan diseñando la educación como si estuvieran montando un negocio. Nosotros hicimos nuestras advertencias para que ella sepa que Fecode está dispuesto a defender la educación como derecho.
da. Teniendo en cuenta que en el discurso del Presidente el tema de la educación aparece como estratégico y que hay voluntad de conversación, ¿habría posibilidad de llegar a acuerdos que incorporen en el Plan de Desarrollo?
LG. Lo estoy reclamando públicamente. Es importante que la educación esté de esa forma en el discurso del Gobierno, pero no queremos que se quede en una propuesta de la visión del Gobierno. Nosotros reclamamos la necesidad de incluir a otros actores y Fecode tiene legitimidad porque votamos, no por la política de Santos sino por la solución negociada al conflicto, votamos porque estamos convencidos de que este país necesita la paz. Esta legitimidad del esfuerzo hecho nos da para reclamar un espacio en el diseño de política educativa, no solo para los maestros sino también para los intelectuales y la Mane. Fecode quiere abrir una mesa de discusión para trazar la hoja de ruta de la educación, tal como la que hay en La Habana para solucionar el conflicto. Por eso estamos diciéndole al Gobierno: ¡mírenos!, si no, vamos a seguir en las calles haciendo que nos miren y reclamando ese espacio, como reza la misma Constitución.
El diseño del Plan de Desarrollo debe ser participativo y vamos a pelearnos el espacio.
da. ¿Cómo va el trabajo de la comisión tripartita para llegar a un solo estatuto docente?
LG. Hoy existen tres cuerpos normativos que regulan nuestra relación laboral: el viejo 2267, el 1278 y el 804 que regula la relación laboral con los etnoeducadores indígenas, los cuales no tienen derecho a vinculación en propiedad, sólo pueden ser provisionales. En este país la discriminación hacia los indígenas se mantiene hasta en las normas, son los peor remunerados, se encuentran en los lugares más inhóspitos por razones de limitaciones en las oportunidades y, además, son los peor tratados (ver recuadro). Entonces, nuestra pelea por nuevos criterios de asenso no es más que una pelea por la dignificación de nuestros docentes.
La gente cree que Fecode está en contra de la evaluación de competencias. No. Estamos en contra de que a nuestros compañeros no los dejen ascender a nombre de una mal llamada evaluación de competencias; avalamos la evaluación diagnóstica y formativa que conduzca al éxito escolar, pero en el proceso pedagógico, para que la escuela dé cuenta de las fallas y que los planes de mejoramiento –para que el acto pedagógico sea exitoso– se hagan de acuerdo a las necesidades de cada institución. Pero, vea, en el proceso de las evaluaciones masivas meten a cien mil maestros, el 80 por ciento es el puntaje requerido para pasar y determina quién gana. Con eso también se produce una baja en la estima de los compañeros que no pasaron y esa baja afecta el acto pedagógico y su sentido de compromiso social. Esta pelea por la forma de ascender es por la dignidad y el respeto a la labor de nuestros compañeros.
da. ¿Ese punto ha sido uno de los obstáculos para llegar a un acuerdo?
LG. No. Este es un insumo acordado como una medida transitoria. Lo que pasa es que queremos ver cuál es la voluntad del Gobierno para llegar a un estatuto único. El viejo 2277 viene marchitándose, es cierto. Han derogado artículos y artículos quedando solo como una de las herencias históricas más importantes que logró la Federación.
Por otro lado, el 1278 es producto de una derrota política del magisterio, derrota peleando, nos la ganaron en el Congreso. Y esa derrota ha generado una división en el gremio. Unos compañeros consideran que han sido abandonados a su suerte y otros dicen: no, nosotros lo que tenemos lo ganamos en la pelea. Y eso ha generado ciertas fricciones desde el principio maquiavélico, divide y reinarás.
La manera de enfrentar esa división es con el Estatuto Único Docente. Para nosotros ese Estatuto debe dar cuenta de la estabilidad, de la profesionalidad y de la dignidad de la carrera. Entonces, en esos pilares se funda nuestra propuesta. La tripartita debe recoger las opiniones del Gobierno, del Congreso y de nosotros, lo que ha hecho que sea larga la discusión. Hemos avanzado pero siempre teniendo en cuenta que ‘nada está acordado hasta que todo esté acordado’. Si el Gobierno está dispuesto a que avancemos en un acuerdo, estamos preparados. Un acuerdo que además –si se logra la solución negociada al conflicto- se necesita para la construcción del tejido social. Porque no habría refrendación exitosa sin el concurso de los maestros. No habría reconstrucción del tejido social sin nuestro aporte: nosotros tenemos un papel que cumplir en el proceso del posconflicto.
da. ¿Cuánto lleva la tripartita reuniéndose y para cuándo creen que cristalizaran el acuerdo?
LG. Lleva año y medio y no tenemos tiempos previstos ni plazos, por una razón: hay temas nodales en la discusión que no han sido resueltos. El tema de evaluación, el de escalafón, el de régimen disciplinario. Aspectos que están por discutirse y que, diría, son el corazón del Estatuto. No podría decir si está lejos o cerca.
Ojalá avancemos de manera ágil.
da. El movimiento pedagógico ha tenido altas y bajas, ¿cómo caracteriza el futuro inmediato del mismo?
LG. El movimiento pedagógico colombiano hoy es asumido en América Latina como una experiencia que confronta el modelo neoliberal. En la visión de Fecode, el instrumento alterno que tenemos al modelo es el Proyecto Educativo Pedagógico Alternativo, replicando un poco lo hecho por Paulo Freire en Brasil, de una propuesta alterna de educación desde lo popular.
Tenemos limitaciones. Es que ha sido tan fuerte la arremetida del régimen que algunos de los líderes promotores del movimiento pedagógico están entre los novecientos noventa y nueve (999) maestros asesinados, pero también muchos de sus líderes se marginaron por miedo. Hoy tratamos de reactivar el movimiento pedagógico como el escenario de la discusión política que trascienda más allá de lo gremial. Igual que a mí me interesa la educación también le interesa al obrero, al campesino, al indígena, al afro. Como este es un interés general, casualmente el tema de la política pública educativa y el tema de la escuela en el posconflicto pueden ser los escenarios donde se fortalezca el movimiento pedagógico para su reimpulso y revitalización.
da. En el terreno de la especificidad profesional de la investigación de la enseñanza, que es uno de los activos importantes del movimiento pedagógico, ¿cuál es el horizonte?
LG. La investigación desde el terreno social tiene limitaciones. El mejor escenario en este caso sería el fortalecimiento del proceso investigativo desde la universidad pública, pero el Estado sabe que por ahí asfixia; de ahí la limitación de recursos para la investigación, lo que de una u otra manera genera crisis. Son enormes los esfuerzos que tenemos que hacer los sectores sociales para llevar a cabo una investigación en el contexto de la solución de los problemas requeridos por el país para la producción, para la ciencia, y para generar, incluso, liderazgos desde nuestros sueños. Por eso existe el Centro de Investigación Docente –Ceid de Fecode. ¿Cuál es su propósito? Hacer relaciones con intelectuales y con el mundo académico para nutrirnos en el reconocimiento de nuestras propias limitaciones, pero también en el reconocimiento de nuestras potencialidades.
da. Usted mencionó el debate que frente al movimiento pedagógico se lleva a cabo en América Latina, en proceso de consolidación, ¿Cómo ve esa articulación con otros movimientos pedagógicos más allá de lo nacional?
LG. Cuando nombro a América Latina es por que en Europa hay asuntos de derechos resueltos aún pendientes en nuestra región; entonces, cuando vamos a la Internacional de la Educación encontramos que no coincidimos en el discurso, pero los latinos sí. Por eso el movimiento pedagógico latinoamericano, desde la Internacional de la Educación, de la cual somos filial (la Internacional agrupa a treinta millones de maestros del mundo) ha admitido que para América Latina hay una subdirectiva de la mundial que promueve el movimiento en la región basándose en los inicios de nuestro movimiento, esto por una razón: mientras nosotros estábamos promoviendo el movimiento pedagógico aquí, en el sur estaban luchando contra las dictaduras. Entonces, ese escenario hace que muchas de las cosas en las que hemos avanzado sean un referente para ellos. Sin embargo, ellos tienen una ventaja, hoy sus gobiernos tienen un matiz más democrático y pueden avanzar más rápido porque aunque aquí no hubo dictadura, el derramamiento de sangre en el movimiento magisterial comparado con el de las dictaduras incluso es superior.
Hoy, aprovechando un poco la memoria de Paulo Freire, se aprovechan los círculos pedagógicos y, creo. que esto ha generado una expectativa desde México hasta la Patagonia; hoy realizamos encuentros de dirigentes sindicales para hablar de cómo va el movimiento pedagógico en los demás países y ya se ha producido un encuentro de los intelectuales, lo que dará una mayor riqueza por lo menos continental, y producirá a futuro propuestas alternas a lo que la Ocde y los organismos multinacionales diseñan en materia educativa para poder actuar de manera más unificada. Lo que le da más peso a nuestros reclamos.
da. Para finalizar, el Ministerio de las tecnologías de la información y la comunicación –Tic’s) distribuye tabletas a los colegios, ¿cómo es la relación entre Fecode y esas actividades que desarrolla el Ministerio?
LG. Nosotros no tenemos relación con el Ministro de las Tic’s pero sí es necesario tenerla, por que aquí hay un problema con las tecnologías. Canadá tiene una experiencia: toda esa dotación de equipos se les convirtió en un problema. Los jóvenes no están en clase sino que están en Facebook o chateando. Se les convirtió en un factor adverso al propósito. Nosotros quisiéramos que el uso de las tecnologías sea el adecuado a las necesidades para resolver los procesos didácticos. Por ejemplo, sé que un software interactivo sería una gran herramienta pedagógica, pero si no se instruye para el manejo puede producir el efecto contrario. El Ministerio de las Tic’s y Fecode deben sentarse para concretar el uso más adecuado de las tecnologías.
* El informe Compartir fue presentado el pasado 30 de agosto y en él proyecta un programa para el sector, con énfasis en formación de docentes para los próximos 10 años. El sector privado al frente de la educación pública, todo un contrasentido.
Indígenas docentesAlgunos trabajan en lugares donde, para llegar, se gastan dieciocho días navegando en una chalupa. Laboran todos los días sin descanso. Son compañeros que asumen a sus estudiantes como si fueran sus hijos, su familia; preparan la comida, tienden la ropa, los atienden integralmente, son la única presencia del Estado en esos lugares. |
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