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Réquiem por ecopetrol

Réquiem por ecopetrol

Todo indica que ha llegado la hora del Réquiem por Ecopetrol, que en medio de la crisis que vive el sector se va quedando con el pecado y sin el género, pues le asiste el abandono de sus dolientes: los accionistas, los medios de comunicación y de la academia que se refieren a la situación del sector pero no a la suerte de la empresa, de sus mismos trabajadores preocupados más por sus particulares intereses, e incluso por la insurgencia otrora una de sus dolientes, dedicada ahora a su reinserción. Las andas de Ecopetrol tienen el color, la densidad y el precio de su producto de exportación, los crudos extra pesados y no convencionales.

 

Del boom especulativo al bang trágico

 

El auge de las cifras del sector petrolero de la década del 2005-2015, como lo señala el exministro de Minas Amylkar Acosta, es correspondiente con un boom, que no una bonanza, pues durante ese periodo no fue descubierto un campo del tamaño o similar a Caño Limón (1983) o Cusiana (1991), que sostuvieron las bonanzas de entonces.

De lo que en realidad se trató fue de un boom literario, producto de la especulación financiera, pero no de la economía real exploratoria y productiva, a la cual le apostó Álvaro Uribe Vélez con la reforma que implementó en el sector a través del Decreto 1760 de 2003.

La reforma tuvo como columna vertebral la transformación de la estatal Ecopetrol en una sociedad de economía mixta de carácter comercial, abierta a accionistas y transable en el mercado de valores de New York bajo la tutela de la compañía financiera norteamericana J.P. Morgan Chase, afín a la Exxon Mobil Corporation (Exxon), involucrada en la crisis financiera norteamericana del 2008, que llevó a la valoración del dólar, el auge del fracking en Norteamérica, y la baja en los precios de los commodities entre ellos el petróleo.

Es evidente que la producción petrolera que acompañó el boom (alcanzando el millón de barriles en el 2013), no fue producto del éxito exploratorio de los contratos de Evaluación Técnica (Teas) y de Exploración y Producción (E&P) impulsados por la reforma, pues hoy solo tenemos reservas para unos seis años, y sus aportes son un limitado 15 por ciento de la producción total. En otras palabras, el 85 por ciento de la producción que sostenía el boom era producto de los contratos de asociación vigentes entonces, acompañados del alza de precios a nivel internacional(que alcanzaban los USD104 en el 2012).

Vale considerar que, a la situación de crisis que presenta el sector, se suman los fracasos de las políticas impulsadas por el gobierno de la seguridad democrática en otros aspectos como la salud, la educación, la corrupción, la inseguridad urbana, la guerra, el narcotráfico y las Bacrim, acompañados curiosamente del chikungunya y el zika cuyo agente parece su logotipo.

Un bang trágico para las finanzas del Estado, para los accionistas, para los altos funcionarios que se lucraron con los altos salarios y que optan, en el mejor de los casos, por el abandono de la empresa como lo hizo su anterior presidente, Javier Genaro Gutiérrez y, en el peor, por el suicidio, como conducta propia de los altos funcionarios de las corporaciones en las crisis. Dramático igualmente, para los departamentos, los municipios y demás organismos dependientes de las regalías menguadas y cuyos efectos los sentirán a partir del 2017, en boga del posconflicto.

Una situación producto de un modelo económico sustentado en el extractivismo de los recursos naturales, y avalado por el actual presidente Juan Manuel Santos desde cuando fue Ministro de Comercio Exterior (1991-1993) durante el gobierno liberal de César Gaviria, líder de la apertura económica y, posteriormente, Ministro de Hacienda y Crédito Público (2000-2002) durante el gobierno del conservador Andrés Pastrana.

 

El pasado ni perdona ni olvida

 

Pero Ecopetrol es la peor librada de esta debacle, hoy en cuidados intensivos y en vía de extinción. Su situación es congénita a su misma fundación, obrando en consecuencia con el principio según el cual las cosas se deshacen como se hacen. Esto por cuanto Ecopetrol fue una empresa constituida y mantenida con base en las reversiones de las concesiones y asociaciones y con limitada capacidad exploratoria y productiva, debido a los intereses privados y corporativos enquistados en el Estado y en la dirección de la empresa, opuestos a su fortalecimiento, y cuyos recursos eran la principal fuente de ingresos fiscales de los gobiernos de turno.

Como es sabido, la petrolera colombiana se originó en la reversión de la concesión Mares en 1951 y se erige como empresa con base en los activos de la Tropical Oil Company. Una empresa de carácter estatal fundada en contra de los poderes económicos y políticos del país de entonces, opuestos a la reversión de la concesión de Mares, proclives a su prórroga a favor de la Trópical; una actitud mantenida por estos poderes a lo largo de los 64 años de historia de la estatal, pues las reversiones son el fruto de la lucha de los trabajadores y pobladores de las poblaciones donde estaban enclavadas: Casabe, Cantagallo, Tibú, Cicuco, Orito, Ortega, Palagua, San Francisco, Castilla, Suria, Chichimene (que generan en la actualidad el 90 por ciento de la producción directa de la empresa); acompañadas de prórrogas lesivas para el sector como el Contrato de asociación de Chuchupa Ballenas en el 2004 a favor de la Texas, por parte del presidente Álvaro Uribe, y que en su momento lo denunciara el Senador Hugo Serrano.

 

 

Cabe señalar que la reforma del 2003 antes mencionada, habilita la producción hasta el agotamiento de los yacimientos y la prórroga de los contratos E&P a favor de la empresas, que en su defecto, de darse reversiones, pasan a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) que reemplazó a Ecopetrol en esa función. Paradójicamente, y gracias a la crisis,el gobierno de Juan Manuel Santos termina aceptando la reversión del contrato de asociación de Rubiales a Ecopetrol en julio de 2016, que apuntaba a su prórroga a favor de Pacific Rubiales Energy.

Por el acabose de las reversiones, fundamental para la sobrevivencia de Ecopetrol, por la difícil situación financiera por la que atraviesa acompañada de una deuda creciente de $26 billones, por los fracasos en sus aventuras de inversión extranjera en México, Perú y África, y por el desaguisado en la ampliación de la Refinería de Cartagena (Reficar) consobrecostos por USD 4.023 millones, difíciles de pagar con la producción esperada, es que Ecopetrol está a las puertas de su Réquiem, pues definitivamente es incapaz de sobrevivir por cuenta propia, ya que a lo largo de su historia solo ha descubierto los modestos campos de Lizama y Llanito. Un réquiem acompañado con cantos de corrupción con sabor a sobornos como los ejecutados por Petro Tigera funcionarios de la petrolera, a cambio de evadir su vigilancia; lo único que al parecer le quedó de haber copiado el modelo de Petrobras cuando Uribe llevó a cabo su reestructuración.

 

El fin de Ecopetrol: un éxito del neoliberalismo

 

Patético nos resulta considerar que los dolientes de la empresa sean sus propios sepultureros, explicable en nuestro mundo macondiano; es decir, que quienes le están dando el Q.E.P.D., encabeza de su presidente Juan Carlos Echeverry, son de la misma clase que nunca la dejaron en paz para que se constituyera en una empresa industrial y comercial de la Nación, ahí sí, como Petrobas, con talante y músculo transnacional. De esa manera cierran con éxito el propósito neoliberal del sector y de la economía del país al privatizar a Isagen y a la Empresa de Teléfonos de Bogotá (ETB), quedando la política petrolera y del país agenciada directamente por las empresas privadas nacionales o extranjeras, y administrada por cipayos locales. Hacia ese propósito apuntan las propuestas que desde el Ministerio de Minas y ANH se vienen ventilando para hacerle frente a la crisis, concentrando su atención en los estímulos privatizadores para la producción fracking.

El destino manifiesto para la privatización definitiva de Ecopetrol, lo señala el alcalde de Bogotá Enrique Peñaloza, quien con el objetivo de privatizar ETB ha señalado que “no es que tengamos propiamente una empresa, sino que “tenemos un dinero”, con los cuales se podrían hacer colegios, vías, se podrían hacer parques, o podemos comprar unas acciones en una empresa de teléfonos’’. En ese sin igual propósito neoliberal muy seguramente los restos estatales de Ecopetrol serán privatizados para pagar los gastos de su defunción y si algo queda, nos dirán que irán para las víctimas del posconflicto. De esa manera, quedaremos todos contentos al quitarnos un muerto de encima, no propiamente víctima del conflicto.

 

Bogotá, enero 27 de 2016

Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional. Miembro del Grupo de Seguridad y Defensa, y del Centro de Pensamiento y seguimiento al diálogo de Paz de la Universidad Nacional.

Información adicional

Autor/a: Luis Humberto Hernández
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